Cap 3: Catalina

Santiago ya tenía 13 años. Estaba en octavo grado con Daniela. Ambos eran inseparables, pero todo cambió el primer día de clase cuando Catalina, una chica nueva, se sentó detrás de Santiago.

Cabello ondulado, mirada curiosa, y una risa que le hizo cosquillas al corazón. Desde el primer momento, Santiago sintió algo raro. Como mariposas.

Daniela lo notó de inmediato. A Catalina no la conocía, y aunque no le caía mal… algo no le cuadraba. Había tensión. Rivalidad. No odio. Pero sí una especie de “competencia silenciosa”.

Catalina era directa, divertida y algo impulsiva. Daniela era más racional, más protectora de Santiago.

En una tarea grupal, las dos chocaron. Pero Santiago interrumpió:

—¡Ya! ¡No me gusta cuando están así! Las dos son importantes para mí.

Esa noche, Julián le dijo a Santiago:

—Estás empezando a sentir lo que yo sentí cuando conocí a tu papá. No tengas miedo de sentir.

Y Mateo agregó:

—Pero tampoco descuides a quienes siempre han estado contigo.

Santiago no entendía bien lo que sentía, pero supo que algo en su vida estaba cambiando.