Desde mi cielo

EPÍLOGO: Up In The Air / Thirty Seconds To Mars

     Han pasado un par de meses desde que todo acabó, las cosas han seguido su curso, Caipora, Warlock y Rita regresaron a Florencia, con Caín, al parecer servirle a él es más divertido que volver al ejército, son felices allá y bueno, eso es lo que importa. En cuanto a Tony y su asistente Jade, volvieron al club, abrieron y están teniendo mucho éxito de nuevo. Las cosas con el Covenant siguen igual, Yusuf, aunque es profeta, no está trabajando como tal, sigue pegado a Tony, ayudándole en lo que más puede, me han llamado, quieren que les ayude a reformar el Covenant y volver a armarlo, pero sinceramente he estado ocupada en cosas más interesantes. 

     Con respecto a los hechiceros, bueno, las hermanas hijas de Hades un buen día desaparecieron, sin decir como ni a donde iban, por su parte Gio regresó también con Caín, ese es su hogar, con respecto a Bakari simplemente me dijo que le debía un favor y tarde o temprano me lo pediría, acepté y desapareció como Freya y Daniel. 

     Si hablamos de los ángeles, bueno, ellos no desaparecieron de manera tan misteriosa, Zanza regreso con Naheca, no sin antes robarse el corazón de Azazel, al parecer el amor interespecie no tiene fronteras. Hariel regresó al cielo, junto con los ángeles de alas blancas, rompió su compromiso con Mariel, al parecer piensa romper las reglas, gobernar soltero y crear una alianza con el ejército de fuego y oro, lo cual se me hace bastante atinado, en cuanto a Gabriel, bueno, él simplemente regreso también al cielo, aún estaba algo revuelto de su cabeza, creo que después de que Johan entrará en ella,  ya nada fue igual... Y hablando de ese brujo, no sabemos nada de él absolutamente y esperemos así siga. 

     En cuanto a Lucifer y yo, bueno... El está en la tierra, conmigo, Azazel se comprometió a mantener todo bajo control en el infierno un par de siglos, así que los aprovechamos. Quería una vida humana, algo de lo que nunca pudo disfrutar, así que compró una casa, con un patio enorme, puso un bar igual que Tony y en verdad está dejando buenas ganancias, los dos vivimos juntos, y hasta la fecha no hemos tenido necesidad de exponer nuestras alas, yo por mi parte regrese al ejército, pase de ser teniente coronel a coronel y entre en promoción para volverme general de brigada, Lucifer ya me dijo que podría lograr que eso fuera un hecho, pero no quiero saber como es que lo va a manipular, así que decidi que no se meta en eso. 

     Todo es más tranquilo se respira paz, estoy en estos momentos en la casa, disfrutando del jardín, tengo el cristal de Roziel entre mis dedos, lo veo fijamente y decido colgarmelo en el pecho, cuando lo hago me siento mareada, que quedo confundida, veo frente a mi la imagen de Roziel, me quedo sin palabras, doy un par de pasos hacia atrás hasta que este decide hablar. 

-No temas... Solo soy una proyección de mi alma... No puedo hacerte nada... (habla tranquilamente y su voz hace eco en mi cabeza) teniente Tyra... 

-Coronel Tyra... (se queda sorprendido y sonríe ante mi corrección) 

-Coronel... Felicidades por su ascenso... (Da un par de pasos hacia mí, no dejo de verlo fijamente) 

-Las cosas no han acabado... Coronel... 

-Pará mí si... 

-Coronel... Hace siglo seguí a una mujer llamada Alexiel... Y creí que su palabra era ley... Que los humanos no tenían derecho a muchas ventajas que tenían por encima de los ángeles y de los demonio... No entendía como una criatura con libre albedrío y con tantas consideraciones se enfocaba en la vida después de la muerte tanto... Cuando ella murió, fue un desfortunio... Sus ideas eran tan buenas y sustanciosa que decidí que yo continuaría con su legado... Pero cuando destruí a los profetas me di cuenta que el verdadero mal habitaba dentro de las entrañas de la organización... Fue muy tarde para mi para detenerlos, pero para ti no... (me señala con el dedo) 

     Lo veo fijamente y antes de que pueda decir otra cosa, me quito el collar, como obra de magia lo dejo de ver, volteo hacia todos lados y no lo encuentro, regreso mi mirada hacia el collar, ¿qué demonios pasó? No importa, no quiero averiguarlo, lo guardo en mi pantalón y me tallo los ojos, de repente me siento mareada e indigesta, camino hacia la casa de manera apresurada cuando atravieso la puerta ni siquiera la cierro me abalanzo hacia el baño y termino vomitando en la tasa. 

-¿Tyra? ¿Todo bien muñeca? (escucho la voz de Lucifer a mi espalda no creí que estuviera ya en la casa) 

-Si... Solo... Se me revolvió el estómago... (me quedo un momento recargada en la tasa mientras él me pasa papel para limpiarme) 

-Creo que deberíamos ir al doctor... (me dice recargado en el marco de la puerta) 

-¿Los ángeles se enferman? (lo veo sin creerle, ¿no se supone que estamos mas allá de eso?) 

-En la tierra somos propensos... Anda... (ofrece su mano para levantarme y la tomo) 

     Salimos de la casa y Lucifer me lleva a un médico cercano, el lugar es modesto, se ve limpio y sobre todo no llama la atención. 

-En serio, ya me siento bien... De seguro fue una gastritis, he comido pura chatarra... (intento explicarle a Lucifer, pero solo sonríe y besa mi frente con cariño)

     Cuando el doctor decide atendernos noto que no es humano, ya puedo identificar eso gracias a mi condición y a la costumbre, es un ángel, nos hace pasar a su consultorio y nos ve con amabilidad, explico mis dolencias mientras él escucha tranquilamente, hace algunas preguntas más y empieza a examinar mis ojos, mis oídos, mi garganta.

-Por favor sigame hasta la cama, ahí con el ultrasonido veremos cuanto daño hay en la mucosa del intestino y del estómago, tal vez sea alguna gastritis... (volteo a ver a Lucifer con una mirada que le da a entender que tenía razón y venir al doctor era innecesario, pero él solo pone los ojos en blanco y me motiva a seguir al doctor)

     Una vez en la camilla descubro mi abdomen y el doctor pone algo de gel en el para después apoyar el transductor,  mientras revisa su pantalla empieza a fruncir el ceño, mueve el aparato por mi abdomen buscando hasta que abre sus ojos y voltea a verme sorprendido, presiona unos botones en su máquina congelando la imagen. 




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