Capitulo 42

El gran día

Una semana después:

Estos últimos días han sido toda una locura. Pero a pesar de que todo fue muy apresurado logramos tener todo listo para el gran día y ese día que llevaba soñando por años es hoy, la verdad es que estoy que me muero de los nervios, nunca pensé que el tiempo se pasara tan rápido, ni mucho menos pensé que en pocas horas me convertiría en la esposa de Matth, es simplemente un sueño hecho realidad, me siento en un hermoso sueño del cual espero nunca despertar.

Me encuentro en una pequeña cabaña, ubicada en el jardín donde se llevará a cabo la boda, la verdad fue lo que más me gustó del lugar, ya que aquí nos podemos arreglar, evitando inconvenientes que podría ocurrir en el transcurso de mi casa para este lugar, aparte de ello nos podemos arreglar todas cómodamente y el hecho de que esté hecha de madera y tenga toques de plata le dan un toque antiguo que amo.

Luego de dos horas en las que mis amigas me peinaron y maquillaron, estoy lista para colocarme el vestido. Al terminar de colocarme el vestido y los accesorios veo mi reflejo en el espejo y me siento tan feliz y orgullosa por lo que veo. Mi peinado es simple pero hermoso, es una cola alta que da a relucir mis rizos y una diadema de flores con toques plateados y morados, mi maquillaje es completo pero mis amigas lograron darle un efecto para que pareciera natural, me da un toque elegante e inocente a la vez, tenía puesto un velo muy lindo, el cual fue de mi mamá, unos tacones blancos con toques plateado hermosos, el ramo era en tonos morados y azules con hojas de diferentes tonos de verde y por último y no menos importante el vestido, era simplemente perfecto, el escote corazón no muy pronunciado, la espalda con un escote en v hasta la cintura y alrededor del escote encaje de flores que se pegaba a mi piel, las mangas eran del mismo encaje que el del escote, era pegado hasta la cintura para marcar mi figura, que gracias a Dios seguía en mi peso ideal, la falda era en estilo princesa, con detalles alrededor de toda la falda con pequeños diamantes incrustados que le daban una caida preciosa y una enorme cola con encaje del mismo estilo que el de la espalda y con pequeños diamantes como el resto del vestido, simplemente me veía perfecta y la verdad me dieron ganas de llorar ya que nunca imagine que este día llegaría y menos cuando tuvimos que pasar por tanto estos ultimos meses.

Se me pusieron los ojos llorosos de la emoción.

—Ni se te ocurra llorar Sami, si no nos harás llorar a todas y arruinaremos el maquillaje. —Me dijo Fernanda en forma de advertencia, a lo que yo asentí ya que no quería arruinar el maquillaje que tanto les había costado.

—Si tranquila. —Le dije empezando a respirar para controlar mis lágrimas, entonces entró mi padre.

—Permiso, listas, la ceremonia va a empezar, wow mi niña ahora si pareces toda una princesa. —Me dijo acercándose y la verdad me dieron más ganas de llorar, creo que los nervios y la emoción están jugando conmigo.

—Gracias papi. —respondí dándole un gran abrazo.

—Bueno a sus posiciones que no quiero que el novio se impaciente, así que vamos. —dijo Fernanda sacando a todas de la pequeña cabaña. Dejándome a solas con mi papá.

—Bueno mi niña ya es hora. —dijo extendiendo su brazo y yo gustosa lo tome.

—Estoy muy nerviosa. —le dije mientras más nos acercábamos a donde se encontraban todos nuestros invitados y sobre todo donde me esperaba Matth.

—Lo se mi niña, yo también lo estoy ya que es difícil entregar a mi pequeñita que tan solo ayer jugaba conmigo, a la que le encantaba que le contara cuentos, mi compañera para ver la lucha libre y el futbol, mi niña que se asustaba con la oscuridad. Pero sé que eres feliz y si eres feliz yo también lo soy. —concluyó, terminando de hablar cuando la música empezó a sonar de fondo.

—Siempre serás mi héroe preferido y el mejor padre del mundo. —le dije dándole un beso en la mejilla para después seguir caminando.

El lugar era hermoso, un jardín grandísimo en donde en una parte se encontraban las mesas blancas, sus respectivos centros hechos de flores y ramas, sillas con listones color lavanda pálido y carpas azules y focos colgando de ellas y en otra parte se encontraban las sillas ya ocupadas por los invitados con encaje lavanda, y listones azules, con carpas negras y luces colgando de ellas, un camino de velas a las orillas, tela lavanda haciendo una barda en las sillas que estaban alrededor del camino y pétalos de rosas en el centro. Y al final había una pequeña carpa hecha de madera con flores y listones de los mismos tonos que los demás, con un lago hermoso atrás, simplemente todo era salido como de un cuento de hada.

Al llegar al lugar pude visualizar a Matth y mis nervios se esfumaron, ya que él se veía perfecto y sobre todo cuando me acercaba, me sonrió y veía como lágrimas salían de sus ojos, a lo cual algunas se escaparon de mis ojos, mientras los recuerdos de todo lo que hemos pasado a lo largo de nuestra relación pasaban en mi mente logrando que mi emoción creciera. Simplemente no podía pedir más. Él era el indicado y no me arrepiento de nada, ya que lo amo con todo mí ser. Al llegar al frente de Matth, mi padre me dio un beso en la frente.

—Me la cuidas. —le dijo a Matth, mientras yo le daba la mano.

—Se ve hermosa. —Me dijo, aun con lágrimas en los ojos. A lo cual solo sonreí ya que no quería llorar más y sabía que eso pasaría si pronunciaba una palabra en estos momentos.

—Hoy nos encontramos aquí para unir la vida de esta joven pareja en santo matrimonio. —Dijo el pastor que nos casaría por lo religioso ya que la boda civil fue en la mañana. —El matrimonio es cuando dos personas, las cuales se aman deciden unirse para dejar de ser dos y ser uno solo, sabiendo que aunque tengan problemas, conflictos o peleas, siempre estarán unidos y que su amor crecerá con la ayuda de Dios, sabiendo que todo prosperará si ponen en el centro de su relación a Dios, pidiendo siempre su guianza. —Prosiguió. —Ahora prosigamos con los votos, por favor Matthew di tus votos. —A lo cual Matth sacó una hoja de su traje.