"Solo nosotros dos"

El aire se rompió con un grito desgarrador, un sonido tan crudo y visceral que helaba la sangre. Su llanto retumbó en cada rincón, atravesando la noche como un lamento imposible de ignorar. ¿Cómo se sobrevive cuando te arrancan la mitad del alma? ¿Cómo se sigue adelante cuando la única razón para hacerlo ha sido brutalmente arrebatada?

El agua de la piscina se agitó con violencia cuando corrió hacia ella, desesperado, pero ya era tarde. Su otra mitad, su alma gemela, yacía inmóvil. Asesinada. En un instante, todo perdió sentido.

Unos hombres vestidos de negro se la llevaron sin miramientos, sus sombras alargándose bajo la luz parpadeante. Él no pudo moverse, no pudo gritar más. Solo pudo mirar. Y en ese instante, lo comprendió: estaba solo. Realmente solo.