CAPITULO 18 EL CIRCULO SE CIERRA

Finalmente las cosas se iban aclarando, y con ello, el regreso a mi tiempo. Analia también lo sabía, pero temíamos decirlo en voz alta. Disfrutamos de los días que quedaban hasta que las provisiones se acabaron y entonces, Analia debía regresar a casa.

Llegamos al atardecer y Mateo ya nos esperaba ansioso junto a Catalina, quien al juzgar por su mirada, conocía la verdad. Nos sentamos bajo una parra añeja y conversamos agradablemente mientras los humanos disfrutaban unas empanadas.

_ Tenemos una noticia para ustedes_ dijo Mateo nerviosamente_ Nos casamos pasado mañana.

Quedamos perplejos porque aquella SI fue una noticia inesperada.

_ ¿A qué se debe tanto apuro, hijo?_ quiso saber mi esposa.

_ Bueno…dadas las circunstancias y lo descabellado de esta situación, supusimos que papa desearía estar presente en nuestra boda _ agrego Catalina.

_¿Y tus padres?¿No se enojaran?

_De eso ni hablar. Me dejaron con la abuela y se desentendieron del asunto. Pero la Abu esta muy feliz por nosotros y va a estar presente, por supuesto.

_Bueno, si esta todo decidido me honra estar con ustedes en la boda _ dije con total sinceridad.

Nos abrazamos y felicitamos a la joven pareja.

_ ¿Y dónde van a vivir? _quiso saber Analia_ A mi no me molesta compartir la casa con ustedes pero siendo jóvenes y recién casados…

_ Mauricio y María ya nos están preparando la casa de huéspedes que esta acá atrás. Los muebles nuevos llegan mañana, al igual que las sabanas, cortinas y manteles. Creo que para empezar esta más que bien, después iremos viendo sobre la marcha. Lo que lamento es que la tía Enriqueta llega recién el viernes y hoy es domingo.

_Respecto a eso _murmuro Analia con tristeza _No creo que sea una buena idea invitarla ni decirle nada cuando vuelva. En realidad sería mejor no verla nunca más.

Mateo y Catalina no comprendían la actitud de su madre. Analia y Enriqueta tenían una relación a distancia bastante armoniosa y las pocas veces que se veían conversaban de buena gana.

_No entiendo, mama.

_ La cosa es simple: tu tía fue la que contacto a ese monstruo para que atacara a tu padre. Lo hizo junto con el abuelo Quintana y alguien más.

_ Eso no puede ser. ¿Por qué la tía iba a desearnos el mal? Además, estando tan lejos, después de tanto tiempo…no tiene sentido.

_ Lo dijo el mismísimo Miguel y hasta se ofreció a enfrentarlos en caso necesario. Parece ser que quiere enmendar sus errores, como si fuese posible eso. Ya soy un animal y no hay vuelta atrás para mí. Sin embargo, es indispensable que todo salga a la luz.

_Pero te irías, papa. Sin asuntos pendientes regresarías a tu tiempo.

_ ¿Cómo puedo quedarme simulando que nada paso? ¿¿Y si se complican las cosas? ¿Y si hacen cosas peores o si ya las hicieron? SE el precio que debo pagar pero también sé que la verdad tiene que surgir. Para eso vine, para aclarar todo. Ustedes ya saben de mí, estoy vivo, solo, en un futuro sin familia ni amigos. No hay un lugar al que llame hogar porque ustedes no están ahí. Y si me quedo, los veré morir mientras permanezco igual, inmutable, como una piedra. Deseo quedarme más que nada en la vida, pero también ansiaba que se supiera todo para que, al extrañarnos, sea estando al tanto de que estamos bien. Vos, casado. Tu madre, sin dudas .Catalina, feliz a tu lado.

_¿Y vos?

_Yo ya viví y debería estar muerto. No hay lógica en mi existencia. Vi guerras mundiales, hambre, presidentes, dictadores, maquinas que vuelan, el hombre llego a la luna…dos siglos enteros viví ¿No es eso demasiado para una sola persona? Puedo decir que va a pasar con el Restaurador, que batallas vendrán, cuando se sancionara la constitución, cuando las mujeres votaran…

Pregunten y sabrán. No es lógico que un padre sobreviva a sus hijos y mucho menos a sus nietos o bisnietos…o tataranietos. Eso no debería ser, pero lo es. Entonces necesitaba que ustedes supieran la verdad sobre mí, y la saben. Tenía que enfrentar a Miguel, y eso ya paso. Habia que descubrir a los culpables, y en eso estamos. Tengo que saber que me voy a ir y ustedes van a estar a salvo y no con la incertidumbre de pensar y pensar cómo estarán, si alguien les hizo daño, si les falta algo…eso no es vida, y así estuve por dos siglos. Me voy a ir sin pendientes y sin mentiras entre nosotros. Nos vamos a extrañar como locos, porque así será, pero tendrán la certeza de que los amo, a todos ustedes y que los voy a esperar siempre. Tal vez la vida me depare una sorpresa, solo hay que tener fe.

Nos abrazamos en silencio disfrutando del presente y sin preocuparnos por el futuro. Así llego el día del casamiento, un día que llevo en mi corazón fuego vivo, lamentando no tener una cámara fotográfica o un celular para perpetuar ese momento. Fue una ceremonia sencilla auspiciada por el padre Bartolomeo y, aprovechamos la ocasión, para renovar los votos con Analia, aunque eso fue en el secreto más absoluto. El círculo se cerraba. Solo faltaba saber…¿Quién era el ultimo cómplice?