Capítulo 5| Burlas

C O L Í N
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Desperté por el primer llamado de mi madre y no necesite que viniera a tirarme agua fría por que no dormí mucho durante la noche. La nota que me dejo aquella chica rara me dejo con más preguntas que respuestas. ¿Para que voy a querer quedar bien delante de los dioses? ¿Que clase de favor tengo que hacer? ¿Por que Calíope dice que su madre me conoce?

– ¿te encuentras bien hijo? – revolviendo mis cereales observo a mi madre que me mira preocupada. Dasha que no entiende nada permanece en silencio mirando a papá y luego a mamá.

– Si – Contesto encogiéndome de hombros apenas levantando la mirada de mi tazón con cereales. Algo que mi madre siempre nos recalca es que no podemos mentirle por que ella se da cuenta y hoy es uno de esos días.

– Sabes que no puedes mentirme Colín soy tu madre – levantando un poco la voz mi madre dejo de lado su café, mi progenitora cuenta con una mirada intimidante. Deje de lado los cereales y cruzándome de brazos miro a mi mamá de manera retadora siempre me gusto atentar contra mi integridad física.

– No me pasa nada mamá – mis palabras enfurecieron a mi madre que desvió la mirada y transformo a una desafortunada araña en piedra.

– Taya esta... – los ojos de mi hermanita se llenaron de lágrimas y miro a mi madre que puso sus manos en su boca conteniendo un suspiro.

– Dasha mami lo arreglará cariño Taya se pondrá bien – mi maravillosa e impulsiva madre convirtió en piedra a la mascota de mi hermana, otra vez. Antes de que la pequeña de cabello castaño largara el llanto mi padre se puso de pie para cubrir con una sábana la caja de cristal donde se encontraba petrificada la pobre mascota.

– llevare a Taya con la abuela Medusa ella la curara – viendo el lio que estaba montado en la cocina decidí desaparecer para irme al instituto y que mi madre no me siguiera interrogando.

Mi casa ajetreada la abandoné haciendo el menor ruido posible para que mi madre no me persiga atosigándome a preguntas. Subiendo a mi moto mantuve un viaje tranquilo mi cabeza no estaba precisamente en el camino por lo que no andaba a lo loco como acostumbro. Todavía estaba pensando en lo que paso anoche y en aquella extraña chica que intento rebasar mi espacio personal. Mi mente deja de pensar en ella cuando llego al instituto y veo a Mar saliendo del auto de su madre. Camino hasta donde se encontraba Melione y Lila dándoles un abrazo, las tres fueron interceptadas por Bunnie, Red y Becca que las taclearon llamando la atención de muchas personas que las veían raro.

– buenas vistas – dejo de ver a las chicas cuando Kevin me grita llamando la atención de las personas que pasaban cerca de nosotros. Mire al castaño que saludaba a algunas chicas guiñándoles el ojo a lo que ellas se reían saludando con un "hola Kevin" a coro.

– ya deja de verle el trasero a mi tía pervertido – con un golpe seco tras la nuca de Kevin, mi amigo Anker hace acto presencia con una mirada de enojo hacia el castaño que se sobaba el golpe. Nos saludamos con un apretón de manos y un abrazo como es habitual y juntos ingresamos al instituto.

– ya tengo a las compañeras de mi hermana confirmadas que irán a la "fiesta" donde pasara el momento mágico que subiremos a internet – me reí por el comentario malévolo de Kevin que por extraño que parezca estaba serio sin estar coqueteando con las chicas.

– nos burlaremos de ellas, pero ninguna saldrá lastimada ¿cierto? – tras nosotros una voz femenina dulce y delicada pregunto con cierto optimismo en su tono.

– no somos unos animales obvio que ninguna saldrá lastimada Lila te lo prometo – contesto Kevin colocando una mano en su corazón y alzando la otra, algo que teníamos entre nosotros para cumplir una promesa. Lila sonrió apretando las correas de su bolso para irse con una sonrisa que dejaba a todos los chicos que la veían pasar como bobos. Incluido mi amigo Kevin.

– Anker sobrinito – apoyando su espalda contra las taquillas aparece Melione usando un jean negro con peto y tirantes, una blusa roja trasparente y un sostén de encaje negro por debajo de la blusa. Traía su cabello atado con una bandana de color negro, zapatos converse de color rojo y su bolsa de jean negra llena de pines de bandas de rock y de motivos literarios. Toda ella indicaba que estaba metida en un buen lió pues no vestía como una princesa adecuada a lo que su madre y padre esperan ver de la futura monarca del Inframundo.

– hola tía ¿Cómo estás? Yo muy bien me alegro que preguntaras – responde de forma sarcástica el chico de cabello carbón cerrando su taquilla de golpe. Melione ni se inmuta ante el estruendo de la casilla de metal y se endereza tomando el brazo de su sobrino.

– no estoy para juegos Anker me respetas que soy mayor que tú por cuatro meses. Ahora no necesito tu ayuda, pero si Bunnie – la respuesta de Anker se quedó atorada en su garganta y fue en directamente por donde sabía que se encontraba la descendiente de la Luna. – adiós Colín, Kevin la próxima que te me quedes viendo las posaderas disimula un poco idiota – dando media vuelta se fue dejando a mi amigo con la boca abierta, como una digna hija de Hades se volteo a vernos con su expresión seria y una sonrisa algo malvada surco sus labios rojos.