Capítulo 21: Profundidades del Deseo

La atmósfera a su alrededor se volvió cada vez más eléctrica. La luna resplandecía como un faro en la oscuridad, iluminando los rostros de Lyra y Orion mientras se sumergían en la pasión que los envolvía. Cada beso que compartían era solo el principio de una danza más profunda y ardiente.

Orion, sintiendo la intensidad en el aire, bajó lentamente sus labios hacia el cuello de Lyra, dejando un rastro de besos que la hicieron estremecer. “Eres un sueño”, murmuró, su voz cargada de deseo. Lyra sintió cómo las palabras resonaban en su interior, encendiendo aún más su anhelo.

Con una mirada ardiente, Orion deslizó sus manos por la cintura de Lyra, atrayéndola hacia él con una fuerza suave pero firme. Sus dedos comenzaron a explorar más allá de lo superficial. Se aventuraron bajo el borde del vestido de Lyra, tocando su piel suave y cálida.

Lyra inhaló profundamente, sintiendo cómo cada caricia de Orion encendía llamas en su interior. “Orion…” fue todo lo que pudo articular antes de que sus dedos comenzaran a moverse con una confianza renovada.

“Déjame mostrarte lo que quiero hacerte”, dijo él con una voz profunda y seductora. Su mano se deslizó con destreza hacia la parte interna de los muslos de Lyra, haciendo que un escalofrío recorriese su espina dorsal. La combinación de su toque y sus palabras hizo que la respiración de Lyra se acelerara.

“Sí”, respondió ella casi sin aliento, sintiendo cómo la anticipación crecía dentro de ella. Orion sonrió ante su respuesta y continuó explorando, sus dedos danzando delicadamente por su piel, acercándose a lo prohibido.

Cada roce era un nuevo descubrimiento; las yemas de sus dedos acariciaban suavemente mientras Lyra cerraba los ojos, dejándose llevar por las sensaciones que la envolvían. Un gemido escapó de sus labios cuando Orion encontró el lugar donde el deseo se concentraba con más fuerza.

“Dímelo”, le pidió él con una voz grave llena de complicidad. “¿Te gusta esto?”

“Sí”, respondió Lyra entre suspiros, incapaz de contenerse mientras las olas de placer comenzaban a inundar su cuerpo. Las caricias de Orion eran como fuego en su piel; cada movimiento provocaba un torrente de sensaciones que la hacían perderse en el momento.

Orion se inclinó más cerca, besando suavemente los labios de Lyra mientras sus dedos continuaban trabajando con habilidad. El contraste entre el suave roce de sus labios y la firmeza de sus manos creó una sinfonía perfecta que resonaba en cada rincón del corazón de Lyra.

“Eres tan hermosa”, murmuró él contra su boca mientras aumentaba lentamente el ritmo de sus movimientos, llevando a Lyra al borde del éxtasis. Ella se arqueó hacia él, buscando más contacto, deseando sentirlo aún más cerca.

“Orion… no puedo…”, balbuceó ella mientras las olas del placer amenazaban con desbordarse. Pero no quería detenerse; quería explorar cada rincón del amor y el deseo que compartían.

Él sonrió con complicidad y aumentó la presión justo en el lugar correcto, haciendo que un gemido profundo escapara de los labios de Lyra. “Eso es”, le dijo él con tono alentador. “Déjate llevar”.

Lyra abrió los ojos para encontrar la mirada intensa de Orion fija en ella; era como si pudiera ver hasta lo más profundo de su alma. En ese instante, supo que estaban conectados en algo mucho más allá del deseo físico; era una unión espiritual que desafiaba cualquier lógica.

Con cada movimiento experto, Orion llevó a Lyra a nuevas alturas; ella se dejó llevar completamente por las sensaciones abrumadoras que lo invadían todo. Era un viaje hacia lo desconocido donde los límites se desvanecían y solo existía la pura conexión entre ellos.

“Lyra…” susurró él mientras sentía cómo ella alcanzaba nuevas cimas de placer. “Eres todo lo que he deseado”.

Con cada palabra y cada toque, ambos sabían que estaban creando recuerdos imborrables; momentos que atesorarían para siempre en lo más profundo de sus corazones.

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