Capítulo 35

-¿Hijo, no crees que vas rápido? - lo preguntó papá.
-No. Tengo todo lo que quise - contestó sonriendo más que feliz.
-¿Me quieres decir que no tienes ninguna duda de que ella es la verdadera? Están poco tiempo juntos y ya le pediste matrimonio. Fui feliz por ustedes, no obstante, no pensé que la boda sería tan pronto, menos un bebé.
-Olvidaré que preguntaste esto - dijo, devolviéndole la espalda. - Es todo lo que busque. Además, ahora no podrás decir que soy inmaduro.
-¿Y tu madre? Sabes cómo terminará eso.
-No tiene que enterarse. Si tus empleados no estarían matando tiempo chismeando, no lo sabría.
-Ni tú lo puedes ocultar por siempre.
-Ok. Tengo cosas más importantes que hacer que esta conversación, nos vemos - dijo, dejándolo solo.

-Hola, Baldo.
-Felicidades, Óscar.
-Gracias, gracias - dijo, feliz aceptando las felicitaciones. - Tienes tiempo para tomar algo.
-Sí, apenas terminé.
-Vamos entonces.
Sentados en un café y con el pedido hecho, comenzó:
-Klarrisa me dijo que se les vienen las duras con las pagas escolares.
-¿Por qué te vino con eso? - preguntó Baldo, apoyándose al respaldo, más por decir que buscando respuesta.
-Sabe que te preocupa eso y no quiere eso. Para mí también se vienen tiempos difíciles económicamente, sin embargo, mira al futuro y qué te traerá esa pérdida y sacrificio y verás que vale la pena el esfuerzo.
-Por eso lo y hago - dice Baldo.
Y él solo asiente con la cabeza.
-Pensé que podríamos festejar todos juntos, estas buenas noticias, quién sabe cuándo podemos de nuevo.
-Por mi bien. Véalo con Klarrisa.
-Y lo voy.

-Ingrid, me preocupa todo esto - le dijo su mamá.
-¿Qué?
-Tu embarazo. ¿No opinas que es muy pronto para ello?
-Sucedió, ¿Y ahora qué?
-Es que se mueven demasiado rápido y son todavía jóvenes para un bebé.
-Tú me tuviste.
-Por eso lo y digo. No quiero que te arrepientas.
-Tú hiciste todo sola, ¿te arrepientas?
-No, de ti no me arrepiento, sino de todo lo demás. Si hubiera esperado un poco, puede que ahora tendría un hijo con padre o más que solo a ti. Sabes cuánto me esfuerce trabajando para que salgamos adelante.
-Entiendo lo que te preocupa, pero las cosas no necesariamente se repetirán. Y si eso suceda, te tengo a ti y supongo a Klarrisa.
-No quiero de nuevo criar un bebé sin padre - confesó, mirándola a los ojos. - Yo sé las cicatrices que eso te dejó.
Con los ojos conectados, esas palabras la dejaron muda. Siempre era segura de que lo escondía bien.

-Quisiera quedarme así para siempre - dice.
-No creo que mamá sería de acuerdo - comentará con la risa.
Están acostados en su cama, para una persona.
-Estas mías como sea - dijo, apretando su abrazo.
-Hoy de nuevo no hicimos nada para la boda.
-Por mí casémonos ahora.
-Es de noche, bobo.
-De alguna manera te debo convencer de que me dejas quedarme.
-Si no soy yo la que te echa. ¿Además, cómo piensas dormir aquí? Estamos como en un cofre.
-Yo muy feliz de tenerte tan cerquita.
De respuesta ella solo ríe.
-Muy pronto seremos tres y muy felices.
Contenta, ella suspira.