¿Quien será esa persona?

Llegamos a la casa de la dichosa santera. No sé por qué, pero apenas entré allí, sentí como el frío me carcomía los huesos. Y los pelos de los brazos se me ponían de punta.

Miré a mi alrededor y había un montón de objetos extraños, incluyendo piedras con algunas manchas de sangre. Había pollitos encerrados en jaulas que, al parecer, los santeros utilizaban para ofrendas. Y también había un altar con todos los santos. A la única que reconocí fue a Santa Bárbara, al parecer, ella también practicaba el espiritismo.

—Tiff, apúrate, deja de mirar para todos lados.

Cuando entramos a la dichosa habitación donde se encontraba la santera. Ella estaba arrodillada frente a una figura que, si mal no recuerdo, mi abuela me dijo que se trataba de Ochún. La diosa y amante de las cosas dulces, una figura muy reconocida en la religión santera.

La señora tenía el cuello lleno de collares de diferentes colores y en sus dedos anillos, al igual que un gorro blanco que recogía su cabello.

—Entonces decidiste venir... Eres una jovencita, apenas ¿Cuántos años tienes?

—Estoy a punto de cumplir 18, señora.

—Muy bien, ven acá y siéntate. Mantén la mente en blanco y enfócate solamente en cada uno de mis movimientos. Sin pensar tonterías.

La señora tomó un tabaco inhalando su humo, el cual expulsó hacia mí haciéndome toser.

—¿Entonces, desde hace 6 años esto comenzó, cierto?

—Así es... desde hace 6 años que estoy llorando sangre.

—Interesante...

La señora cerró los ojos como si estuviera concentrándose en algo y dijo unas palabras en voz baja. Unos 5 minutos después abrió los ojos.

—El trabajo que te están haciendo es algo oscuro y perturbador que te pondrá los pelos de punta. Esto se refiere al vudú...

Ahora mi pregunta es: ¿Cómo se supone que un santero puede descubrir cuándo le están haciendo vudú a alguien?

—Se pregunta que te estás haciendo mija —levantó la vista mi abuela que hasta ahora había estado fumando un tabaco.

—La razón por la que ella descubrió que están practicando el vudú contigo es porque ha estado muchos años en la santería. Y sabe cómo sentir las energías negativas y librarte de la magia negra. Aunque no vamos a negar que el vudú puede ser un poco más poderoso que la santería, depende de cómo se desarrolle la religión.

—Quiero que lleguen directamente al grano. ¿Pueden protegerme de eso?

—Es un poco difícil, pero podemos intentar saber qué tipo de vudú es.

La señora que me había estado fumando tabaco hasta ahora cerró los ojos.

—Solo espera un momento... —dijo mi abuela, para que tuviera paciencia, pero yo estaba cada vez más nerviosa.

—Tiffany... Definitivamente, se trata de vudú.

—Ok, entonces ustedes me están queriendo decir que hay una persona que está utilizando velas negras conmigo y que tiene un muñeco parecido a mí?

—No, no exactamente... el vudú no solamente se trata de eso. En realidad tienen un objeto tuyo. Así que es una persona que conoces muy bien como para que le confíes algo de tu pertenencia, para crear un vínculo mágico contigo. Y eso es lo que te ha estado perjudicando.

—No lo entiendo, ya debería estar muerta. Esa es la peor brujería que existe. Es algo que practican en Haití.

—Así es, pero no solamente en Haití, cariño. Cualquier persona puede practicarlo, y con respecto a lo que me preguntaste, no estás muerta porque hay alguien más que interviene en la magia que te están realizando.

¿Una persona que interviene? ¿Pero, ¿quién sería esa persona?

—¿Son ustedes mismas, verdad?

—No, hay alguien más que te aprecia mucho, pero tú no lo conoces. La segunda opción es descubrir quién es ese vudú el que te está protegiendo, y él mismo tiene que quitarte lo que tienes encima.

—Genial, ¿y cómo se supone que yo voy a conseguir a ese hombre si ni siquiera lo conozco?

—Pero él sí te conoce a ti, solamente piensa. ¿No tienes amigos que tengan altares o practiquen algo así? Porque ya a mí no me aparece más nada... esa persona es más avanzada que yo.

Me quedé pensativa un momento, hasta que por fin levanté la mirada.

—Brad...