Bromeas ¿No?

—Es demasiada información por procesar ¿Por qué nunca dijeron nada? ¿Por qué nunca supe que descendía de brujas, es decir, mamá, si mi madre puede aparecer en el supermercado sin necesidad de mandarme a mí, claro que me gustaría saberlo?

—El asunto de la magia es algo complicado, Evie, si no ibas a tenerla, queríamos evitarte todo el mal momento. —La abuela la observaba con serenidad.

—El abuelo mencionó que lograste un lugar en el consejo, mamá ¿Qué es el consejo? ¿Tienen reuniones secretas o algo así? ¿Papá sabe de esto?

—Nunca acepté el puesto, nuestras últimas cuatro generaciones de brujas han luchado por salir del hoyo, la magia es más peligrosa de lo que parece, Evie, las brujas del consejo son aún más peligrosas.

—¿Y…papá?

—Decir que eres bruja es la clase de cosas no se dicen en la primera cita, le dije a tu padre cuando me pidió matrimonio, al inicio no me creyó, como todos, supongo, luego le mostré algunas cosas, e hice algo de magia, le dije que podía alejarse, que estaba bien.

—Y se quedó, papá es un buen hombre.

—Oh, no, Evie, no supe de él por mucho tiempo, y tres meses después, volvió, con un anillo de compromiso aun más grande, había investigado, y estaba listo para asumir toda consecuencia.

—Tía, tu esposo…

—Lo sabe.

—La noticia de tu abuelo les sorprendió, ellos no entienden, ni entenderán por completo la magia nunca, pero, Evie, están aquí, esforzándose por dar lo mejor de ellos. —La abuela torció los labios.

—Creo que a todos nos sorprendió la noticia de papá. —Petnie miró a Jannie con recelo.

—Es lo que no entiendo, abuela, si te casas con alguien, y es un ser extraño, supongo que en algún momento tendrías que saberlo, es decir, los vampiros y el Sol no se llevan, yo que sé.

—Hay mucho que tienes que aprender, Evie, pero ahora tenemos que esperar a que vuelvan los chicos, seguramente George y tu padre estarán pasándola muy mal, luego hablaremos sobre cómo proceder, es un asunto que tiene que discutirse en familia. —La abuela le tranquilizó.

—¿Cuándo vuelven?

—No lo sabemos, cariño, hay ciertos lugares en los que ni las brujas más poderosas pueden entrar, por respeto, seguramente Anthony va a contarnos todo cuando vuelva, a ese niño nunca le ha gustado callarse. —La abuela rodó los ojos y luego sonrió.

—¿Qué es lo que haremos mientras tanto? ¿Sentarnos a esperar? —Evie se tronaba uno a uno los dedos, rogando por una respuesta que le fuera agradable.

—Vamos a escribir unas cartas, Evie, ahora, dime ¿Qué poderes tienes? ¿Qué cambios has notado en ti? —La abuela enarcó una ceja, curiosa.

—Congeló la lista de asistencia de su profesor de biología, no creía ser ella, pensaba en alguna broma por parte de sus compañeros. —Su madre sonrió un poco.

—¿Cómo lo hiciste, Evie? —Inquirió la abuela, curiosa.

—Sigo sin estar segura, no sé si he sido yo, fue todo muy confuso.

—Pero es un buen punto de partida. —La tía Petnie se levantó, para ir en dirección a Evie. —Hasta donde sé, la mitad de las brujas de esta familia han manifestado sus primeros poderes en alguna forma de alterar los elementos naturales.

—Tu madre quemó mi cabello cuando tenía cinco años, sí que era joven, yo recuerdo que cuando tenía 22, vacié el estanque de mi casa, e hice caer una lluvia torrencial cuando no me dejaron salir un viernes por la noche, y tu tía Petnie tenía 14 cuando dejó caer suaves copos de nieve sobre la cabeza de tu abuelo, mientras él le contaba lo mucho que amaba la navidad. —La abuela suspiró. —Petnie te va a entrenar, te ayudará a sacarlo, y si es hielo, a tu tía le encantará, iniciarán mañana, cuando vuelva tu padre, iremos a Hilwerthmield, el lugar del torneo, a inscribirte.

—¿Inscribirme para qué exactamente? Las competencias no me gustan, abuela.

—No es una competencia realmente, es un encuentro mágico, nada de otro mundo.

—Bueno, abuela, la magia es de otro mundo…

—Hilwerthmield es un complejo mágico, se trata de un enorme castillo, con muchas habitaciones y grandes salones, cada diez años, se celebra el “encuentro mágico” originalmente llegabas a inscribirte para conocer otras brujas, buscar pareja, aprender algo de magia, y hacer parte de tu utilería de bruja, actualmente el consejo lo utiliza para llevar un conteo exhaustivo de todas las brujas del mundo, para conocer la cantidad de magia que poseen, el tipo de bruja que son, permitir renovaciones, y mantener relaciones diplomáticas, suena todo muy bien, pero si no asistes, te hacen considerar como desertor, y te vuelves enemigo de toda la brujería mundial.

—Pero, abuela ¿Qué pasa con los nacidos de padres normales? ¿Qué ocurre si no logran inscribirse?

—Las brujas no “nacen de padres normales” cariño, la magia se hereda, así ha sido por montones de años, necesitas casarte idóneamente para preservarla, y de no hacerlo, y casarte con un humano común y corriente, bastan cinco generaciones para que la magia se extinga de esa familia, siglos atrás, Hilwerthmield se llenaba a rebosar de brujas, incluso tenían que celebrarse dos torneos consecutivos, pero poco a poco algunas fueron desistiendo, generaciones de brujas poderosas se decantaban por casarse con simples humanos para extinguir su magia, y liberar a su estirpe de la condena, hoy Hilwerthmield se encuentra a la mitad de su capacidad, y creo que continuará reduciéndose.

—Suena triste.

—Oh, lo es, muchísimo, pero la magia corrompe los corazones, y preferimos una vida tranquila sin tantas responsabilidades, pero no te preocupes, hay suficientes brujas como para que puedas presenciar un enorme torneo, y estás en tu mejor edad.

—No me siento en mi mejor edad, abuela. —Evie miró a su madre haciendo una cara de asco.

—Tu madre tuvo que ir al torneo cuando cumplió 12, fue un torneo muy intenso para ella, no podía controlar su magia en totalidad, fue increíble, pero desastroso, yo tuve que ir a los 25, fue un completo caos, muy pocas brujas llegan al torneo siendo tan mayores, hice muy pocas amigas, aunque di demostraciones impecables. —La abuela se pavoneó por la sala, haciendo reír a las presentes.