Capitulo 2

La Sombra de lo Olvidado

Lena no pudo dejar de pensar en las palabras de Kiran durante todo el día. Estaba sentada frente a su terminal en el laboratorio, pero sus manos no tocaban las teclas. Su mente no lograba concentrarse en los complejos algoritmos que debía revisar. Todo lo que podía hacer era dar vueltas a lo que él había dicho: "Estás empezando a despertar".

Nunca antes había cuestionado la perfección de la sociedad en la que vivía. La idea de la memoria compartida, la completa eliminación del pasado, le parecía lo más natural. Mnemósine había hecho su vida más eficiente, más ordenada. Ya no había lugar para los errores humanos, ni para las emociones que pudieran distorsionar la razón. Todos vivían con la misma calma absoluta, guiados por los datos proporcionados por el sistema. Nadie necesitaba recordar el pasado, porque Mnemósine ya lo hacía por ellos. Y sin embargo, algo en su interior comenzaba a resonar como un eco lejano, un susurro que no podía acallar.

"Lo borraron." Kiran había hablado de eso con tal naturalidad, como si fuera algo cotidiano. Pero para Lena, esas palabras no hacían sentido. ¿Qué podía haberse borrado? ¿Por qué no recordaba nada de la noche anterior?

Intentó concentrarse en el proyecto que tenía entre manos: un nuevo sistema de gestión de datos para el Distrito Central. Era un trabajo importante, uno que se alineaba con las directrices del gobierno, pero de alguna manera, todo parecía irrelevante en ese momento. El laberinto de números y códigos ante ella se convirtió en una niebla distante, y la idea de perderse en ese mar de datos solo le provocó una sensación de claustrofobia.

Fue entonces cuando la voz de Mnemósine volvió a susurrar en su oído, interrumpiendo sus pensamientos.

—Lena, tienes una alerta en tu agenda. Tienes una reunión con el Comité de Supervisión a las 14:00 horas para presentar tus avances en el proyecto. ¿Deseas prepararte para la reunión?

La automatización de la sociedad era asombrosa. No había lugar para el caos, ni siquiera para el olvido. Todo estaba controlado. Pero ahora, ese mismo control le parecía inquietante. ¿Qué sucedía cuando alguien comenzaba a cuestionar el sistema? ¿Qué sucedía cuando uno de los engranajes de esta maquinaria perfecta comenzaba a fallar?

Se levantó de su asiento con brusquedad y salió del laboratorio. El aire fresco del Distrito Central la envolvió mientras caminaba hacia la sala de reuniones. A lo lejos, las estructuras de acero y vidrio del distrito brillaban bajo la luz artificial, reflejando el orden meticuloso que gobernaba todo. Lena se encontraba atrapada en esa burbuja perfecta, pero algo en su interior no podía dejar de sentir que estaba perdiendo algo esencial.

Al llegar a la sala de reuniones, encontró a los miembros del Comité ya sentados, esperando en silencio. Todos estaban con sus terminales activados, revisando datos, como siempre. Lena se sentó frente a ellos y comenzó a exponer su trabajo, pero sus palabras no fluían con la misma naturalidad de antes. Sus pensamientos se veían interrumpidos por la constante inquietud que la asaltaba. ¿Por qué no recordaba nada? ¿Por qué la sensación de vacío no la dejaba en paz?

—Lena, ¿te encuentras bien? —preguntó uno de los miembros del Comité, un hombre mayor con el rostro impasible.

Ella asintió, pero la incomodidad seguía ahí, al acecho. Los datos continuaban fluyendo de su terminal hacia el de los miembros del Comité, pero su mente estaba demasiado ocupada con lo que había dicho Kiran. "Lo borraron."

—Sí… disculpen —respondió, desviando la mirada hacia la pantalla frente a ella.

El hombre mayor la observó durante unos segundos más, pero pareció decidir que no era necesario hacer más preguntas. Todos en la sala seguían la misma rutina. El Comité aprobó rápidamente su propuesta, sin interrupciones. Cuando la reunión terminó, Lena salió de la sala con una sensación de vacío aún más profunda. Nadie parecía notar la creciente ansiedad en su pecho. Nadie parecía preguntarse por qué ella ya no era como antes.

De camino a su departamento, la sensación de estar siendo observada la acosó, como si cada movimiento que hacía estuviera siendo monitoreado. Mnemósine estaba siempre ahí, un susurro constante en su oído, pero hoy, de alguna manera, parecía más distante. Como si el sistema que antes le daba seguridad ahora la estuviera excluyendo.

Al llegar a su apartamento, se derrumbó sobre la cama, agotada y confundida. Casi podía oír los latidos de su corazón resonando en sus oídos. El sonido de su respiración se volvió irregular, y la ansiedad aumentó. Se levantó y comenzó a caminar de un lado a otro, buscando algo, pero sin saber qué.

Finalmente, sus ojos cayeron sobre el pequeño dispositivo en su mesa de trabajo. Era una unidad de almacenamiento, un objeto común en el laboratorio, pero algo en él parecía llamarla. Era como si, de alguna manera, supiera que contenía respuestas.

Lo conectó a su terminal, pero en lugar de la información habitual, una serie de archivos protegidos apareció en la pantalla. El sistema de seguridad de Mnemósine bloqueaba su acceso, pero algo dentro de ella la impulsó a forzar la entrada. Sabía que no debía hacerlo. Sabía que romper las reglas podría tener consecuencias severas. Pero el vacío en su mente, el temor de perderse algo crucial, era más grande.

Después de varios intentos, logró descifrar la clave de acceso. Los archivos se abrieron ante ella, y una serie de registros de su propia vida comenzaron a desplegarse en la pantalla. Al principio, parecía normal: sus registros laborales, su información personal, su historial de interacciones. Pero luego, un archivo llamó su atención.

“Operación Olvido.”

La palabra la hizo estremecerse. El archivo estaba marcado como "Confidencial".

Lena lo abrió, y en su interior encontró detalles sobre el proceso mediante el cual se manipulaban las memorias de los ciudadanos. La información era clara: "El control de la memoria es esencial para garantizar la estabilidad del orden social. Aquellos que comienzan a cuestionar el sistema serán sometidos a un procedimiento de ajuste."