Capítulo 10: Un Beso Con Sabor A Queso

El video del "reto de la hallaca" se hizo aún más viral que el primero. Nando y Maru se convirtieron en la "pareja de la cocina desastrosa", ganando una legión de seguidores que se reían con ellos en cada nuevo video. El restaurante, sorprendentemente, se hizo famoso por su "reto de la hallaca deconstruida", atrayendo a clientes curiosos que querían ver el desastre en persona.
Una noche, después de grabar un nuevo video en el que Nando intentaba hacer arepitas dulces y terminaba con azúcar por toda la cara, Maru se quedó un rato en el apartamento de él. Estaban sentados en el sofá, cansados, pero sonriendo.
"Esto es una locura, Nando", dijo Maru, mirando el teléfono. "Hace un mes, estaba mintiendo para conseguir seguidores. Y ahora... ahora me divierto. De verdad me divierto".
"Y yo", dijo Nando. "Toda mi vida pensé que mis arepas eran una vergüenza. Y ahora... son mi éxito".
La conversación se hizo más silenciosa, más personal. La luz de la lámpara de la sala iluminaba la cara de Nando. Maru se dio cuenta de lo mucho que le gustaba. No solo por el proyecto, sino por su torpeza honesta, por su risa genuina y por la forma en que la miraba.
Nando, por su parte, miró a Maru. Ya no era la "chef fantasma" de Instagram. Era la chica que se reía a carcajadas de sus desastres, la que lo había animado a ser él mismo. La que lo había hecho sentir que sus arepas rotas no eran un fracaso, sino una obra de arte.
"Maru", susurró Nando, "Hay algo que quiero decirte".
El corazón de Maru se aceleró.
"¿Qué cosa?", susurró ella.
"Que... que eres la única persona que me hace sentir que mis arepas son perfectas", dijo Nando, con una sonrisa tímida.
Maru se inclinó. Nando hizo lo mismo. Sus labios se encontraron en un beso que sabía a harina y a queso. No era un beso de película, sino uno real. Uno que había sido cocinado a fuego lento, con risas y desastres, y que ahora era tan perfecto como un arepa recién hecha.