FINAL

Con el papel entre manos que el agente Ryan le había dado hace tiempo con una dirección, Dan finalmente había tomado el valor para ir hacia ella, por lo que observó la vivienda frente él, en la cual residía la ex oficial, Loana Unsen, actualmente autora de Señales de Medianoche.

Desde que Dan había oído acerca de Loana, no había día que no se preguntara si ella también soñaba con las premoniciones que él tenía, pero solo estaba a unos cuantos pasos de descubrirlo, por lo que solo tenía que caminar hacia la entrada y presionar el timbre.

Luego de haber tenido la suficiente preparación mental como para enfrentarse a Loa, Dan avanzó hacia la entrada de la vivienda y con la mano temblorosa, presionó el timbre, quedando a la espera de ser atendido, sin embargo, nadie parecía haber en casa.

Rendido luego de esperar por un buen rato, Dan regresó a su departamento. Había pasado una semana desde la última premonición y comenzaba a inquietarse, sin embargo, el resto de los días transcurrieron con tranquilidad, hasta que una mujer se apareció en el departamento de Dan.

—Siento no haber venido antes— se lamentó una mujer de alrededor de treinta y dos años con el rostro apagado.

—¿Agente Unsen? — interrogó Dan, completamente pasmado.

La mujer inclinó la mirada.

—No merezco ser llamada de esa manera, por lo que agradecería que no me llamaras de esa manera.

Dan se hizo un lado para darle paso a la mujer.

—Adelante, siento el desorden— se disculpó Dan.

La mujer se limitó a asentir y adentrarse en el departamento.

—Tenía miedo— esbozó la mujer.

Dan llevó la mirada con sorpresa hacia ella.

—Aquel día que fuiste a mi casa, una vez más sentí el miedo de afrontar mi pasado.

—¿Estuviste allí todo el tiempo?

Loa asintió.

—Hayden se había comunicado conmigo y me habló de ti. Me invadió el miedo cuando me contó lo que estaba sucediendo contigo.

Dan tomó asiento junto a la mujer.

—Eres valiente, niño, muy valiente.

—He leído su libro— respondió Dan— También he hablado con el agente Caum y si algo en lo que creo con firmeza es que usted hizo lo posible por salvar a aquellas personas, es lo que el agente Caum también cree.

Los ojos de Loa se cristalizaron.

—Hayden fue el único que creyó en mí, nunca voy a olvidarlo.

Dan la observó momentáneamente, interrogándose a sí mismo si era prudente realizar la pregunta que rondaba por su mente.

—Estoy aquí para afrontar lo que sea, finalmente estoy lista, pero eso, ya no huiré, menos aun sabiendo que un valiente agente está dispuesto a arriesgar su vida para salvar a quien se encuentre en peligro.

Dan asintió con alivio ante sus palabras.

—Luego de los sucesos descritos en el libro, ¿ha vuelto a tener esos sueños?

Loa se tomó un tiempo, pero asintió ante la pregunta.

—Es la razón por la que no volví a salir de casa, la paranoia me estaba enloqueciendo, pero si me sigo quedando de brazos cruzados, solo me arrastraré a una lenta muerte.

Dan extendió su mano con emoción hacia Loa.

—Salvemos a quien sea que lo necesite, ya no estará sola, creeré en cada una de sus palabras, por eso, no siga sufriendo en soledad. Agente Tormen, para servirle.

Loa sonrió ante sus palabras, había pasado un largo tiempo desde que lo había hecho, por lo que sabía que había tomado una buena decisión.

—Un gusto, agente— Loa correspondió su mano— Loana Unsen, un honor poder trabajar con usted.

Dan formó una sonrisa; sin embargo, su rostro se ensombreció de manera repentina y Loa comenzó a sentir una gran presión en su mano.

—¿Dan? — esbozó; sin embargo, la mirada de Dan se encontraba completamente perdida.

—¡Voy a matarte!

De pronto, Dan tomó a Loa por el cuello mientras lo presionaba con gran fuerza.

—D...an— esbozó con dificultad— Es... tas las... timándome.

Otra premonición había llegado a Dan, pero esta vez, ambos estaban listos para afrontarse a lo que sea.

FIN