Capítulo 6

La mañana y tarde se pasan rápido. Unos regaños de parte del director y presentar algunos cambios de último momento. El almuerzo lo pasé adelanto un poco de trabajo para estar un poco más relajada lo que resta de la semana. Recibí un par de mensajes de las chicas confirmando para ir al spa. Iríamos a la fiesta totalmente renovadas, como si la semana no nos hubiera pasado por encima con todas las responsabilidades con las que cargábamos.

Esperaba que Ashton me enviara algún tipo de mensaje, pero se ve que quería mantener la expectativa hasta la noche. Sin embargo, sí recibí un mensaje extraño que me dejó pensando un largo rato. Aunque no sé de quién podría ser, es un número desconocido. El mensaje decía que era bueno volver a verme y que estaba más preciosa que antes.

La primera persona que se me vino a la cabeza fue J. Durante el desayuno con Ashton me pareció verlo, así que era lógico que fuera él. Pero también podría tratarse de un número equivocado. Además, él no se aparecería de la nada. Hace años dejó muy en claro que no le importaba, ahora es una cicatriz que intenta sanar. Pero no puedo descartar el hecho de que sea él, siempre ha sido muy impredecible, inestable.

Y quizás esa inestabilidad era lo que me había enamorado de él. Siempre tuve todo bajo control, pero él siempre había sido ese caótico descontrol imposible de ordenar. Éramos muy diferentes, lo supe desde un principio, pero decidí arriesgarme de todos modos. Adoraba los desafíos.

Las cosas funcionaron y fueron divertidas por un tiempo. Hasta que se cansó de mí. Ahora han pasado unos cuantos años y puedo decir que al fin estoy intentando seguir adelante. De alguna forma, me había cerrado desde que terminó conmigo. Me negaba a salir con alguien más y si lo intentaba, lo arruinaba sin proponérmelo. Por eso Ashton me pone tan nerviosa, volver a intentarlo con alguien que me resulta atractivo después de tanto tiempo sólo me da temor a que vuelva a ocurrir lo mismo.

Los nervios me acompañan durante la tarde y debo beber un poco de té para calmarme. Tampoco sabré a dónde iremos, lo que aumenta un poco más mis nervios. Un poco de música y un baño de inmersión alejan todos esos pensamientos de mi cabeza.

A la hora de elegir la ropa, soy bastante rápida. Ya tenía una idea de lo que podría usar. Un vestido suelto, unas converse y una chaqueta de jean. Es mi definición de comodidad. Además, este vestido rojo me queda muy bien. Dejo mi cabello al natural con unas ondas y me maquillo muy poco, sólo destacando un poco mis ojos.

Falta un poco para que Ashton llegue, así que junto algunas ideas para las demás paredes de mi casa. Hago anotaciones sobre los materiales que necesitaré. Creo que aún tengo mis pinceles guardados, pero definitivamente tendré que comprar nuevas pinturas. Dejo la lista de colores en la pizarra de recordatorios justo cuando suena el timbre.

Llevo reloj pulsera y dinero en el bolsillo de la chaqueta, así que no necesito un bolso. Observo por la mirilla y no es Ashton, no sé quién es. Pongo la cadena en la puerta y abro todo lo que ésta me permite, mirando al chico. Viste una camisa simple y unos jeans oscuros.

—¿Sí? —pregunto intentando averiguar qué necesita.

—Buenas noches, ¿la señorita Ariadne?

—Sí, ¿qué buscaba?

—Vengo a hacer una entrega de flores —dice señalando al suelo y puedo ver varios floreros de tulipanes, girasoles, lilas, rosas y margaritas.

—Un segundo.

Cierro la puerta para quitar la cadena y el chico me tiende una hoja para firmar el recibo. Firmo mientras entra las flores a mi casa. Diez floreros en total. Son realmente preciosos, pero no tienen firma. Son realmente preciosos, pero soy más de chocolates. No importa, puedo aceptárselo a Ashton por esta vez.

Observo los hermosos adornos florales y no puedo evitar sonreír. Un detalle muy bonito y su aroma es delicioso, acaricio sus pétalos justo cuando suena el timbre de nuevo. Observo por la mirilla de nuevo y esta vez me encuentro con mi cita. Se apoya en la puerta de en frente y estoy por abrir cuando veo que abren la puerta en la que estaba apoyado y cae al piso. La señora Heckmore lo mira con su malhumorada expresión y yo salgo del departamento mientras él se levanta del suelo.