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La estrategia de Mara se basó en dejar pasar las horas como si nada, no le volvió a hablar, pero tampoco se mostró reacia a que él lo haga, al final no pudo disculparse porque de alguna forma llego a la conclusión de que eso podría empeorar las cosas, y quizás él no se encuentre abierto a aceptar sus palabras, por eso decidió que lo mejor que podría hacer es dejar transcurrir el día, y ser una persona lo más cordial y atenta en el turno matutino del día siguiente.

—¿Por qué te gusta tanto? —Le pregunto Leire, mientras caminaban por los cubículos de las gallinas para recoger sus huevos—, el libro que me habías hecho comprar no me pareció la gran cosa.

—“Torrente Implacable” ese es muy bueno —A veces algunas gallinas le picaban, por alguna razón, quizás tenga algo que ver con que no deberían encontrar ahí en ese momento—, tienen cierta complejidad los personajes, a pesar de ser héroes o villanos tienen algo bueno y algo detestable, las escenas no solo hablan de ellos mismo y como se relacionan entre sí, ninguna sobra, todo aporta un poco a la trama —Retiro su mano antes de que la piquen, la volvió a meter y saco otro huevo—, las hazañas están bien planeadas, y parecen verosímiles, además las escenas de descanso entre los eventos emocionantes son muy buenos, de verdad trasmite una calma muy opuesta lo demás… y mi parte favorita es cuando juegan ajedrez, y sin darse cuenta, te cuentan el final.

—Bueno, creo que sí, no note nada de eso —Las gallina se hacen a un lado para que ella pueda agarrar con toda suavidad los huevos—. ¿Estas segura que podrás conseguir que te quiera?

—Lo estoy —Agarró rápido el ultimo huevo y lo dejó en la cubeta—, primero hare que me perdone —Fase uno—, luego le pediré ayude con mi libro —Fase dos—, y en un futuro, seguro que hasta nos hacemos novios.

Para Leire fue preferible no hablar en ese punto, aquel plan podría considerarse exagerado, sería necesaria mucha confianza para decir algo de ese estilo, no la veía capaz pero prefirió no mencionarlo, solo caminaron al sitio donde dejarían los huevos. El plan parecía complicado para alguien con las habilidades de Mara, pero ya la había visto con esperanzas, y una cosa puede decir de ella, es que suele invertir mucho esfuerzo con conseguir ciertas cosas, y por lo general da resultados.

En ese momento, en la tienda había nuevos postres, entre ellos unos cupcakes hecho cien por ciento con los materiales de la granja, salvo por la harina, el papel, las chispas de chocolate, y el noventa por ciento del postre. Cuando Mara pasó por allí, se detuvo al verlos. se le ocurrió que podría usar uno de esos para su plan, no encontró en su memoria a alguien de mal humor mientras comía un pastelillo. Por lo que se compró uno a su misma, y ahora tendría el regalo perfecto para Joel, con un gesto así, no haría falta pedir disculpas, no haría falta ni escribirle una nota, pues si dejaba claro que era en compensación de algo, se sobreentendería que el presente viene de ella, no había huecos en ese plan. Se comió una de las chispas de chocolate. Ahora la pregunta era como llevárselo, y en qué momento.

Él se encontraba en aquel momento aprendiendo de una de las empleadas de limpieza el proceso completo para adecuar una de las habitaciones del hospedaje, su labor era aprender de todo, porque nunca se sabe cuándo podrían necesitar apoyo en que área. Le dieron una escoba y empezó a barrer un cuarto con una televisión a color, de los años noventa que era parte importante de la ambientación de ser un entorno separado de las grandes ciudades, ya que daba la atmosfera de paz que se buscaba, y además era más barata que una televisión moderna.

Mientras pasaba la escoba, la pantalla provoco el recuerdo de que en la tarde tendría una reunión con los que quieren adaptar uno de sus libros, elegirían cual libro, de entre los que ellos ya habían planeado tras un riguroso análisis y los términos del contrato. El problema con aquello es que muchos fanáticos se sientes decepcionados con las representaciones en pantalla grande de las obras de sus escritores favoritos, en algunas ocasiones filtraban su dirección y sus puertas y paredes se convertían en un vertedero artístico y de odio, una de las razones por las cuales Eslater protege su identidad.

Mientras limpiaba el espejo del baño considera la posibilidad de que eso podría pasarle a él también, los haters recordarían su nombre y hablarían mal de sus obras, con más ganas que antes, eso no sería algo nuevo, lo relevante era lo que podrían pensar los que ya eran sus seguidores si no les gusta el casting, o el argumento .Además al estar una de sus historias en la pantalla grande, llegaría a mayor público, eso podría aumentar las ventas de sus libros, lo que no es malo, lógicamente, pero, debido a eso es bastante probable que la editorial, le solicite crear uno nuevo para aprovechar la fama de la película, cuando salga, por lo general es más cómodo solo escribir cuando la idea llega, y entonces obligarse a terminar la obra, no que te obliguen a terminar una obra sin una idea que en principio haya provocado la suficiente motivación.

Mientras, la empleada doméstica que le asigno su actual tarea, se encontraba afuera hablando con Mara.

—Hey —dijo la señora desde el cuarto, en dirección al baño—, termina de limpiar la ducha y alguien dejo algo para ti.

—¿Disculpe? —dijo Joel agarrando un cepillo y guantes que usaría a continuación—, ¿Cómo dijo?

—Una chica que no se su nombre, y tampoco parecía querer decirlo… vino y te dejo algo, lo pondré aquí en la cómoda. Cuando termines de limpiar la ducha puedes comerlo, y luego búscame para que te enseñe a lavar los platos.

—Ah, claro, enseguida —No le suelen regalar cosas, pero ya tendría tiempo de pensar en eso, luego de trabajar. Le agradaba hacer esa clase de cosas cotidianas. Por lo que empezó enseguida a cepillar las paredes de la ducha.

Ya no existía nada del dolor que ayer le provoco el equino, por lo que podía agacharse para llegar a los zócalos. No quería que alguien luego se queje de su desempeño, por eso se esforzaba de más. De igual forma un trabajo nunca será perfecto, pero puede intentarse, al menos estar satisfecho.