CAPÍTULO XVIII

Amelia

Estos días he pensado en Daniel quiero ayudarlo a encontrar lo que le falta por eso en cada meditación que tengo le pido a Dios a la Virgen María que me ayude hallar lo que él busca.

Pero aun así no puedo evitar sentir un cariño especial por el incluso un romance el día martes no pude evitar tener un pensamiento de romance. Pensaba en cómo me rodeaba con sus brazos de una manera dulce y tierna como un niño chiquito incluso el calor y el aroma de su cuerpo me tenía atrapada.

No quería apartarme de ese pensamiento. Daniel sufre al igual que todas las personas tiene un pasado oscuro, lo intuyo.

Debo tener cuidado esos pensamientos me desvían un poco de mi camino de mi amor a Dios, pero mi amor por Él es más grande a partir de este momento todo se pone un más intenso pues ya estamos cerca del Noviciado donde reafirmare mis votos, donde me iré acercando más a mi Señor.   

Hoy nos dieron una conferencia sobre la vida de una religiosa, la vocación de servir a Dios.

Mi espíritu se ha fortalecido me siento una mujer rebosante de Fe una Fe que quiero compartir con todos hacer que todos lo sientan en su ser eso es lo que debo hacer por Daniel quiero ayudarlo a despertar su Fe.

Han pasado dos semanas no me he vuelto a topar con Daniel en la Iglesia por el simple hecho de que no he asistido a misa esas dos semanas como dije he estado en meditación para rezando profundice aún más mi intimidad con Jesucristo y mi amor por la Virgen María.

Aun así, quiero verlo saber porque me pasa esto. Hace dos días atrás le pedí prestado el celular a Iridia que había tenido permiso para usarlo, quería hablar con mi hermano Fabricio y preguntarle si tenía algo que ver con lo que me pasa. Recuerdo bien cuando me dijo –Voy a pedir que alguien te mueva el tape.

Lastimosamente no me pude contactar con él, pero ya mismo tendré un nuevo permiso para usar mi celular y ahí sí tendrá que responderme.