Yo soy ARA

Soy Ara y hoy es mi cumpleaños número 22 y no me siento ni peor ni mejor que ayer cuando tenía 21, sinceramente creo que nada JAMÁS en mi vida va a cambiar, lo sé porque es la forma que soy, ni me esmero demasiado.

Pero desde temprano todo aquél que me ve, me hace preguntas tontas que además de sacarme de las casillas me irrita. Recién escondiéndome de Pablo un amigo de primaria que me volvía loca al cual evito ahora por su gran anillo de casado y porque sus preguntas me resultan impertinentes. 

—Ara, ¿Cómo estás?— me dijo al notar la semejante bestia que soy detrás de una estatua de mármol.

—¿Realmente te importa?—le grité desafiante, titubeó un rato y me respondió en seco.

—No.

—Entonces Pablo, estoy perfectamente gozando de mis 22 años, de mi buena salud y mis grandes dotes de actriz.— le dije sonriendo levantando la copa de vino, quedó perplejo. 

La próxima vez en estas fechas voy a desaparecer o al menos que la lista de invitados no caiga en manos de mis padres que creen que tengo 10. ¿Realmente alguien se preocupa por mí? ¿Será que decir que estoy bien de alguna forma ayuda a la otra persona a sentirse bien con uno mismo? ¡Que egocéntricos e hipócritas!