Capítulo 23: Un rostro sin mentiras

"Separate me from the living
Understanding me
After everything I've seen "

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Valerian podía sentir la intensa mirada de Logan sobre ella, como si esperara que algo sucediera, que diera el primer paso. Pero su cuerpo no reaccionaba. Estaba atrapada en un torbellino de imágenes que no podía separar de la realidad. El impacto inicial fue reemplazado por una ira creciente, abrasadora. Entonces, caminó hacia él sin mirarlo, volteó su teléfono y lo enfrentó.

—¿Por qué tienes una foto con Jeremy? —susurró.

—¿Qué? ¿De dónde sacaste eso? —respondió él, desconcertado.

—No... dime, ¿por qué carajos tienes una foto con mi ex? —insistió, enojada, revelando de más.

Logan torció una sonrisa que ella no logró comprender. Rodeó el sofá y se paró frente a ella, evitando mirarla a los ojos. Sus hombros cayeron con un suspiro derrotado. Negó varias veces antes de lanzar una mirada al teléfono y luego a ella.

—Salía con mi hermana, la chica que estoy abrazando en la foto —señaló.

«¿Hermana? ¿Jenna es su maldita hermana? ¿Poison...? ¿Qué mierda está pasando?»
Betty se agitaba tanto como ella, confundida y alterada.

Más allá de la sorpresa de ver a Jeremy en esa imagen, Valerian necesitaba saber qué hacía ella allí. Y al escuchar la verdad, sintió algo desgarrarse por dentro. No lo sabía. No tenía cómo saberlo. Pero aún así, con toda la historia detrás, Valerian era la única responsable de que esa chica ya no formara parte del mundo. Semanas atrás, había asesinado a sangre fría a la hermana del hombre por el que empezaba a sentir algo. Y ahora, él la miraba de una forma completamente distinta.

—Yo... no... no lo comprendo —susurró para sí, caminando de un lado a otro. Pero entonces frenó en seco y lo miró, con algo dándose forma en su mente—. Tú... ¿cómo sabías quién era yo?

Logan cerró los ojos con pesar y asintió.

—Sé quién eres. Sé lo que hiciste... hace años. Pero tú no tenías idea de quién era yo —confesó.

Ella abrió los ojos con sorpresa, apoyándose en la mesa para no derrumbarse. Logan comprendió que debía seguir.

—¿Recuerdas cuando fuiste a casa de Jenna, en Nueva York? El día que ese imbécil fue a dejarla...

Valerian asintió. Claro que lo recordaba. Era uno de sus pensamientos más frecuentes.

—Yo estaba ahí. Había ido a visitarla cuando él llegó con sus excusas de mierda. Le había prometido a Jenn que no me metería en sus asuntos, así que me quedé en la cocina esperando a que se fuera —Logan hablaba con firmeza, pero ella notaba el temblor detrás de sus palabras—. Pero eso no terminó bien. Tú llegaste y entraste como si nada te importara. Luego la amenazaste.

—No sabes todo lo que pasó, ¿verdad? —dijo Valerian, con una sonrisa irónica. Recordaba esos meses como un infierno—. ¿Crees que yo andaba por la vida amenazando niñas? Vaya... —tiró su móvil sobre la mesa—. El día en el bar —lo miró con seriedad—, el día que "nos conocimos" —exageró las comillas con sarcasmo—, fue toda una farsa, porque tú ya sabías quién era yo.

—No lo supe de inmediato, pero eres verdaderamente inconfundible, Valerian —la llamó por su nombre completo por primera vez—. Recordaba tu voz, pero tu apariencia era diferente... no sé cómo explicarlo.

—¿Por qué? —preguntó directamente, clavando su mirada en la suya—. Quiero saber por qué demonios te acercaste fingiendo que no me conocías, si ya tenías tu versión de la historia.

Él negó, intentando alejarse, pero ella lo interceptó, colocándose frente a él con las manos sobre su pecho.

—Dímelo, Logan.

—Yo... quería destruirte —soltó con un deje de culpa.

Las manos de Valerian cayeron como si la hubieran empujado. Las lágrimas, finalmente, comenzaron a descender.

—Quería que sintieras lo mismo que ella. Jenna se enamoró de la persona equivocada. Ese tipo la usó... cuantas veces quiso. Pero siempre pasaba lo mismo: no importaba cuánto se esforzara Jenn, si tú aparecías, Jeremy se olvidaba de que mi hermana también existía. Sé que no tienes idea, pero cuando se la llevaron... cuando tú apareciste con los policías —la miró a los ojos—, era su cumpleaños. Toda la familia estaba ahí. Vi a mi madre derrumbarse. Y a mi hermanita siendo arrestada, alejada de todos por el capricho de una...

Calló.

—¿De una perra? —le sonrió con ironía—. ¿Ahora te da vergüenza decirlo? ¿O acaso querías usar otra palabra? Me han llamado de muchas formas, así que no me sorprendería —agregó con su lado más duro—. Claro que no puedes verlo con objetividad. Jenna nos acosó durante meses: llamadas, aparecerse en mi trabajo, dejar cosas en la puerta de casa, meterse con mi familia. Necesitaba frenarla.
—Y no puedes echarme en cara lo que hicieron otros. Yo no manipulé a nadie. Todos éramos adultos. Jeremy tomó sus decisiones. Cada acto tiene su consecuencia —terminó, furiosa.

«Eres patética... era su maldita hermana, Poison. Dejá de ser tan hija de puta», murmuró Betty en su mente.

—¡Era solo una niña! —gritó Logan, enojado. La pelirroja trastabilló por el impacto de sus palabras—. No pude verla por meses, ni enviarle nada. Toda la familia se destruyó. ¿Sabes lo que le hizo ese lugar? Jenna era frágil... y se rompió.

Hizo una pausa.

—Cuando te reconocí, solo pensaba en que sintieras ese mismo dolor. Y confirmé tu identidad cuando viste la noticia del bastardo de Melvick. Pero no fue suficiente. Fingiste no conocerlo. Y tú... tú estabas libre y sonriente.

—Espera... ¿me estabas observando esperando que me desplomara por él? —rió amargamente—. Me veías así porque, después de tantos años, era libre de la sombra de los Melvick-Hansen. Sí, sabía quién era. Y todo lo que pasó. Pero muerto... muerto ya no podía dañarme —confesó, con la voz quebrada.

Logan se estremeció.

—A nadie más podía dañar tampoco. Creí que empezar de nuevo resolvería mis cosas. Fue terrible al principio, pero te conocí a ti —agregó, dándole un empujón suave—. ¿Por qué esperar tanto, entonces? ¿Quisiste venganza? Lo respeto. En serio. Crecí en una familia que se rige por esa mierda —levantó las manos—. Podrías haberlo hecho hace meses, y aún así... elegiste callar. Podrías haber...