XVI.

Un exquisito olor inunda mis fosas nasales, es una pasta deliciosa ese olor es magnífico y sólo puedo cerrar mis ojos y regañarme en mis adentros, Kiara concentrate, el plan, me digo.

-Oye si ya terminaste de fantasear con mí comida entra, me dice.

Me rio, - Claro, le digo.

Ella esta vestida con un lindo vestido floral y su cabello aún húmedo, solo me río, esa chica podria arreglarse un poco más y resaltar su belleza, sí fuera mí amiga la ayudaría con eso, eliminó ese pensamiento y me enfocó en lo mio.

-Acercate, mis padres hoy trabajan hasta tarde, por eso me alegro de que hayas aceptado cenar conmigo, me dice.

-Bueno no hibamos a desperdiciar esa rica pasta, le digo riendo.

Solo ríe y comienza a servir la pasta en los platos y lo acompaña con una rica crema, lo sé huele delicioso, sirve los vasos de agua y pone la mesa yo la observo y decido ayudarla, ella no lo pidió pero quise hacerlo y cuando recobro la consciencia me doy cuenta de qué esta tipa me esta embrujando, yo no soy amable.

Mi debate mental es interrumpido por su voz dulce y molesta.

-Oye ya puedes comer, prueba y dime ¿Qué te parece?, porfavor, me dice.

-Okey, le digo tomo el tendor y tomo un bocado de pasta y por Dios esta deliciosa.

-Tienes talento amiga, le digo sin pensar.

Ella sonrie tiernamente, y me dice, - Viniendo de ti lo tomaré como un cumplido, gracias.

-De nada, le contesto.

-Bueno, comamos, me dice.

Y así lo hacemos, comenzamos a hablar sobre la música, cantantes favoritos y cosas por el estilo y no puedo creer que tengamos tanto en común, si no fuera tan mala como dicen qué es, sin duda la querria como amiga, olviden eso, ella no sera ni es mi amiga, es divertida lo admito y muy buena cocinera, pero es una mala persona.

Cuando terminamos de comer le ayudó a lavar los platos y al terminar platicamos, otro momento, y después me despido de ella.

-Adios Romina, y gracias por la cena, le digo.

-De nada y ¿De dónde salio tanta amabilidad?, me cuestiona.

-Bueno no soy una salvaje sabes, le digo solo se rie y me dice adiós.

Me dirijo a mí casa, llegó a la misma y después subo a mí habitación, decido bajar por un snak.