Capítulo 31

Son

10 de diciembre de 2021.

Ya es Diciembre, se nota en el ambiente. Cada  día que pasa hay más adornos en la ventana. No me gusta para nada. Me parece lo más hortera que hay en esta vida. Además de que se juntan todas las familias y fingen ser felices. Yo no he tenido eso nunca. Apenas tengo familia. Lo único que tengo es a mis dos abuelos y a mi tía y con eso no se puede hacer mucho. Tampoco puedo recordar a mi madre porque no tengo ni siquiera una foto de ella. No se como es. Aunque mi abuelo y mi tia me han intentado decir como es. Pero intento no ponerme nostálgico en un día de navidad.

Trato de no mirar cada ventana mientras llego al instituto.

Voy a esperar a Amber. Estas últimas semanas hemos quedado un par de veces y hemos seguido hablando hasta que a uno de los dos nos ha entrado el sueño aunque he de reconocer que la mayoría de veces era Amber la que se ha ido a dormir antes. Está claro quién es más responsable de los dos.

Amber llega hasta donde estoy.

—Hola. ¿Cómo has dormido? —me pregunta Amber. Siempre me hace esa pregunta mientras sonríe con una sonrisa picara.

—Bien. ¿y tú? —me curro mucho la pregunta pero cada vez que estoy tan cerca de Amber me pongo super nervioso.

—Así no vamos bien Romeo. Si así quieras ligar conmigo vamos mal.

¿A que ha venido eso?

¿Es una indirecta?

—¿Cómo ha amanecido lo más bonito de este mundo? —pregunto en medio de todo el mundo provocando que se nos queden mirando.

¿Pero que me ha pasado? Me he dejado llevar y no puede ser.

—Mejor pero intenta no ser tan expresivo —añade mientras suelta una carcajada.

Subimos para arriba y el profesor entra enseguida.

Amber enseguida se pone seria. Yo lo llamo en posición del amante religiosa porque da igual lo que ocurra alrededor, ella está atenta a lo que digan los profesores. La observó durante varios segundos. Creo que incluso está demasiado seria. Igual le ha sentado mal que le haya dicho eso en medio de todo el mundo.

Por primera vez en todo el curso presto atención a la página del libro. Hay un retrato de Cristóbal Colón en el libro. No se porque pero me esta dando ganas de hacer algo gracioso para que se ría Amber. Rápidamente cojo el boli y le dibujo a Cristóbal Colón unas gafas y un bigote al estilo Camilo. Me encanta como ha quedado. Es hora de enseñar la obra de arte a su propietaria. Le toco ligeramente el brazo mientras señalo el dibujo. Enseguida cambia su rostro pero para mal.

Mierda Son ya la has liado.

—¿Pero que haces? —me pregunta elevando un poco la voz.

—¿Ocurre algo? —el profesor detiene la clase mientras se nos queda mirando.

—No, nada —responde enfadada.

Joder si lo llego a saber no lo hago. Me siento ahora mal

Intento no decirla nada. No es el momento.

El profesor sigue dando la clase mientras lentamente Amber se va llevando el libro a su terreno. No me dirije la palabra.

—Bueno chicos, la semana que viene tenemos el último examen del primer trimestre pero recordar que es muy importante y que vale para mucha nota. Así que estudiar esta última semana. Os podéis marchar a la siguiente clase —termina de hablar el profesor y acto seguido toca la sirena. Amber se levanta y sin decirme nada se marcha de clase.

—Muy buena chaval. La has enfadado. Ya veras… ya veras.

No se porque se me ocurre hacer esas cosas. Era una broma para sacarle una sonrisa pero no le ha sentado nada bien.

Y encima tengo que estudiar esta semana. Yo todavía no he empezado porque no tengo libro. Amber seguro que lo tiene ya aprendido pero cualquiera pide un libro ahora con lo caldeado que está el ambiente. Prefiero que se le pase un poco y preguntarle.

Dejo pasar las clases. Me pongo detrás del todo. No quiero agobiarla y más si está enfadada conmigo. Amber no ha mirado en ningún momento hacia donde estoy yo. Así que no es buena señal.