Capitulo 2

Creí que me caería bien

Ese chico creo que me cae bien, es simpático y callado, creo que podríamos llegar a ser buenos amigos.

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Al día siguiente:

Me levanté temprano como es de costumbre, me di una ducha, me cambié, para después tomar mis cosas y bajar a desayunar, luego de eso me dirigí a la escuela.

Entre a clases y me senté con mis amigas a hablar de tareas y demás, el día pasó tan rápido y como si nada llegó la hora de salida, estando afuera del instituto nos encontramos a Matthew y como el día anterior nos fuimos juntos, íbamos jugando, molestando y hablando todo fue muy divertido aunque Matthew y yo aun no teníamos mucha confianza entre nosotros así que las bromas eran sencillas, cosa que aligeraba un poco el camino.

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Así transcurrió un mes donde regresarnos juntos se volvió en una costumbre diaria, volviéndose las risas en algo habitual entre nosotros, logrando que entre Matthew y yo nos tuviéramos más confianza y nos tratáramos con más soltura.

Hoy salimos más temprano de lo usual y como es de costumbre regresamos juntos solo que esta vez Matthew se portó diferente conmigo.

Cada cosa que yo decía él lo repetía en forma de burla, me jalaba la mochila, el cabello o se colocaba detrás de mí para zafarme el zapato, así se comportó en todo el camino, logrando que en un punto estuviera a punto de caerme.

Fue tan desesperante su comportamiento el cual aunque pensé que solo sería cuestión de un día no fue así y lo aguante por un mes completo (cosa que fue un logro, pues soy alguien que se enoja con facilidad) donde cada vez su comportamiento empeoraba, hasta que ya no soporté más y me enoje con él, le deje de hablar ya que me colmó la paciencia en límites mayores.

Creí que me caería bien, pero me equivoque ya que ahora es todo lo contrario me cae muy mal, es más su sola presencia me molesta, ojala y nunca lo hubiera conocido.

Estuve enojada por un mes con él en donde no le dirigía la palabra, ni siquiera lo volteaba a ver, me empecé a ir al lado de mi tía y su amiga para no estar cerca de él, por más que él intentó hablarme no accedí pues se portó como un completo idiota conmigo y mi posición de hacerle la ley del hielo estaba intacta hasta que...

—¿Nos vamos? —Le pregunté a Reichell al colocarme al lado de mi tía, pues aunque esté molesta con Matthew mi amistad con ella no ha cambiado en nada, seguimos siendo las amigas de siempre.

—Sí, solo esperemos a Matthew. Ya se tienen que hablar, ya no estés enojada con él. —me dijo Reichell y la verdad me lo repetía desde que me enoje con él y como todos esos días mi respuesta era la misma.

—No, me molesto mucho y por mucho tiempo lo soporte, pero todo tiene un límite, y tu bien lo sabes, así que no pienso hacerlo. —Le respondí molesta.

—Pero ya es suficiente, llevan un mes así. ¿No crees que ya es mucho tiempo? Creeme que él ya aprendió su lección, me ha repetido cuan arrepentido está desde que no le hablas. Así que por favor escuchalo. Quiero que volvamos a ser los amigos que eramos antes, extraño mucho nuestras platicas. —Me dijo a lo cual aunque quisiera negarlo sabía que tenía razón, la verdad no quería que ella saliera afectada en esto y menos que tuviera que elegir entre nosotros dos.

—Está bien, le hablaré Al menos haré el intento. —respondí intentando calmar mi muy mal genio, que provocaba el recordar cuanto me molestó Matthew.

—Con eso me conformo. —me sonrió mientras me abrazaba emocionada. —Gracias. —Finalizó al separarse de mi.

—Solo lo hago por ti, bien sabes que si por mi fuera, no le hablaría nunca más. —Agregue sonriendo un poco pues su alegría era muy contagiosa.

—Y no sabes cuanto te agradezco, en recompensa te invitaré a un helado. —respondió al instante.

—Me parece justo. —conteste dando por finalizada la conversación, así que nos quedamos en silencio mientras esperábamos a Matthew y yo simplemente podía hacer mi cuenta mental para poder tranquilizarme y disipar todo mi enojo ya que se lo había prometido a Reichell.