Capítulo 13

Reon fue a buscarme así como el lo dijo, me tomo un poco de tiempo pero salí de la habitación con las ropas ostentosas en orden incluyendo el cabello. Camino directamente a mi oficina, no quiero ni meterme en la boca de la loba de mi madre, suficiente tengo con la jaqueca desastrosa. Aun siento que no e dormido nada porque me fui a dormir relativamente tarde porque no podía detener las lagrimas.

Reon camina un poco mas rápido logrando estar frente a mi al llegar a la puerta de mi oficina, la abre una vez yo estoy justo detrás de el.

—Gracias. —respondí caminando hacia mi escritorio.
—¿Desayunara?
—Solo tomare agua. —respondo en seco, no quiero hablar sinceramente.
—Esta bien, me retiro. —responde Reon, dando una reverencia mientras se retira de la oficina dejándome solo.

Abro mi laptop y la luz de esta me perturba la vista, deslizo mi mano y coloco la "luz nocturna" para que no me duela mas los ojos, veo la barra de notificaciones y veo algunos correos que me toca revisar al igual que una junta a la cual asistir, reviso las horas y la primera de estas es al mediodía, lo que me salvaría de tomar el almuerzo. Puede sonar egoísta pero no quiero ver a mi madre en todo el día, no lo necesito y prefiero evitarla porque lo mas posible es que cuando me vea lo primero que haga es verme con esos ojos de "madre que olvida todo lo que dijo y se hace la santa". Reviso la hora y es justo las diez de la mañana, estiro mi cuello y empiezo a responder todos los correos de Reon.

Escucho unos pasos acercándose a la puerta así que solo trato de no desviar la mirada de la laptop para permanecer lo mas concentrado y así no me interrumpan cuando no es tan necesario, dejo salir un suspiro cuando tocan la puerta.

—Adelante. —respondo en seco, sin desviar la mirada de la laptop.
—Buenos días, alteza. —saluda Richard con una bandeja en la mano.
—Buen día ¿Necesitas algo?. —pregunto mientras no despego la vista de la laptop.
—No desayunaste nada el día de hoy, así que te vine a dejar esto y de paso disculparme.
—No tengo apetito, gracias. Y no tienes de que disculparte, es algo a lo que estoy muy acostumbrado. —dije mientras sigo tratando de evitar su mirada de perro regañado.
—Al menos quiero darte mi apoyo para cualquier cosa que suceda con mi tía, sabes de antemano que yo tampoco apoyo sus ideales anticuados.
—Richard, te lo agradezco, pero realmente no tengo interés el día de hoy de entablar hasta la mas simple conversación. —conteste bajando la pantalla de la laptop y encontrándome efectivamente con esa mirada de pena.
—¡Sí! lamento hacerte perder el tiempo, me retiro. —expresó Richard saliendo rápidamente del lugar, tanto que sentí vergüenza por ser tan frio con el.

Me dirijo a la junta con pasos pesados, no quiero ni siquiera hablar ni ver a nadie. Los embajadores se inclinan al verme y yo respondo con una leve reverencia, luego me siento en mi silla y veo con atención la presentación frente a mi, doy la señal levantando la mano y la presentación da inicio. Una propuesta para aumentar los viajes extranjeros a nuestro reino en épocas navideñas, muchas atracciones, tiendas, souvenirs para que los turistas se los lleven. Todo me parece correcto pero no siento la típica esencia navideña, un sentimiento hogareño. Porque principalmente este proyecto se basa en el comercio y el aumento de los ingresos con todo el consumismo y turismo para tales fechas.

Nos extienden a cada presente un folder lleno de las cifras con la misión del proyecto, por ejemplo: la cantidad de inversión y la cantidad estimada que se tiene como visión para lograr sacarle el provecho a tal proyecto. Los embajadores aceptan como de costumbre y solo queda mi veredicto final para aprobarlo.

—¿Qué le parece, alteza? —inquirió uno de los embajadores.
—Es una buena propuesta, el poder impulsar el turismo dentro del reino provocaría que los números se eleven de manera significativa. Aunque desearía que también se extienda el proyecto a algunos sitios mas hogareños del reino para estas épocas. Al tratarse de navidad pienso que no debe olvidarse el sentido hogareño y familiar, no solo el enfocarse en un factor tan comercial. —hago una pausa observando el formulario de cifras. —Ofrecemos a los demás reinos lo que somos, un reino unido que no solo piensa en las cifras, si no en algo por lo que nos caracterizamos: familia y amor. Es la única modificación a añadir para poder aprobar dicho proyecto.
—¿Dónde opina que deberían ser lo sitios en los que se debe expandir el proyecto? —pregunta una de las presentadoras.
—El pueblo de los leñadores, justo al norte del reino. También el pueblo del sur donde se a bajado significativamente su turismo, el pueblo de las rosas blancas donde es mágico en tales fechas.
Los presentadores se tomaron unos minutos y llegaron a la conclusión de que si lo expandirían. Asiento con mi cabeza y Reon me extiende una pluma y el formulario para aprobarlo. Reon se lo entrega a los embajadores y cada uno de ellos lo aprueba dejando sus firmas en ella. Me levanto y estrecho la mano con los presentadores y me retiro del lugar. Cuando salimos Reon acerca a mi un caramelo y lo acepto a regañadientes.

—No se desmayara en mi presencia, alteza. —añade Reon. —y no seria nada ético el descuidar su salud y desplomarse frente cualquier persona.

La verdad si necesito comer, el estomago me ruge y siento la garganta mas despejada que en la mañana.

—¿Entonces admitirá que necesita al menos del almuerzo? ¿o seguirá igual de testarudo?—añade Reon.
—No quiero comer con ellos.
—Entonces yo personalmente iré a traer la comida por usted.
—No. Manda a alguien de la servidumbre para que solo te concentres en ir a almorzar. —contesto negando con la cabeza.
—No es molestia para mi príncipe Asher porque siempre tengo que pasar por allí para recoger el almuerzo de mi amada esposa.
—Esta bien, si tanto insistes. —suspiro entrando a mi oficina mientras Reon asiente con una pequeña sonrisa cómplice.