CAPITULO 22 LA CARTA

“Queridísimo y muy extrañado Mateo:

Nada ha resultado fácil desde tu partida. Hubo un gran silencio y un gran vacío entre tu hijo y yo, palabras que no nos atrevíamos a decirnos pensando en vos y en esa soledad de la cual tanto te quejabas.

Nadie desea estar solo una eternidad completa cargando una cruz tan pesada como la tuya. Buscamos una solución pero el tiempo es tirano y somos mortales con una vida finita. Además, estamos a dos siglos de distancia en el pasado más remoto y sombrío. Catalina también te extraña, al igual que toda la peonada que ya te estaba tomando cariño. Así sos vos, yo lo supe siempre, por eso acepte que nos casáramos. Te extraño tanto, que me duele el corazón de solo pensar en vos.

Enriqueta no mostro signos de vida pero debe de estar bien, allá en Inglaterra. Espero que siempre recuerde el mal que nos hizo y jamás podría tenerla enfrente sin lanzarme sobre ella con toda mi furia.

Mis padres han notado cambios en nuestra conducta pero ya están grandes y después de un tiempo, parece que están en otro mundo, ajenos a todo. Es triste verlos apagarse lentamente, pero es la ley de la vida: nacer, crecer y morir, al menos para la mayoría. Resta tenerles paciencia hasta su final. Yo sé bien que sufren por no ver a su hija mayor y desconozco las razones que les dio para no volver, pero habrá sido algo verdaderamente convincente, porque el tema está muerto y terminado.

Tu hijo, ha sabido cumplir bien con su papel. Es un trabajador incansable, un patrón justo y generoso como vos, al que todos siguen con los ojos cerrados. Rosas escucho hablar de él y lo ve como un caudillo (solo espero que no lo envíe a pelear porque Catalina y yo no lo soportaríamos). Decidió participar en política, a lo mejor así le resulta útil y no lo manda a luchar.

Bueno, respecto a Miguel, puedo afirmar con toda seguridad que nos cuida y nos protege. Esta siempre cerca, por si algo pasa, aunque viene por las noches para no ser visto porque el pobre, como vos, no envejece y eso podría levantar sospechas. Nos hablo mucho, nos explico mucho y también pidió disculpas unas cien veces, más o menos. Espero que la vida le depare un futuro mejor. No regreso a tu tiempo, porque él sigue con un asunto pendiente referido a vos, como te imaginaras. Creyó que lo mejor sería estar cerca nuestro, y podríamos decir que es familia. Aprendió a controlar sus instintos como vos alimentándose de sangre que le conseguimos al faenar las reces. No quiere cazar porque piensa que eso despertaría su instinto animal y no desea arriesgarse a perdernos. Ya no está solo, al menos por ahora, mientras nosotros estemos vivos.

Quise que tuvieras noticias para que estuvieras tranquilo. Tenemos un plan y esperamos poder cumplirlo y cambiar un poco el futuro. Nos gustaría dejarte como legado una familia y un lugar donde ser feliz. Estamos en eso, ojala que lo logremos.

Pero hay algo inesperado que sucedió y no podía dejar de contártelo. Tiempo después de tu partida, comencé a tener problemas de salud. Me sentía cansada, todo me caía mal, no soportaba los olores ni sabores fuertes…en fin, voy derecho al grano: el doctor anuncio mi embarazo. ¡Te imaginaras el infierno que se desataría si las damas de sociedad supieran que una “viuda” como yo estaba de encargo! Tu hijo decidió enviarme a la provincia con Catalina y Miguel. Fue una gestación relativamente corta, cinco meses nada más. El parto fue muy difícil, no voy a negarlo, pero nació Matilda, tu hija.

Fue muy complicado alimentarla, se enfermaba frecuentemente y se veía débil y muy fría. La pasamos bastante mal hasta que Miguel sugirió alternar la alimentación tradicional, con sangre animal. Estaba en lo cierto. Comparte tu naturaleza y la mía. Es hermosa y muy buena. La hicimos pasar como hija de Mateo y Catalina y así pudimos regresar a la estancia. Obviamente ella sabe toda la verdad y espera poder verte algún día, si es que heredo el don de la eternidad.

No podía soportar que no lo supieras, debía decírtelo. Sé que son muchas cosas para procesar y esta no será la última carta. NO quería que las recibieras todas de golpe, así que esta es una de muchas que tendrás. Te quiero con el alma. Te amamos todos con el corazón y esperamos que estés feliz con esta noticia.

Matilda es igual a vos, inquieta, extrovertida y muy bella. Ya te va a escribir. Resistí y tene fe, que ya vamos a encontrar una solución a esta separación. Después de todo, si vos pudiste regresar, nada es imposible.

Con amor

Analia”