EXTRA

FINAL ALTERNATIVO

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Parte 2

—Samanta, hermosa, despierta por favor. Reacciona. —Escuchaba que a lo lejos me llamaban y poco a poco mis ojos se empezaron a abrir. Al abrir mis ojos vi una luz que me obligó a cerrarlos de nuevo. —Gracias al cielo ya reacciono. —Escuche ahora más clara la voz de Matth así que volví a abrir los ojos y poco a poco vi todo a mí alrededor.

—¿Dónde estoy? —Le pregunté algo aturdida.

—Está en un cuarto del hospital, ya que se desmayó en el pasillo hace unos minutos. Y la verdad es que si me asusto. —Me dijo mientras me abrazaba, al igual que recordaba todo lo que había pasado y mi corazón se llenaba de alegría al saber que no fue un sueño y que en realidad Matth ya no era portador del cáncer.

—Bueno, tranquilo ya estoy bien. Recuerde que fue por eso de las crisis. Así que tranquilo y vámonos, pues necesito volver a mi área. —Dije intentando levantarme, pero Matth me lo impidió.

—No, lo siento. Pero al desmayarse llegó Isaías a ayudarme y al traerla aquí decidió hacerte unos estudios para verificar que todo esté bien. Así que no nos iremos de esta habitación hasta que él regrese con los estudios. A lo cual me acaba de escribir que en unos minutos más ya estarán listos. Así que por favor recuéstate. —Me dijo Matth en tono sobreprotector, así que por no pelear me volví a acostar.

—Está bien. Aquí me quedo. —Le dije ya acostada. A lo cual me dio un beso en la frente.

Después de unos estresantes diez minutos. Los cuales quizá fueron pocos, pero para mí fue una eternidad, ya que no tengo paciencia. Es más, mi segundo nombre es paciencia, pero el primero es sin. 

Bueno cuando entró Isaías, yo me senté en mi camilla.

—Y ¿Cuáles son los resultados? —Le pregunté algo preocupada, ya que no quiero estar enferma ahora. Pero me tranquilice, ya que al darse la vuelta mientras revisaba los resultados tenía una sonrisa en el rostro.

—Bueno Sami. Primero que nada si nos diste un susto bien grande. Pero la buena noticia es que todos tus exámenes están bien. Excepto uno. —Me dijo, entonces mis nervios regresaron.

—¿Qué exámenes me realizaste? Y ¿cuál es el que no está bien? —Le pregunté algo nerviosa a lo cual Matth empezó a acariciar mi mano para tranquilizarme, lo cual poco a poco logro.

—Tranquila no te asustes. Te realizamos todo tipo de exámenes. De azúcar, te revisamos la presión, descartamos cualquier enfermedad peligrosa, como anemia y demás, por último y el que dio positivo. Fue un examen de sangre que te realizamos para descartar la última opción, que podría ser la causante de tu desmayo. —Dijo dejando de hablar. A lo cual por su sonrisa presentía de que estaba hablando pero no me quería emocionar, ya que era relativamente imposible científicamente ¿no?.

—¿De qué estás hablando Isaías? Por favor dilo de una vez. —Le dije con los nervios de punta y rogándole a Dios de que fuera lo que estaba pensando.

—Primero que nada tranquilízate que te hará mal. Y segundo, para mí la verdad es un honor y un placer ser quien les de esta noticia. Y es que estás embarazada Sami. —Cuando escuché esas palabras me quedé en un shock total, no podía creer lo que acababa de escuchar.

—Pero ¿Cómo es esto posible? Deberías de hacer una prueba más. —Le dije un poco afectada.

—Ya realizamos tres diferentes pruebas y todas dieron lo mismo. Y aunque no lo creas es cierto. Y si científicamente era imposible. Así que la única explicación es que esto es un milagro. —Me dijo Isaías enseñándome las hojas en las cuales efectivamente comprobaban lo que él me dijo. Así que voltee a ver a Matth el cual lloraba y lo abrace mientras las lágrimas también corrían por mis mejillas.

—Es un milagro. —Dijo él mientras me abrazaba y sobaba mi espalda.

—Sí, lo es. —Le dije mientras sonreía. Y me separaba de él.

—Tenía mucho miedo de que nunca pudiéramos tener un hijo por mi culpa. —Me dijo secando las lágrimas que corrían por sus mejillas.

—¿Lo sabía? —Le pregunté, refiriéndome al tema de la esterilidad por las quimioterapias.

—Sí, una vez la vi llorando en la sala y desde ese día empecé a investigar y me di cuenta del porqué de su llanto. —respondió aun con lágrimas en los ojos.

—Lo siento, pero no quería hacerlo sentir mal, por eso no le dije. —Le conteste limpiando las lágrimas de sus mejillas.

—Lo se tranquila, pero ahora eso no importa, porque vamos a tener un bebe. —Dijo sonriendo y acariciándome el vientre.

—Sí, tiene toda la razón. —respondí sonriéndole, al igual acordándome de mi amigo. Así que lo voltee a ver y lo abrace.

—Gracias por la noticia. —Le dije muy feliz.

—De nada Sami. Y felicidades a ambos. —Dijo al separarnos y abrazar a Matth.

—Gracias hermano. —Le dijo Matth, ya que desde que le conté cómo me ayudó en todo el proceso y que nunca me dejó vencerme cuando sentía que todo me sobrepasaba y que yo ya no podía más, le empezó a tomar mucho cariño y ahora se llevaban muy bien. Hasta sentía que me quería robar a mi mejor amigo o mi mejor amigo me quería robar a mi esposo.

—De nada, ya saben que cuentan conmigo. Pero necesito que se sienten pues les daré información que de la emoción no les di. —Dijo mientras acercaba una silla a la camilla en donde ya nos habíamos sentado Matth y yo.

—Está bien, te escuchamos. —Le dije mientras sostenía la mano de Matth.

—Bien, son cosas simples. Lo primero es que tienes trece semanas de gestación, la verdad es que no me explico cómo no te diste cuenta. —Me dijo en burla.

—No es mi culpa, no soy regular. —Le dije a lo cual su gesto se transformó en uno de asco.

—Gracias por la información innecesaria. Bueno también tienes que tomar ácido fólico y prenatales por el momento para fortalecer al bebe. Aunque la verdad es un bebe muy sano. Pero tienes que evitar las emociones fuertes o los sustos ya que aún estás en una etapa muy delicada, así como también evita hacer fuerzas o movimientos muy bruscos los cuales podrían poner en riesgo la salud del bebe. Así que es solo eso, y que quiero ser el padrino del bebe. —dijo entre risas a lo cual empezamos a reír.