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Capítulo 12

Lunes.

Al llegar a su trabajo se sienta en su lugar, aún está tratando de procesar lo que leyó en el libro, a pesar de que no era información tan detallada era precisa.

Aún está un poco aturdida con lo último, sus ánimos al mismo tiempo están un poco apagados.

Ella tenía esperanzas de estar con ellos, a pesar de que nunca a dicho o dado algún indicio, sin embargo todas su esperanza se esfumó ya de por sí ella tenía duda si podían ser compatibles.

Con ese descubrimiento ahora está confirmado que no podrá darles hijos aunque sean compatibles, aunque ella tiene los dos canales cada uno tiene su función que no tiene nada que ver con el otro.

El ascensor se abre y se para —¡Buenos días!

—¿Estás bien? —pregunta Eros.

Ambos hermanos notaron que los ojos de ella demostraban un poco de tristeza.

—Si estoy bien — su labio se sube un poco tratando de que ellos vean que no pasa nada.

—¿Estás segura? —pregunta Éber.

Arlet confirma para ambos —Si.

—Bien… estaremos en la oficina.

Arlet observa como ambos gemelos entran, un suspiro se le escapa.

—No te desanimes Arlet… Nunca te deprimas por algo que nunca comenzó.

Ella no noto que sus palabras fueron escuchadas por cuatros pares de ojos azules y verdes.

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En la hora de almuerzo Eros sale de su oficina y nota que Arlet no está, suspira y va directo hacia la de su hermano.

Al entrar lo mira —¿Y Arlet?

—En el techo.. Hace diez minutos ella me informó y se fue —Éber suspira —, ¿qué está pasando?... No pasó nada malo el sábado.

Eros se sienta —Creo saber qué está pasando.

—No te quedes callado.

—Tranquilo Éber, el libro que le di lo hice específicamente para ello, aún es más un folleto solo dice lo necesario de nuestra raza —pone una mano en su frente y la acaricia —. Es posible que ella haya leído sobre como es el acto de ya sabes que.

—Y eso que… No me importa tener hijos en el futuro, podemos adoptar yo la quiero a mi lado —expresó Éber.

—Lo sé hermano, pero ella puede pensar diferente… además desde que tengo claro mis sentimientos por ella he tratado de buscar una forma pero aun nada.

Los dos quedan en silencio hasta que Éber decide hablar —Casi nos tenemos que ir —muerde su labio —, tenemos que buscar una forma de que ella se vaya con nosotros.

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Los días fueron pasando, para Arlet las cosas a sido un poco difíciles ya pudo tener su mente más clara le gusta los gemelos pero… no podrá darles hijos algo que ella en el futuro quiere.

Tuvo que alejarse un poco de ellos, el sentimiento hacia los gemelos crece cada día más y hasta duele, su trabajo ya se vio afectado.

Tuvo que trazar una línea con ellos.

No puede ser egoísta y retenerlos, ellos merecen formar su familia. Además ella tiene cosas que hacer, al tener un sueldo tan bien podrá ir al planeta que quiere y buscar a esas personas.

Al día siguiente.

Al llegar a su trabajo comenzó como habitualmente lo hacía, pero comenzó a equivocarse al poner citas al mismo tiempo, documentos mal hechos.

Su día comenzó con el pie equivocado, se había levantado tarde, ni siquiera pudo hacer algo de comer antes de irse, en este día todo le esta saliendo mal y sus jefes ni siquiera aun han llegado.

Muerde su labio desde que pensó en lo que dice ese libro sus ánimos bajaron por completo, el deseo de tener hijos y estar con ellos crecía enormemente.

Si suena tonto solo tiene poco meses conociéndolos, solo que… se sentía que ellos son de ella y ella es de ellos realmente no puede explicarlo.

Desde que los conoció en ese ascensor y los volvió a ver en la entrevista de trabajo su corazón tembló. Ella siempre trató de ocultar esos sentimientos pero ya no puede.

Ella se había enamorado de ellos a primera vista a medida que fue compartiendo con ellos ese sentimiento crecía día a día a tal punto que le asustaba.

Ya no puede ocultar sus sentimientos.

Sale de sus pensamientos al ver como sus jefes llegan rápidamente se para —Buenos días Sr. Éber, Sr.Eros

La sonrisa de los hermanos se congela ¿qué está pasando? ¿Por qué ese tono de voz sonó tan distinto?

—¿Pasa algo?

—No Sr. Eros.

Los gemelos la evalúan pero no dice nada, cada uno se fue a su oficina con un mal sabor en la boca.

En el transcurso del día no pudo pasar desapercibido el comportamiento de Arlet, ha tenido errores, eso a ellos no les importa.

Al salir a la hora de almuerzo, ella  no estaba en su escritorio solo había papeles y una nota en la pantalla indicando que fue almorzar.

—Hermono.

Eros mira a su hermano menor —Hay que averiguar qué está pasando.