Capitulo 15

Lilo. 











 

No puedo dejar de temblar, siento que mi corazón está por estallar. Ha sido demasiado todo lo que he vivido este día, ni siquiera logro entender cómo es que sigo despierta, cómo es que aún no he colapsado. Mi respiración suena anormal, el pánico dentro de mí no ha dejado de crecer y, aunque ahora ya me encuentro a salvo, estando en los adentros del auto de Gael, junto a él, Lola y mi hijo, no puedo dejar de sentirme inquieta y aterrada...

No puedo dejar de temer...

No puedo dejar de sentir que pronto algo muy malo se presentará.

Edward encima de mi regazo, juega ahora con su hombre araña. Agradezco que no sea capaz de percibir lo que ahora pasa conmigo, aunque sí tuve que lidiar con su cuestionamiento hace rato, acerca de a dónde iríamos tan tarde. Mi niño no pudo entender el porqué vio todas sus cosas empacadas en bolsas y mochilas. Lo único que se me ocurrió decirle, fue que teníamos que irnos unos días a visitar a unos amigos.

Soy consciente de lo inteligente que es, apesar de la edad que tiene, pero desde que ingresamos al auto de Gael ya no mencionó nada, creo que eso es gracias a que Lola se ha concentrado en distraerlo mientras tanto. Ella quiso ayudarme con eso al ver lo mal que quedé después de contarle lo que había pasado con el esposo de Diana y con el sujeto que había enviado Frank a... vigilarme. Les tuve que contar todo a los chicos cuando llegaron al departamento. Hice todo lo posible para no quebrarme mientras relataba lo que había ocurrido con esos hombres, pues no quería turbar a mi hijo más de lo que ya lo había hecho.

No puedo imaginar ahora que hubiera pasado si ese sujeto, Joseph, no hubiese llegado a tiempo para intervenir con el maldito que había llegado a atacarme.

Mi hijo seguramente...

Oh por Dios...

— Lilian, tranquila...— escucho la voz débil de mi amiga, quién se encuentra a mi lado. Ella quiso venir conmigo en los asientos traseros del auto. La siento rodear mis hombros después con su brazo—. Me está matando verte así... Ya pasó, ya no te dejaremos sola a partir de ahora.

— E-estoy bien, es sólo...—

— Estás temblando, cariño. ¿Estás segura de que no logró hacerte ningún daño?

Niego con la cabeza, después noto cómo Gael nos echa una mirada rápida porque sigue conduciendo por la calle ya oscura y desolada. Me sorprende ver que sale de la zona metropolitana. No sé a dónde nos dirigimos en este momento, pero ya me siento un poco tranquila al estar fuera de la ciudad de Nueva York.

Suspiro,y después desvío la mirada de la ventana por dónde ahora sólo lograba divisar a los alrededores arbolados.

— N-no me hizo nada, sólo...— le indico a Lola después a mi cuello. Estoy segura de que ese maldito le dejó unas marcas cuando me estrujó. Lola, después de echarme un vistazo, me enfrenta con una mirada horrorizada —. ¿Se ve muy mal?

— Algo... Dios. Me siento tan culpable Lilo... Todo sucedió cuando te dejé sóla y...—

— No, basta, no sientas eso tú. ¿Cómo imaginariamos que algo así pasaría?

— No lo sé, pero aún así si yo hubiese estado ahí...—

— Deja de atormentarte con eso, por favor, cómo lo has dicho... ya pasó. Ya estoy bien... De verdad — la atraigo hacia mí para recargarla en mi cabeza. No me gusta escucharla así, ya es suficiente lo que está haciendo ahora para ayudarme. Es increíble, no sé lo que sería de mí sin ella. De seguro ahora ya estaría más que perdida —. Ese maldito realmente me tomó por sorpresa... Sabía que estaba loco, pero me ha dejado más que claro el porqué Diana le temía tanto.

— Dios... Al menos ella ya se encuentra a salvo.

— Lo sé...— respiro profundo y después abrazo con más fuerza a mi hijo y lo beso en la cabeza. Me alivia que no sea capaz de entender nada de esta conversación, me alivia que él ahora sólo se concentre en su muñeco y no sea capaz de prestarle atención a la atmósfera tensa que nos invade a los demás —. De alguna manera, lo que ha pasado eso con él, me ayudó a darme cuenta de que estaba siendo... vigilada. — Suelto, llamando la atención de mi amiga de nuevo—. Él... él estaba lo bastante cerca para darse cuenta de lo que estaba ocurriendo y...—

— Por supuesto que estaba cerca, pero... si no fue Lion el que lo mandó, entonces, ¿por qué el otro sujeto le dió la orden de hacerlo?— Escucho a Gael hablar y rápidamente comprendo que se ha referido al porqué Frank ha hecho eso. Para ser sinceros... yo aún me encuentro siendo torturada por la misma duda—. ¿Por qué ha sido el otro el que ha querido vigilarte?

Suspiro y después recargo la barbilla en la cabeza de Ed, quién ahora se encuentra recargado en mi pecho.

— Tampoco entiendo qué ha pasado con eso, Gael. Frank no tendría por qué...—

—  ¿Crees que él no quiera perderlos de vista? Porque, por lo que nos has dicho, ese hombre es muy amigo de Bennett... Tal vez teme que puedas irte con el enano y...—

— No tendría sentido... Él fue el que en primer lugar quiso advertirme para que yo me alejara o evitara a Lion. Además... si quisiera que Lion supiera al respecto de...— me detengo con mi habla y cuando mi amigo me echa una mirada fugaz, le indico hacia Edward con un movimiento de cabeza para que entienda que estoy refiriéndome a él. Lo veo asentir cuando vuelve su mirada a la carretera oscura y llena de farolas naranjas —. Ya se lo hubiera dicho desde el momento en el que lo vió. Estoy segura que pudo percatarse... que es suyo. De sólo verlo cualquiera podría.

— Es cierto, tienen un gran parecido ahora que lo he visto por mí misma también...— dice Lola y después acaricia con ternura la mejilla de Edward. Él me hace sonreír cuando choca su muñeco con otra figura de acción que tiene en la otra mano, aún ajeno a todo lo que estamos hablando—. Lilo...Ni siquiera podrás liberarte de él cuando lo vea por él mismo. Sería inútil negar que Ed...—