Capitulo 19

Lion. 




































 

Lilo no ha dejado de estremecerse, su llanto tampoco ha cesado y yo... yo aún trato de hacerme a la idea de que he vuelto a arruinar las cosas para ella.

Su amiga...

Arthur se ha llevado... a su amiga.

Carajo.

La rabia y la desesperación han creado un fuerte nudo dentro de mí, ha evocado al monstruo de la culpa y este ha empezado a reclamarme que todo esto se ha vuelto a joder por mí, por mi mierda, por la mierda que soy y que, al parecer, ya no puedo evitar ser. De nuevo siento el peso del mundo sobre mí y, bueno... ser consciente de la tortura interna que eso me crea... es lo mínimo que merezco.

Pero ella no lo merece, no ella, no las personas inocentes que se encuentran a su alrededor y las cuáles yo sólo he logrado turbar.

Miro a mi alrededor, aún sosteniendo a la Monstruito contra mi pecho, Estoy seguro de que ahora es capaz de sentir cómo mi corazón late con fuerza dentro de él, pero, esta vez, no es por tenerla conmigo, no es por sentirla cerca de mí. En esta ocasión este se encuentra alterado por el miedo, por la culpa, y por la angustia de verla de esta manera. El cómo sigue reaccionando me está preocupando, pero el permitir que ella se desahogue es lo mínimo que puedo hacer para tratar de liberarla un poco de su propia tortura. Ya lo he jodido todo, lo menos que le debo es estar aquí e intentar contenerla con el refugio de mí. Hacerle saber que estoy aquí para que ella se quiebre para que después yo pueda guardar sus pedazos.

Soy un maldito...

Mis ojos se conectan con Joseph despues, él no se inmuta al verme. Parece captar muy bien mi mensaje porque de inmediato le indica a Charlie y a los demás que se aproximen, unos a los autos, y otros hacia donde nos encontramos Lilo y yo en este momento. Uno de los chicos se acerca para ayudarme a levantarla pero ella no deja de llorar y de ocultar su rostro en sus manos temblorosas. Quiero cargarla, quiero estrecharla cómo solía hacerlo antes, cuando yo era más joven y no tenía una maldita pierna jodida, pero ahora, justo por eso, que ya no puedo hacerlo...

Aún así hago el intento de tomarla para instarla a caminar. Ella lo hace en modo automático, o eso parece. Sigue cubriendo su cara con sus dos pequeñas manos. Trato de descubrir esta después para poder indicarle hacia dónde nos movemos, pero ella apenas logra prestarme atención. Aún luce ida y no la culpo... Esto debe seguir siendo muy difícil de asimilar, pues incluso para mí está siendo tan jodido el poder aceptar esta mierda. Siento cómo en el proceso todo se consume dentro de mí, seguramente para la Monstruito debe haberse creado un infierno de incertidumbre en sus adentros, pues, aunque sólo he sido testigo una vez del tipo de relación que tiene con esa chica, Lola, fue suficiente para darme cuenta de que para Lilo... ella es muy importante y especial.

Maldita sea...

No puedo creer que de nuevo le esté haciendo esto...

No puedo creer que una vez más... la historia se este repitiendo y que ella sea la principal afectada.

— Con cuidado, no debemos soltarla todavía— le indico al sujeto que me ha ayudado a llevar a Lilo al auto en el que habíamos viajado con Charlie, y este asiente. Despues, entre él y yo, introducimos a Lilo en los asientos traseros. La mirada perdida que tiene, mientras se acomoda con debilidad sobre estos, ya me ha puesto de nervios—. Mierda... Si entra en estado de shock, tendremos que...—

— E-estoy bien, Lion. Es sólo...— su débil voz me hace alejar la mirada de los dos sujetos que ahora yacen con nosotros en los adentros del auto. La miro, sorprendido por sus previa y apenas perceptible respuesta—. Y-yo... yo... sólo...— niega, interrumpiendose, y despues se echa a llorar de nuevo. La atraigo hacia mí, escuchando cómo sus lamentos vuelven—. Oh por Dios... Por Dios, Lo-Lola... ¡¿Por qué ella?! ¡¿Por qué tenía que ser...?!—

— Lilo, mírame mi niña, por favor... Por favor haz un esfuerzo — le digo y después la alejo de mí, pero sin soltarla, ya que ahora sostengo sus hombros con mis manos. Su rostro bañado por las lágrimas... sólo provocan que el nudo en mi garganta crezca y que mi odio hacia mí aumente hasta hacerme sentir fuego en las venas—. No le harán nada, ¿de acuerdo? Ese maldito no se saldrá con la suya. No esta vez.

— ¿Pero acaso no has visto lo que te ha enviado? ¡¿Acaso no has visto cómo la tienen?! ¡Ella ahora se encuentra con ese monstruo y estoy segura de que él no dudará en...!—

— Él no se atreverá, Lilo, sabe que tiene muchas de perder si lo hace porque yo...—

— ¡¿Por qué tú qué, eh?! ¡¿Por qué tú también lo tienes amenazado?! ¡¿Te atreverías a utilizar a la esposa y a los hijos del sobrino que le mataste, para esto?! ¡¿De verdad esa es tu solución?! ¡¿Por qué mierda has hecho eso también?! ¡¿Qué mierda es lo que te pasa, Lion?!— dice y todo mi cuerpo se tensa al entender lo que ha dicho.

Niego, aún sintiéndome aturdido por esto.

— ¿Q-qué? ¿Pero de qué carajos hablas ?

— ¿Ahora vas a atreverte a negar que no harías algo así?

— Lilo...—

— ¡Si es justo por eso que has despertado tantos problemas, demonios! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué te has atrevido a hacer algo así, Lion?! ¡¿En qué demonios te has convertido?! ¡Mira a lo que nos has llevado!

Sus palabras me golpean más que mil ganchos al hígado. No puedo hablar, no puedo dejar de mirar mis manos ahora, no tengo el valor para verla y confirmarle todo lo que ha lanzado en mi contra, pues yo más que nadie sé que sería de lo más cobarde el negarlo. Sí, he utilizado a otras personas que no tienen nada que ver para asustar a Arthur, pero sólo eso. Jamás les he tocado un pelo, sólo los he mencionado en mis amenazas para atormentar al viejo. Jamás me atrevería a hacerle algo a un niño, tampoco a una mujer, no importa lo involucrados que estén estos con Arthur y con su mierda.