Capitulo 2

-Buenos días señorita.-Saludo a una risueña y simpática recepcionista.- Fui citado a una entrevista, soy Leonardo Emer.-

He llegado hace más de media hora. Me quedé en el café frente a este edificio. Estoy muy nervioso, nunca antes fui a una entrevista de trabajo. 

Según me comentó mi tía y madrina, ella conoce al gerente de recursos humanos, es un hombre sensato y amigable, pero mi cita es con quien sería mi jefa directa, una mujer muy exigente aunque trabajar con ella sería un pase directo al éxito, me propongo dar lo mejor de mí y conseguirlo.

-Buenos días Leonardo, así es, la señora Isabel Frenchi lo espera en su despacho del tercer piso. Ya tienes un punto a favor, aprecia mucho la puntualidad.- Dice la bellísima persona frente a mi, me guiña un ojo y señala el ascensor que abre sus puertas en este momento.

Entro, presiono el número tres y espero llegar. Salgo en un recinto sobrio, bien decorado y que transmite cierto orden y calma. Veo un escritorio con una computadora, algunas lapiceras y fibrones de colores pero no hay ningún humano a la vista. 

Al fondo veo una puerta doble y supongo que es el despacho de la jefa. Conforme me acerco mis nervios se acrecientan, puedo ver el temblor de mis manos y carajo quiero ir al baño a hacer lo segundo. De repente la puerta se abre, lo que me sobresalta, veo salir a una mujer de cabello oscuro y piel muy blanca, lleva una falda ajustada al cuerpo azul y una blusa ligera blanca con unos zapatos de tacón que le hacen lucir sus espléndidas piernas. Es una mujer hermosa, con curvas generosas y cara angélical, supongo que tiene unos 22 o 23 años. Imagino que es la secretaría. Cuando me ve, me examina con descaro de pies a cabeza. Estoy muy seguro de como me veo, llevo años entrenando a diario y sé que con mi atuendo casi formal mi cuerpo se luce a la perfección. Al terminar lo que vine a hacer la invitaré a almorzar, pienso.

-Buenos días ¿Leonardo Emer?- Asiento en señal de saludo- Adelante, lo estaba esperando.- Dice e ingresa en la sala de puerta doble. 

Mi asombro es palpable, es que por señora Frenchi yo esperaba a alguien mayor y más... ¿fea?

-Bueno Leonardo, el CV que me han hecho llegar dice que conoces y manejas eficientemente los sistemas informáticos, hablas, comprendes y escribes la lengua inglesa, obtuviste un excelente rendimiento y condecoraciones en tu formación académica.- enumera sin levantar la vista de la carpeta que tiene en sus manos.

Asiento a todo lo que dice. 

-¿Sabes conducir?-pregunta y me mira, asiento con la cabeza. -¿Tienes carnet de conducir vigente?- Afirmo mirando sus ojos oscuros que me atraen como un imán.

- Si, en agosto, tras mi cumpleaños número 18 lo saqué.- respondo sin entender a que se debe su interrogante.

- Muy bien. Ahora, dime ¿porque no seguiste estudiando?

- En realidad no tenía claro que seguir y por otro lado buscaba independencia financiera. Pienso que trabajando puedo lograr una base económica en lo que decido como continuar.

- ¿De modo que buscas un empleo que te sirva de pasatiempo hasta ver que quieres?

- No, señora. Busco un empleo en el cual crecer y si existe la posibilidad de capacitarme con gusto lo haré.

-Buena respuesta. Pues bien, como habrás notado no tengo secretaría, media hora antes de que llegarás la despedí por incompetente.- Siento que mis ojos van a abandonar mi rostro por el asombro. Esta mujer es demasiado directa.- Busco gente responsable, puntual en extremo, predispuesta, amable, respetuosa, que trabaje en equipo y sepa acatar órdenes y sobretodo sincera. No tolero ni las mentiras, ni los engaños. ¿que dices, serás capaz de ser mi asistente?

- Si, claro. Si, si. Es que me sorprende me habían dicho que estaba vacante un puesto de cadete o algo así.

-Así es, necesitaba un cadete pero ahora necesito asistente también asique cumpliras con ambos roles. En cuanto a tu remuneración, será acorde a ambos trabajos. Si lo vemos necesario tomaremos a alguien que se encargue de algunas cosas para que sea menos duro.- me escruta sería pero no es desagradable, sólo un poco intimidante.- Algo que no mencioné es que te necesito de lunes a sábado sin excepción, en ocasiones también los domingos. Te daremos un celular con línea directa, podrás llamarme a la oficina o mi línea personal, exclusivamente. Y será al que yo te llamaré, asegúrate de que permanezca con batería y encendido en todo momento, inclusive en tu día de descanso. No soy paciente y no me gustan los imprevistos. ¿Lo tomas?

-Si, señora. Con gusto. No se arrepentirá. Gracias, muchas gracias.

-Bien, ve al segundo piso y pide hablar con Omar de recursos humanos. Yo le informo lo acordado. Te espero en media hora para comenzar con tu trabajo.

Asiento, me levanto del cómodo sillon en el que me mantuve todo este tiempo y me dirijo a hacer lo que me pidió mi nueva jefa. Estoy feliz, sé que es una oportunidad única y la voy a aprovechar. En el camino le envio un mensaje a mamá y Cati mi hermana contándoles que ya tengo empleo.

Media hora después estoy en mi escritorio revisando la agenda de mí jefa. Veo que tiene programada una reunión en quince minutos, por ende voy camino a avisarle cuando escucho el ascensor abrirse, de este aparece un hombre de unos 30 años o más, se acerca a mi mirándome intimidatoriamente.

- ¿La secretaria?- Pregunta apuntando a mi escritorio, a lo que me autoseñalo. Abre los ojos con evidente asombro.- ¿Un mocoso? ¿Desde cuando Isa mezcla a sus conquistas con...- no puede terminar de hablar porque mi jefa sale con sus pertenencias y por su expresión deduzco que ha oído todo.

- ¿Se puede saber que mierda haces acá Daniel? Y además ¿Quien te crees que sos para pedir explicaciones a mis empleados?

-Perdón bonita, es que me asombró ver a un niño, con lo clásica que sos en tu trabajo supuse que tenías algún "compromiso" más allá de lo laboral, quizás su mami descubrió el amorío y quiso denunciarte o será que lo dejaron sin mesada y por lastima le das un empleo.