thirty-five

Las piernas de Yoongi estaban enredadas fuertemente en el torso de Hoseok, los dos compartían un beso difícil de observar para Jungkook. Llevaban jugando alrededor de 5 minutos y el quería desaparecer de la tierra. Había tenido que soportar besos de sus amigos, en la mejilla, en la frente y se sentía afortunado de no haber sido besado aun en los labios.

- ¡Ya! —Jin soltó una fuerte carcajada— ¡Busquen una habitación!

- La única habitación que hay en esta casa es la mía —Jungkook suspiro— Si no quieres verme enojado, es mejor que no les sugieras nada a estos dos.

- Es mi turno de girar la botella —Jimin menciono animado.

Un emocionado Jimin con las mejillas totalmente sonrojadas, giro la botella. No pudo contar cuantas vueltas había dado la dichosa botella, pero su expresión neutra continuo hasta que esta se detuvo frente suyo.

- ¡Le ha tocado al mocoso! —Yoongi grito levantando los brazos y sacudiéndolos con emoción.

- ¡Kookie! —Jimin se lanzó a abrazarlo.

- Mi querido amigo ¿Verdad o reto? —Namjoon agravo su voz, dejando a todos con curiosidad por la respuesta del pelinegro.

- Verdad —respondió mientras se cruzaba de brazos.

- Eso es trampa —Hoseok se quejó— Debes elegir reto, esa es la regla.

- No cambiare mi respuesta.

- ¡Eres un aguafiestas! —el más pálido lo abucheo.

- ¿Apunta a la persona más linda que este aquí en el apartamento? —Namjoon sonrió con malicia.

La mirada del pelinegro se desvió hacia la pelirroja que conoció en la cafetería. Realmente Jungkook pensaba que era muy linda, pero no podía pasar desapercibida la mirada de Jimin, quien se encontraba a su lado. Desde que conoció al pelinegro, pensaba que era precioso y sin duda sentía que estaban destinados a estar juntos, pero eso había quedado en el país, luego de su relación con Taehyung, no podía pensar en salir con alguien, no podía traicionar a su novio. Porque si, Jungkook aún pensaba en Tae como su pareja y eso no iba a cambiar.

Su brazo se engancho en el pequeño cuerpo de Jimin y lo apunto, mirándolo fijamente a los ojos.

- Park Jimin —hablo mirando los ojos del mayor— Pienso es precioso, más que cualquiera que esté en el apartamento.

El contrario sonrió, al parecer había recibido el mejor cumplido de su vida. Porque la sonrisa que se dibujó en su rostro, lo hacía lucir más precioso de los normal y eso hizo que el corazón de Jungkook se acelerara por un instante.

- Mi turno de girar la botella —escucho a lo lejos la voz de Yoongi.

- ¿Soy precioso? —Jimin pregunto mirándolo fijamente— Repítelo otra vez.

- Eres precioso Park Jimin —el pelinegro obediente hizo caso a la petición— Ya te lo había dicho…

- ¡Jungkook!

Confundido miro a Yoongi, quien sonreía divertido, al igual que todos en el improvisado circulo a mitad de la sala.

- Oh de nuevo es tu turno, Kook —Yoongi sonrió— Y como ya elegiste verdad, debes elegir reto ¿No es así chicos?

Miro mal a su amigo al recibir un coro dándole la razón. Sabía perfectamente las intenciones de su hyung y al estar algo borracho, se volvía más insoportable.

- Te reto a que beses a Park Jimin —dijo apoyando el codo en su pierna y recostando la mejilla en la palma de su mano— Después me agradeces.

Las miradas se dirigieron a él y sintió toda la presión, el mayor simplemente sonreía a su lado y no podía olvidar como el día anterior se había lanzado a besarlo. Sonrió también por aquel recuerdo. Decidido se puso de rodillas y llevo sus manos a las mejillas del pelinegro, de pronto sus labios fueron su foco de atención y realmente deseaba besarlos nuevamente, a pesar de que este no recordara nada después. Acerco su rostro, sintió el olor a licor y realmente no le incomodaba.

Entonces Jimin jadeo y chocaron sus labios, un beso lento, donde Jungkook disfruto cada movimiento, sintió por segunda vez un hormigueo en su pecho. Los dos suspiraron en medio del beso, lo que lo hizo percatarse del sitio donde se encontraban. Pero aun así no se detuvo, su mano viajo a la nuca del mayor, se inclinó más hacia él y ahora lo beso con más intensidad. Los labios de Jimin eran suaves, se sentían calientes y dulces, entonces sus tiernas manos se deslizaron suavemente por el cuello de Jungkook, dejándolo en su propia perdición.  

- Jungkook… —susurro el pelinegro.

Cuando se separaron sintió en su pecho el corazón palpitarle de manera rápida, apoyo su mano en el suelo para no caerse por la montaña rusa de emociones, Jimin dejó caer la frente en el pecho de Jungkook y el silencio reino alrededor de ellos.

- ¿Viste eso Hobie? —Yoongi rompió el silencio— ¿No te dieron ganas de estrellarme contra la pared? 

- ¡Yoons!

- ¡Hombre! Eso estuvo intenso —Namjoon continuo— Quien lo diría, una escena sorprendente de ver.

- No conocía ese lado tuyo Minie —Jin miro a su amigo con una sonrisa— Definitivamente lo apruebo.

Jungkook parecía que estaba escuchando las voces a una distancia lejana, estaba tratando de procesar lo que acababa de suceder. En los últimos 5 años no había sentido nuevamente aquel estallido de fuegos artificiales en su interior, no desde Taehyung. El pelinegro continuaba apoyado en su pecho, respirando de manera acelerada.