Capítulo IV: El Equipo Nova

Al escuchar la respuesta de ése jovencito, el mayor de los miembros de aquel grupo -que era el que había hablado primero-, llegó a la conclusión de que, probablemente él había perdido la memoria. Recordó que, cuando lo encontraron en aquel lugar, había visto que tenía un golpe bastante fuerte en la cabeza, y lo relacionó como la causa de su amnesia. Después de eso, le dijo, con un tono muy sereno:

—Tranquilo, es normal que no recuerdes nada aún.

—¿Quiénes son ustedes? —preguntó Ángel, con algo de desconfianza—. ¿Los conozco de algún lugar?

—No, pero te encontramos casi muerto en medio de la nada y decidimos ayudarte.

Ángel, apenas escuchó eso, se puso muy nervioso y trató de huir de allí, porque creía que le iban a hacer daño:

—No te pongas así —le dijo Kassandra, con tono conciliador—. No te haremos nada, quédate tranquilo.

—Malagradecido —bufó el joven que desconfiaba de él, muy serio—. Lo ayudamos, le salvamos la vida y nos paga así.

—Con tus comentarios no resuelves el problema, Esteban —le reclamó la otra chica del grupo, con un tono de voz cortante.

—Lo siento... de verdad —se disculpó el menor, muy apenado—. Lo que pasa es que hay muchas cosas que no recuerdo ahora.

—¿Cuántos años tienes? —le preguntó Kassandra, curiosa.

—No estoy muy seguro —fue la respuesta del chico, con un tono que hacía notar su timidez.

—Yo le calculo que puede tener unos trece años, más o menos —observó la otra chica, que luego agregó, usando un tono más relajado—. Por cierto, mi nombre es Peige, y éstos dos chicos que están aquí y que suelen desconfiar hasta de su propia sombra son Esteban y mi primo Nick.

—Hola, es un gusto conocerlos —respondió el menor, un poco más animado.

—Por lo que veo, sólo me falta a mí presentarme —comentó el mayor de aquellos jóvenes—. Mi nombre es Gary, y soy el líder de éste grupo sin par. Nosotros somos el "Equipo Nova".

Las últimas palabras que dijera el hombre hicieron que Ángel se quedara un poco extrañado, debido a que él nunca había escuchado nada acerca de dicho nombre. Fue entonces que, dejando ver un poco de su curiosidad, el adolescente les preguntó:

—¿Y qué hacen ustedes exactamente?

—Nosotros tenemos el mejor trabajo del mundo —le comentó Kassandra, que se veía muy emocionada—. ¡Somos cazadores de vampíros!

Nada más oír la respuesta que le diera la chica, Ángel se quedó sin palabras, a consecuencia de la gran sorpresa que lo embargaba en ése instante, por lo que abrió mucho los ojos, ya que no se esperaba algo como eso. Lo que le siguió a eso fue que Peige le llamara la atención a la muchacha, bastante molesta:

—¿Cuántas veces te tengo que decir que no hables de ése asunto como si se tratara de cualquier cosa?

—Perdón, Peige —se disculpó la muchacha, un poco fastidiada—. Pero es que de verdad me encanta hablar de nuestro " asunto especial".

—Se supone que éste es un trabajo secreto —agregó Gary, un poco más serio, además de usar un tono más bajo al hablar—. Pero si nuestra compañera sigue contándoselo a todo el mundo, en menos de un mes estaremos muertos.

—Yo digo que en menos de una semana —aseveró Nick, que se había mantenido en silencio durante ésa conversación, hasta ése instante, con sorna.

Kassandra se enojó mucho por el comentario que acababa de hacer su compañero, por lo que le lanzó una mirada de odio a su compañero. Entretanto, el aludido sólo se limitó a mirarla de reojo y sonreír levemente, restándole importancia al asunto, pues sabía muy bien que la chica tenía un carácter muy volátil, sobre todo cuando se molestaba.

—¿Podría unirme a su grupo?

La pregunta del muchacho resonó en todos los rincones la habitación en la que se encontraban ésas personas. Ninguno de los jóvenes pronunció ni una sola palabra al escuchar aquello, pues no se esperaban para nada algo como eso. El plan que Gary tenía en mente para él era, mas bien, llevarlo a alguna Casa Hogar, en donde lo pudieran atender como lo ameritaba un caso como ése. El mismo Gary fue quien rspondió su interrogante:

—Eso no es posible, muchacho.

Entonces Ángel volvió a preguntar:

—¿Por qué no? Prometo que me portaré bien con ustedes.

—Aún eres muy joven para eso —fue el argumento que usó el mayor.

—Yo tengo quince años, y apenas estoy comenzando a cazar vampiros con el resto del equipo —le dijo Kassandra, tratando de hacer que no se sintiera mal por la negativa del líder—. Lo que sí podrías hacer es iniciar con tu entrenamiento ahora, para que en un futuro, puedas realizar las labores de un miembro al cien por ciento.

—Sí, ya tenemos suficiente con una novata en el equipo por ahora —concordó Esteban, muy serio.

—Ya he tenido suficiente de éste tema por ahora —fue lo que dijo Gary, para dar por acabado el asunto—. Mejor ven a comer algo con nosotros, Ángel. Debes tener hambre, seguramente.

Ángel se sentó a la mesa, junto a los que serían sus nuevos amigos y compañeros, pero tenía pena de comer frente a ellos, debido a que no se sentía muy cómodo mientras lo veían, pues no estaba acostumbrado a estar acompañado, y menos por tanta gente. Por eso mismo, espero a que todos terminaran y se fueran a sus respectivas habitaciones, para poder comer con toda libertad, porque solía hacerlo con mucha prisa. Entonces Gary llegó a la conclusión de que él no solamente había sido atacado por vampíros, sino que posiblemente había sido esclavo de un clan, lo cual concordaba con todo lo que había visto cuando lo encontraron en aquel lugar baldío.

Le enseñaron muchas cosas, para que pudiera pasar desapercibido en las ciudades que llegaran a visitar en el transcurso de sus contínuos viajes, porque tenían que mantenerse en constante movimiento, para continuar eficazmente con su trabajo. También comenzó a practicar defensa personal, así como el uso de varios tipos de armas, que le serían útiles para cazar vampiros, sobre todo con Kax y con Gary, que se resignó a ello al ver que su idea de ser un miembro del equipo seguía en pie; y cuando tuvo la edad suficiente para comenzar con sus labores como cazador, le explicaron cómo debía manejarse durante sus "salidas", con total detenimiento.