Capítulo 26

Amber

—“Todos los pasajeros con vuelo a Berlín que embarquen por la puerta 8c”.

La voz del megáfono llega a ser insoportable en algunos momentos y más cuando lo estoy escuchando cada tres segundos los distintos vuelos con mil procedencias distintas.

Llevo dos horas esperando a mi mejor amiga. Maria o Mery como la llamo llega de España después de estar de intercambio con su carrera. Estoy deseando verla y de estar con ella. Abrazarla y contarle todo lo que me ha estado pasando en estas últimas semanas. Aunque ella está al tanto de todo en persona las cosas se cuentan mucho mejor. Seguro que ella me entiende y me puede ayudar con todo esto.

Por el fondo veo un minion corriendo hacia a mi. Porque no lo he comentado pero mide medio metro y le saco un par de cabezas. Es mi minion escapado de la película.

Es como un fórmula 1, va pegada al suelo y siempre tengo la broma de que me tiene que coger todos los objetos que se me caen al suelo. Lo se soy demasiada mala con ella pero me aguanta después de quince años de amistad.

Llega con su vaquero roto y camiseta blanca básica. La verdad es que no recuerdo a Mery sin vaquero.

Los lleva hasta para hacer deporte. Llega con su pelo liso y suelto, sus gafas redondas. Y con su sonrisa que siempre le recuerdo y que le destaca por completo.

Llega hasta donde estoy y comienza a abrazarme. Huelo su fragancia que lleva usando años y años y me recuerda completamente todas las cosas que hemos vivido juntas. Como la he echado de menos.

—¿Pero que tal estás? —me pregunta alegremente aunque mi sonrisa tan solo es de verla por dentro llevo el dolor.

—Bueno tirando. ¿Que tal el viaje?

—Bien, largo las últimas horas porque estaba deseando verte pero ya estoy aquí.

Mientras me habla yo miro el aparcamiento y observo que hay un chico en moto que se parece bastante a Hector pero claramente no es él. Recuerdo su moto, joder que duro va a ser esto. Todavía me acuerdo cuando era ingenua y me llevó hasta el otro lado con la moto. Me fie de ir con él, aunque me lo pase bien ese dia. Son tantas cosas, estaba tan enamorada de él. Aunque no puedo negarlo sigo todavía ahora pero debo de olvidarme de él.

—¿Amber estás bien? —me pregunta mientras me toca el brazo y me mueve.

Enseguida vuelvo en mí.

—Ostras si, perdona estaba pensando en otra cosa.

—¿Me has escuchado?

—Si te soy sincera lo último no te he escuchado.

Joder llevo dos años sin verla y no puedo estar centrada en ella.

—¿Que si vamos a la cafetería? Yo invito que ya he visto los precios pero tengo muchas ganas de tomarme algo y hablar contigo antes de meternos en el autobús.

—Me parece una idea fabulosa —voy a intentar olvidarme de Hector.

Llegamos hasta la única cafetería que hay en todo el aeropuerto. Mery se coge un café doble. Parece que alguien le está empezando a afectar el jet lag.

Yo me cojo un granizado. Igual que aquel día en la heladería. Ya lo sé, tengo que resetear.

—Dime Amber. ¿Cómo estás? —me mira fijamente con ojos de ternura. Sabe que algo me pasa.

No sé si decirle la verdad o callarme.

—No estoy bien. Desde que me paso eso con Hector no he levantado cabeza.

—Una separación nunca es fácil. Y más cuando él te ha puesto los cuernos. Pero tienes que pensar que la herida ira cicatrizando poco a poco hasta curarse del todo. Mientras tanto puedes evadirte. ¿No hay ningún chico más? —me pregunta.

Me quedo pensativa, no se si contarle lo de Son o no.

—Algo hay pero nada serio de momento. Creo que tampoco es el momento.

—¿Como que algo ahí? ¿quién? —pregunta con entusiasmo y se acerca a mi para agarrarse a mi brazo.

Su mirada me penetra directamente dentro de mí.

—Nada —no quiero seguir con el tema. Es pensar en Son y venirme a la cabeza los dos. Y mi puzzle mental que tengo ahora mismo.

¿Que siento?

¿Cómo me veo dentro de unos años?

¿Con quien?

Son preguntas que me hago desde aquella noche en la que pasó todo. El amor a veces es una mierda. Demasiado lioso. Pero también pienso que hay que disfrutar de cada segundo de esta vida.