Capítulo 28| Una sociópata

M A R
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Verifico la dirección que me dio Samanta para venir a levantar el paquete que ella me pidió viniera a buscar pero no parece ser un barrio seguro. Camino viendo los carteles en las calles hasta que llego a la tienda de velas aromáticas que Sam dijo seria el punto de encuentro con el hijo de Hermes quien le traería su paquete. Me acerco al callejón que tiene dos contenedores de basura y muchas cajas cerca de estos. Un hombre es lanzado contra la pared desde uno de los contenedores de basura.

- Dime donde puedo encontrar la mansión de Styx y te perdonare la vida - detrás de los contenedores salió Avril sin ningún rastro de la golpiza que le propinaron hace poco y con el collar aun en su cuello. - Eres muy lindo para morir siendo comida de un ciclope, dime lo que quiero y podremos repetir lo que paso anoche - sentándose a horcajadas encima del chico Avril arquea su espalda y luego vuelve a la normalidad con un grito.

- Prefiero morir por un ciclope antes que traicionar a la diosa Styx ella haría de mi muerte una tortura perpetua - la cazadora pone sus manos alrededor del cuello del chico apretándolo - Tampoco eres tan buena en la cama has lo que quieras conmigo - ella apretó mas sus manos pero de nuevo algo la interrumpe y otro grito se escapa de sus labios. El collar la esta atormentando pero no parece ser afectada es como si lo disfrutara de una manera algo retorcida.

Me cubren la boca con una mano y con otra rodean mi cintura jalándome hacia atrás. Voy a gritar cuando mi captor me habla al oído.

- Soy Colín guarda silencio - quede dura clavada en el suelo, no entendía que hace él aquí y tampoco sabia porque Sam me mando a este punto en particular.

Escondiéndonos tras las cajas vemos a Avril salir estando algo débil pero se fortalece tomando algo que tiene en sus bolsillos. Cuando la veo perderse Colín me libera y juntos vamos hacia donde esta el hombre tirado en el suelo. Tiene moretones por todo el cuerpo, algunos cortes y seberas señales de lucha. Coloco dos de mis dedos en su cuello buscando los latidos de su corazón. No encuentro su pulso, tomando su muñeca busco con mis manos pero tampoco lo encuentro y acerco mi oreja a su rostro esperando escuchar su respiración.

- Dile a mi madre que la amo - esas fueron las ultimas palabras del chico antes de dejar de respirar. Arrastrándome hacia atrás mi espalda choca contra la pared y comienzo a llorar cubriendo mi boca. Una persona inocente acaba de morir y es mi culpa yo lo provoque al querer vengarme por lo de Bianca.

- Mar, Mar mírame a los ojos - la voz de Colín suena preocupada pero yo continuo con mi llanto lastimero. No queria que nadie saliera herido y ahora un chico me dijo sus ultimas palabras. - Escúchame esto no es tu culpa, Mar deja de llorar esto no es tu culpa - lo que me estaba diciendo no ayudaba en nada solo me hacia llorar mas fuerte.

- Claro que fue mi culpa si yo no me hubiera vengado ese chico aun estaria con vida - señalo el cadáver sin vida del joven y me siento aun peor. ¿Sera así siempre luego de que me coronen?

- Avril es una sociópata hará cualquier cosa por obtener lo que quiere y no se arrepentirá de sus acciones. Por lo que te pido Mar que no cargues con sus culpas. - sus manos acunan mi rostro acariciando mis mejillas, miro directo a sus ojos y me pierdo en ellos. Las lagrimas paran de caer, los sollozos ya no se escuchan y acerco mi rostro al suyo. Me detengo cuando mi nariz rosa la suya, Colín tiene novia y yo no quiero arruinar una relación.

Cierro mis ojos esperando que se aleje de mi, que me diga algo para no hacerme sentir mal. Pero lo único que pasa es que siento sus labios presionado los míos. Tardo en reaccionar y siendo algo torpe le sigo el beso aferrando mis manos temblorosas a sus brazos. Al separarnos siento su falta en mis labios y abriendo de nuevo mis ojos me encuentro con su mirar verde confundido.

- Lo siento - empujándolo me pongo en pie para salir corriendo. Saliendo de ese callejón me choco contra un chico delgado y con anteojos que trae un bolso de cuero. - Discúlpame - murmuró siguiendo mi carrera y comienzo a llorar haciendo que las tomas de agua exploten mojándolo todo. Soy una estúpida. Colín tiene novia, soy la única en quien Calíope confió para ser su amiga. Soy una persona horrible.

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Me escondo bajo las sabanas cuando escucho la voz de mamá hablando con alguien mas. La perilla de la puerta se mueve pero no se abre por que pase la llave. Desde que llegue a la casa llorando me encerré en el cuarto y no e salido ni siquiera por que Bianca me lo pidiera. Abrazo con fuerza mi almohada y entierro mi cara en ella ocultando mis lagrimas. De solo pensar en ese chico del callejón no puedo evitar sentir culpa y tristeza.

- Mar ábrenos la puerta trajimos nutella, frutillas y crema. Anda bonita sabemos que nos necesitas - habla Bunnie desde el otro lado pero no respondo. Los golpes continúan pero yo sigo metida en mi cama llorando contra mi almohada. El sonido de mi ventana siendo abierta es lo que me hace saltar de mi cama y antes de poder hacer algo una voz me detiene.

- Mis nalgas - lo primero que veo es pelo negro y luego su rostro. Melione se pone de pie tronando alguno de sus huesos para luego verme extendiendo sus brazos. - Ven rubia te hará sentir mejor - no rechazo su propuesta y corro a abrazarla llorando en su pecho. Mi tía usa sus podres y quita el seguro a la puerta dejando pasar a las demás. Formamos un abrazo grupal entre todas mientas yo lloro ninguna habla hasta que nos separamos. Llego el momento de hablar y todavía no se si estoy lista para afrontar lo que se viene.