Capítulo 2.

"Un, dos, tres... ¡Caos sincronizado!"

La sala de prácticas de JYP vibraba con el ritmo ensayado una y otra vez. Los altavoces escupían el beat de su primera canción grupal, mientras los cuerpos de las ocho chicas se movían con energía, cada una entregándose con todo… o al menos, intentando sobrevivir.

—“¡Un, dos, tres y giro—!”

—“¡AY! ¡Mi pie, Yume, mi pie!” —gritó Céline mientras caía al suelo con un drama digno de una escena de k-drama.

—“No fue mi culpa, te deslizaste tú sola, Nari” —resopló Ava, secándose la frente con su manga, con el acento aussie escapándose sin vergüenza.

Mientras tanto, Hana se mantenía firme al frente, intentando mantener la autoridad de líder… o lo que podía frente al desastre.

—“Chicas, otra vez desde el segundo verso. Concéntrense, tenemos que mostrarle a JYP nuestra evolución.”

La presión se sentía. Era su primera performance frente a directores, coreógrafos y algunos idols seniors. Sus movimientos debían hablar, su sincronización debía brillar, y su energía debía ser Lunaria style.

Soléne y Aerin practicaban los pasos espejo, lanzándose miradas competitivas pero divertidas. Nari, la más tranquila, marcaba con precisión, mientras Thalía le seguía el ritmo con su carisma chispeante, dando giros con ese sabor latino-tailandés que hipnotizaba.

"Se arranca la banda con la primera canción

Y la chona luego luego busca bailador

Y la chona luego luego busca bailador"

Ava, por su parte, luchaba con la flexibilidad de un split en medio de la coreografía.

—“Mi cuerpo dice no… pero mis sueños dicen ‘hazlo por Felix’...” —susurró con dramatismo antes de intentar abrir las piernas y… quedarse trabada a medio camino.

—“¡Ava se está derritiendo!” —bromeó Thalía, ganándose una carcajada general.

Mientras tanto, Hana se mantenía firme al frente, intentando mantener la autoridad de líder… o lo que podía frente al desastre.

Finalmente, tras varias horas, sudor y una botella rota por accidente (gracias a Yume), llegó el momento.

———

El día de la presentación:

Vestidas con outfits oscuros con toques plateados —inspirados en la luna, cada una con un accesorio personal representando su cultura— entraron en la sala principal. Luces tenues, cámaras listas, y ojos atentos de jueces y mentores.

La música comenzó.

Una mezcla de pop electrónico con toques tradicionales, una base fuerte y pasos intensos. Sus cuerpos se movieron al compás con una sincronización que, aunque no perfecta, gritaba: "Somos Lunaria, y estamos vivas."

Saltos, giros, formaciones cambiantes. Ava logró su split, aunque casi no se pudo levantar del suelo al final. Thalía lanzó una sonrisa que encendió las cámaras. Hana cerró la performance con una mirada desafiante al frente.

Silencio.

Y luego… aplausos.

—Bienvenidas al siguiente nivel. –dijo uno de los coreógrafos con una sonrisa.

———

Soléne y Hana casi arrastraban a Ava de regreso al dormitorio, mientras ella se quejaba entre risas.

—“¿Vale la pena todo este dolor?”

—“Si terminas con Felix como entrenador otra vez, definitivamente sí,” —dijo Soléne con una sonrisa burlona.

—“¡CÁLLENSE!” —gritó Ava, enterrando el rostro en su mochila llena de photocards como si pudiera desaparecer.