Capítulo 10: La Semilla Oculta y los Arquitectos de la Esperanza

El aire de la ciudad era un cóctel tóxico de humo de protestas, ozono residual de la tormenta y la desesperación de un gobierno al borde del colapso total. Kian y Alex abandonaron el búnker de la universidad, ahora comprometido por el tráfico de información, cubiertos con ropa oscura y mezclándose con el flujo caótico de personas que huían de las zonas de revuelta o de la devastación controlada de la Región de Cygnus V.

​La Alianza de Carbono, herida de muerte, había lanzado una cacería global sin precedentes. No usaban la fuerza militar tradicional; utilizaban la tecnología que esperaban dominar: drones de vigilancia térmica de NexusCom y sistemas de reconocimiento facial avanzados. Su objetivo era borrar a Kian y Alex de la existencia, ya que eran la prueba viviente e itinerante de sus crímenes.

La Desaparición en la Sombra de la Vigilancia

​"—Tenemos que llegar a la Red de Sombra," susurró Alex, guiando a Kian a través de callejones inundados. La red, un sistema de comunicación cifrada usado por científicos y activistas para oponerse a la Alianza, era su única esperanza. "Si el Gusano de la Verdad los convenció, ya están listos para actuar."

​Kian, aunque desorientado por el nivel de contaminación lumínica y sonora del 2032, usó su conocimiento del futuro para evadir la vigilancia. Sabía que los sistemas de Corp-Air (y por extensión, sus precursores) dependían de la línea de visión clara y la previsibilidad.

​"—Cualquier estructura vertical en tu tiempo se convierte en un punto ciego para la IA de vigilancia," instruyó Kian, su voz áspera por la tensión y el aire contaminado. "Nos movemos bajo la sombra de los edificios, los puentes y los túneles de servicio. No confíes en las cámaras callejeras; confía en los drones que no puedes ver. Ellos buscan patrones y anomalías energéticas."

​Lograron llegar a una zona franca, un laberinto de mercados ilegales y estructuras abandonadas. Alex se conectó a la Red de Sombra a través de un terminal hackeado y aislado. La respuesta fue inmediata: la comunidad científica estaba dividida por el miedo, pero un pequeño y selecto grupo había creído en la evidencia de la S-7 y el huracán manipulado.

La Cita en el Subsuelo: El Faro de Kian

​El contacto era un nombre clave: "El Faro". Un colectivo de ingenieros, físicos cuánticos y especialistas en materiales que habían sido marginados por la Alianza de Carbono por su oposición a la dependencia de los combustibles fósiles y la tecnología de vigilancia invasiva. Eran los únicos con los recursos intelectuales y el coraje para intentar construir el Generador de Aire Limpio usando los planos liberados por el Manifiesto.

​La cita se programó en el subsuelo de una antigua estación de metro en desuso, en el corazón industrial de la ciudad. El lugar estaba oscuro y húmedo, protegido por toneladas de hormigón de los drones de vigilancia térmica y de los ojos del gobierno.

​Al llegar, se encontraron con un grupo de cinco personas tensas. La líder era una ingeniera en materiales llamada Dra. Elara Vess, cuyos ojos, aunque cansados por las vigilias, brillaban con una determinación feroz.

​"—Somos Los Arquitectos de la Esperanza," dijo Elara, estrechando la mano de Alex con firmeza. "El Manifiesto... es más que datos. Es una clave de cifrado que desbloqueó la verdad en nuestras propias investigaciones. La prueba del huracán lo hizo irrefutable. Hemos estado estudiando los planos. Pero el Generador de Aire Limpio requiere una física que, honestamente, no existe en el 2032."

​Kian se adelantó, su figura destacando entre la oscuridad, casi espectral. Su conocimiento era su último activo.

​"—El generador opera con la Física de Transición Cuántica. No es magia; es la manipulación de la energía residual en el vacío. El problema es el núcleo," explicó Kian con la autoridad de quien ha vivido la tecnología. "Necesitan un conductor que pueda soportar la oscilación del tiempo-espacio sin desintegrarse. El Generador que yo traje estaba hecho de titanio y materiales reciclados de Corp-Air, pero ustedes pueden hacerlo mejor."

​Kian reveló que el material clave para el núcleo era un compuesto cristalino sintético que apenas se estaba teorizando en el 2032, pero que él había visto en los planos originales del Generador. Explicó los pasos iniciales de la síntesis y las proporciones necesarias, un conocimiento invaluable que acortaría décadas de investigación.

El Inicio de la Guerra Tecnológica

​Los Arquitectos de la Esperanza se convirtieron en el nuevo y más vital objetivo de la misión de Kian. Su supervivencia era ahora más importante que la propia vida de Kian o Alex.

​La Alianza de Carbono, al no poder encontrarlos físicamente, pasó a la guerra tecnológica total.

• ​Contramedida 1: El Borrado Digital: La Alianza lanzó un contra-virus masivo para intentar borrar la propagación del Gusano de la Verdad. Aunque el código autoreplicante del Gusano no podía eliminarse por completo, el nuevo contra-virus estaba ralentizando la velocidad de la verdad, sembrando errores de corrupción en los archivos de la S-7.

• ​Contramedida 2: La Desinformación Dirigida: La Alianza manipuló las redes restantes para saturar la información con teorías de conspiración falsas sobre Kian (vinculándolo a terroristas extranjeros), sembrando la duda sobre el Manifiesto. Su objetivo era neutralizar la esperanza sembrada por los planos del Generador, haciendo que parecieran demasiado complejos o peligrosos.

• ​Contramedida 3: El Rastreo Oculto: El Coronel Hayes, frustrado, usó los sistemas de vigilancia de NexusCom para rastrear cualquier uso no autorizado de energía, cualquier pico de comunicación anónima o cualquier flujo de datos cifrado que se desviara de las redes oficiales. La Red de Sombra de Alex no era tan segura como creía.

​Kian sintió la amenaza inminente. El rastro de energía cuántica que había dejado era un faro para el Siglo XXV, y la Alianza estaba estrechando el cerco en el 2032. Los Arquitectos no tendrían tiempo de construir el Generador de Aire Limpio antes de ser descubiertos.