Conociéndola

CAPITULO 45

Todo en este cuarto está lleno de flores, lleno de colores, lleno de vida, las paredes dibujadas con crayones de todos los colores, figuras de todos los modos posibles, escenas que ella misma ha plasmado en cada rincón. 

–Tiene… tiene –no podía formar la oración

–Si, tiene nuestros gustos –termina por mi –sabía que dirías eso

Stella se encuentra coloreando en un espacio que se encuentra sin dibujar, corre a cada nada a su cama donde sus colores esperan por ella en los cambios que hace para formar lo que ella quiere plasmar. 

–¿Cómo es posible?

–No tengo ni idea y juro que yo no tenía planeado educarla a nuestra manera de ser, simplemente… sucedió

No puedo, esto es demasiado, mi hija, mi primer hija es demasiado talentosa, flores recolectadas por todos lados, algunas es cuadros enmarcadas a lo alto en las paredes escrito con su letra de niña lo que significa cada una y en donde la encontró. Dibujos plasmados igualmente en hojas, cuadros, paredes, libretas regadas en su pequeño escritorio. 

–¿Desde cuándo hace esto? –me siento en la cama viéndola continuar su dibujo

–Creo que desde que comenzó a caminar, primero fueron los dibujos plasmados en mis cuadros a medias que dejaba, te digo, no era mi intensión meterla en este mundo del arte, pero sucedió y le gusta –suelta un suspiro –. Después, fueron las flores que encontraba en casa de tu madre, le llamaban demasiada la atención, al principio creí que los insectos porque me cuestionaba el por qué las abejas viajaban a ellas o porque las orugas estaban en las hojas o las mariposas como nacían de estas, así que cada flor que encontraba las pegaba en libretas y escribía donde la había hallado, para después pedir libros sobre que significaba cada una y así

–Wow

–Si, wow –la observamos por unos segundos –te digo, pensamos que era porque me veía pintar y por eso le gusto, te digo creíamos porque también pensamos que se iría por la fotografía, pero no, se fue por nuestros hobbies

–Y además canta

–Si –sonríe complacida –canta hermoso, nunca supe de donde…

–De papá –me mira de inmediato –papá siempre cantaba para nosotros con una guitarra que tenía, cada navidad nos tocaba una canción y todos en familia lo escuchábamos hipnotizados por su voz

–Nunca me contaste de eso

–No me gusta hablar de papá –agacho la cabeza –su muerte me dolió mucho y me dejó un peso enorme, una familia que cuidar y ahora una empresa

–Oye –toma mi mano –tranquilo, por lo menos su don sigue con vida en tu hija

Asiento viendo aun a Stella pintar en aquella pared que está a punto de terminar. 

–No te creas que mañana me ayudaras a limpiar todo aquí para que tenga de nuevo espacio donde hacer sus obras

–¿Qué dices? –me rio –pintas a cada que lo llena o que 

–No –se burla de lo que digo –el cuarto se decoró de manera que ella puede hacer todo esto

Se pone de pie, toma una toallita húmeda del peinador de mi hija, lo pasa por la pared y veo como un pedazo coloreado se desprende de esta. 

–Ves –me muestra la toallita manchada –se quita

–De acuerdo, te ayudaré

–Genial

–¿Te puedo preguntar algo?

–Claro, dime

–¿Aun tienes la habitación-galería, aquí en la casa?

–Si, ¿quieres verla?

–Si, me intriga saber que más has hecho en mi ausencia

–Amore, ahora volvemos, iremos un momento abajo

–Si mami –dice, pero no nos mira para nada ya que su concentración está en lo que pinta

Salimos de la habitación y damos escaleras abajo.

–¿Siempre la dejas sola?

–A veces, es muy autosuficiente, pero cuando está conmigo quiere que todo le haga porque dice que para mí aun es una bebé que quiere a su mami

Me rio de lo que dice, porque si lo he notado, cuando está sola ella hace de todo sin problema, pero cuando su madre aparece quiere acaparar toda su atención para ella solamente. 

–Listo para gritar

–Sorpréndeme

Abre las puertas, enciende las luces y estas muestras cuadros y cuadros tanto colgados como suelto en el piso, unos sin terminar y otros sí. 

–¿Por qué no has terminado estos?