two

Llegar a casa fue algo que anhelaba mucho, no había visto a mis hyungs en la salida, por lo que termine caminando solo hasta mi humilde morada, la cual no era “humilde” según mis amigos. Mis padres eran abogados y trabajaban juntos en la misma empresa, después de todo la habían fundado ellos, Abogados Jeon. Nunca quise ser parte de aquel circo, aunque recibí demasiados regaños de parte de mi padre y de mi abuelo, no necesitaba esa vida.

Mi abuelo era un alguien demasiado estricto, nunca fue un abuelo amoroso por lo que puedo recordar y siempre me sentía ansioso e incómodo ante su presencia. Nunca entendí el porqué de su actitud tan arisca, mi madre siempre dijo que ese era su carácter, que debía ganarme al abuelo, pero de tantos intentos, renuncie a querer ganarme su cariño y aceptación, jamás lo haría.

Menos después de no seguir los pasos de mis padres.

7:00 pm, debía preparar algo de comida, quizá realizar algunos pendientes de la universidad y podía jugar un poco. La casa se encontraba algo silenciosa, mis padres se encontraban de viaje y regresarían el fin de semana, desde pequeño me acostumbre a la ausencia de mis queridos padres, no recuerdo haberlos visto en aquella presentación de dibujo cuando me encontraba en primaria, mi dibujo había ganado el primer lugar y me obsequiaron un kit de lápices de colores para dibujar, era el niño más feliz del mundo, pero no tenía a mis padres en primera fila, pero tenía a Taehyung y los señores Kim, sonriéndome desde la distancia y agitando sus manos desesperadamente.

Me refugie en Tae y sus padres, quienes fueron demasiada influencie para seguir mi camino en el arte, aquella pareja eran fotógrafos y sus trabajos eran ante mis ojos, perfección absoluta. Apoyaban a Tae en todos sus proyectos, asistían en primera fila y lo llenaban de abrazos, aquello era lo único que envidiaba de mi mejor amigo, tenía la familia que nunca tuve. No me faltaba dinero, ni lujos, ni comida, pero me faltaba demasiado tener padres.

La casa se encontraba limpia, quizá la señora Jung había venido en la mañana a realizar la respectiva limpieza, abrí la nevera en búsqueda de algo para poder cenar, había un pequeño plato envuelto en plástico transparente, con curiosidad lo tome en mis manos, leyendo la pequeña nota que se encontraba encima.

Caliéntalo si quieres Kook, no olvides alimentarte bien.

Con amor, la Señora Jung.

Sonreí al leer la nota, conocía a la señora Jung desde que tengo los 10 años, trabajaba realizando la limpieza en la casa, siempre me preparaba comidas deliciosas, pero repentinamente mis padres le habían pedido que no frecuentara la casa, la tenía todo un día para mí, pero tristemente se redujo a solo tenerla en las mañanas en casa y cuando empecé la universidad, disminuyo a cero vistas, solamente los domingos compartíamos tiempo juntos, por eso aquel día era sagrado para mí.

Mi celular empezó a vibrar en seña de una llamada entrante. El nombre de Tae, apareció en pantalla.

- ¿Qué quieres Tae? —pregunte dejando el teléfono en la mesa, luego de poner en altavoz el celular.

Tae: Kook ¿Cómo estás? ¿Yo? Muy bien, gracias por preocuparte por tu mejor amigo.

- ¿Qué quieres? —pregunte nuevamente.

Tae: Con los chicos vamos a reunirnos en la cafetería, a las 8, te esperamos ahí.

Y colgó la llamada.

No pensaba salir, pero no tenía nada que hacer después de todo, podía quedarme a dormir en casa de Tae y ver películas juntos o quizá jugar un rato. Tomarme una ducha antes de salir no estaría mal, debía alistar las cosas también.

* * *

- Listo chicos, no hagan mucho ruido —Tae lucia bastante guapo con su uniforme— Mi jefe los tiene en la mira desde lo ocurrido hace dos semanas —miro hacia atrás donde estaba su jefe mirándonos fijamente— Ya traigo sus pedidos —empezó a alejarse.

Tae cubría algunos turnos en aquella cafetería, lo hacía para darse sus “gustitos” como decía, trabajar en la cafetería podría ser una buena idea, recibir dinero de mis padres era algo que me estaba costando los últimos meses, rogarles para que pagaran las matriculas de la universidad, era algo agotador, si tuviera dinero extra no tendría que pedirles dinero.

- Tae enserio debe de temerle a su jefe —menciono Hoseok.

- Con un jefe así yo también estaría cagado de miedo Nam hyung, es decir ¡Míralo! Parece que quiere venir y matarnos uno por uno —sentí mi piel chinita— Si da miedo.

- No seas exagerado JungKook.

¿Ya dije que odio a Yoongi?

- Nos odia por tu culpa, el escandalo lo hiciste tú, no sé cómo puedes presentarte aquí, pobre Taehyung —lo mire con la boca abierta, me siento ofendido— Además hemos estado ayer aquí su Jefe nos atendió y fue muy amable, pero como estas aquí hoy debe ser que te odia solo a ti.

- Amor no seas cruel con el niño, Kookie es un bebé y es imposible que alguien lo odie.

- Hope no lo defiendas —pelea de novios, genial— Debe estar así porque tú lo mimas mucho y además es cierto que el escandalo lo inicio el.

¿Eso eran celos? Yoongi tenía razón, aunque los escándalos eran algo que me ocurrían en mi vida cotidiana, no lo planeaba, simplemente sucedía.