Las semanas pasaron y Ron no regresaba, no había señales de él. Hermione estaba bastante preocupada y triste por su ida.
Sin Ron era más fácil viajar por traslador, llegamos a una montaña y pusimos los encantamientos de protección. Por el frío sabia que se estaba acercando la temporada de navidad o tan solo faltaban unos días. Había perdido la noción del tiempo, si se acercaba navidad, eso quería decir que llevábamos más de tres meses escondiendonos y ocultandonos.
Debo admitir que estás semanas han sido bastantes tranquilas, pero no quitaba el hecho de que necesitaba saber de Draco y de mi madre. A estas alturas, Voldemort ya debió haber ido a la casa de los Malfoy y si es así, seguramente inventaron algo como que me fui a pasar las vacaciones con Tracey.
Lo que más me aterraba de estar escondiéndome era Bellatrix, sabia que me castigaría de una forma no muy sutil. Pero el pensar que estaba haciendo bien me relajaba bastante.
Durante este tiempo, les he agarrado un cariño infinito a Harry y a Hermione. Creo suponer que ellos también lo tienen hacia mi.
Los tres estábamos comiendo muy agusto y tranquilos, hablando animadamente de hogwarts. Me contaron sus aventuras desde su primer grado, cuando les tocó enfrentar a Voldemort y al profesor Quirrell. También su segundo grado cuando Harry se enfrentó al basilisco en la cámara de los secretos y destruyó el diario. En tercer grado, Sirius Black sale de la cárcel y Remus Lupin era un hombre lobo.
- Podría decirse que no tuvieron un año tranquilo.
- No realmente y en cuarto grado cuando lo del torneo de los tres magos, creí que sería mi salvación.
- Y no fue así. - continuó Hermione soltando una risa leve.
La platica continuó y nos quedamos sentados viendo la puesta de sol. Hermione leía los libros que Dumbledore le había heredado y Harry veía la snitch. Los pensamientos malos me invadieron, si me atrapaban, atrapaban también a Harry.
- Oigan... - los dos me miraron. - Tengo que pedirles algo...
- Si claro... - me dijo Hermione confundida.
- Sé que no debo pensar negativo, pero si por alguna razón nos llegan a encontrar, nos llevarán a la mansión Malfoy. Les doy mi palabra de que haré todo porque ustedes escapen...
- Escapamos querrás decir.
- No Hermione, yo... tendré que quedarme, nadie en ese lugar me va a dejar ir. De mi parte prometo no decir nada de lo que estamos haciendo, he estado practicando un hechizo discreto para que el veritaserum no me haga efecto. Pero necesito que ustedes me prometan que van a irse... - los miré a ambos y asintieron. - Gracias... - los abracé a los dos.
- Pero no pensemos eso ahora... - pidió Hermione con tristeza. - Ahora debemos seguir averiguando cosas.
Harry se metió a la tienda dejándonos solas a ambas. Hermione regresó la vista a los libros y yo miré la puesta de sol. La hermosa vista me llenaba de tranquilidad y sentir la brisa del aire en mi rostro me hizo sonreír.
- Ante esto, ni siquiera parece que hayan tiempos oscuros. - hablé aún admirando el paisaje.
- Así debería ser, todo tan tranquilo y lleno de paz. - respondió Hermione.
- Estoy segura de que todo va a terminar, al final lograremos derrotarlo.
- ¿Oye te puedo hacer una pregunta?... No tiene nada que ver con lo que estamos hablando... Es solo curiosidad...
- Lo que quieras. - le sonreí.
- ¿Como fue que te fijaste en Draco Malfoy? - tragué saliva. - Digo, Draco no es el típico chico tierno que todas las mujeres desean.
- Digamos que solo era cuestión de conocerlo un poco más. No es tan malo cuando logras tener su confianza, es solo que trata de demostrar su rudeza porque quiere impresionar a su padre. Admito que es celoso pero nunca creí que a tal grado de lastimarme como lo hizo.
- ¿Estás molesta con él?
- Si, claro que últimamente lo extraño bastante, pero... No era para que reaccionara así... Fred es mi mejor y creí que lo entendía. Pero creo que no fue así...
- ¿Y si lo vuelves a ver? ¿Lo perdonarías?
- No lo sé... Hay cosas más importantes en este momento, como para volver a tener algo con él. Tendría que considerarlo después de que todo acabe. - agache la mirada y vi el anillo. - Curioso... había olvidado que lo tenía.
- Está muy lindo... También tienes el brazalete de Fred. - tomó mi mano con delicadeza.
- Si...
- ¡Hermione! - escuchamos a Harry gritar y salir de la tienda. - Tenias razón las snitchs tienen memoria de tacto, pero no atrape mi primer snitch con la mano, casi me la trago. - Hermione tomó la bola dorada.
- Me abro al cierre...
- ¿Que significa? - pregunté.
- No lo sé... - respondió ella pensativa. - Yo también encontré algo... Al principio creí que era un ojo, pero no... No es parte del libro... Alguien lo dibujó. - nos mostró el símbolo en la primera página del libro que tenía.
- El padre de Luna lo usaba el día de la boda.
- No sé que tan útil sea, pero creo saber algo al respecto, en ese dibujo se representa la varita de saúco. - señale la línea que estaba al centro del símbolo. - La más poderosa de todas, Bellatrix me contó que mi padre la buscaba pero al ser Dumbledore quien la tenía, no era fácil obtenerla. Pero eso me lo explicó hace mucho. No recuerdo que fue lo que me dijo de todo el símbolo.
Los dos se miraron decepcionados.
Al parecer la idea de buscar más pistas ya no era una necesidad, si no más bien una obligación. Llegamos al acuerdo de ir al lugar donde vivían los padres de Harry Potter, pero sería hasta el día de mañana. Debíamos descansar y recuperar fuerzas. Los tres estábamos agotados y no nos encontrábamos con ánimos de viajar.
Cuando oscureció me quedé un rato afuera de la tienda para hacer guardia nuevamente. Entré y vi a Hermione y a Harry bailar. Sonreí y los dejé solos. Rápidamente Harry me alcanzó y también me invitó a bailar.
- Oh Harry... - traté de negarme y Hermione también me tomó de la mano.