1

En la sala de fisioterapia, pongo mis manos sobre las barras parralelas de metal. Cada movimiento me saca el sudor de la frente, cada movimiento es un esfuerzo mental tan intenso que siento toda mi energía desaparecer. Un pie después del otro, empujo mis brazos hacia adelante concentrándome en mis piernas únicamente. Todos los días vuelvo aquí, y cada día logro dar ese paso de más, pequeño, pero avanzo.
Un año de estar peleando contra mi propio cuerpo para volver a ser decente, con vida. Un año de repasar en mi mente cada detalle, cada error, cada gesto y cada palabra para saber dónde me equivoqué. Conocer mis errores para no volver a cometerlos, nunca más. ¡
Hasta hace un mes, cuando mis ganas de pelear colapsaron.
Él se va a casar.
Él se va a casar, y no es conmigo.

Hasta hace un mes, cuando lo volví a ver, mi corazón se detuvo. Alessandro era igual de guapo y carismático, no había cambiado en lo absoluto, si no fuese por ese detalle: el brazo de esa mujer en el suyo. Una mujer espléndida cuya belleza natural podría ser la envidia de todas.
Ese día, al ver la pantalla del televisor, un sabor a bilis, amargura y desprecio me sumergió. Después de tantos meses de lucha, me sentí inútil y olvidada. No es así que imaginé mi futuro. Mi futuro es Alessandro. Alessandro es mío, es mi Cuervo, siempre lo fue, y siempre lo será: y ella se iba a dar cuenta.

Con una sonrisa, coloco mi pierna izquierda delante de la otra. No es la esperzanza la que me motiva, ya no. El sentimiento que me remueve es de pura venganza. Y la verdad, no me importa, ese sentimiento es tan bueno como cualquiera de momento que me saca de ese agujero en el que me metí.
Alessandro, pronto serás mío.

—Viste esa pareja, ellos están hechos el uno para el otro. Ese hombre es un suertudo —me dice, mi fisioterapeuta al mirar el mismo reportaje que yo en el televisor de la sala.

—Veremos con el tiempo, todo lo nuevo es bonito —contesto con una sonrisa, a sabiendas que sus segundos están contados: diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres , dos: uno.