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Han pasado 4 días desde mi conversación con Guzmán.

Sinceramente, no se si creerle del todo ya que me ha traicionado durante mucho tiempo, pero cada vez que le miraba a los ojos, sentía que me decía la verdad, por una vez en su vida, no me estaba mintiendo a la cara. La cuestión, es que la confianza se debe de ganar, no aparece así de la nada después de ser destruída. 

Cuesta mucho de recuperar.

Durante estos días, no he visto a Fire ni a Wind, no se que les estarán haciendo, o si están bien. Mi hermano no me contesta, y se que me escucha, solo que no quiere hablarme. Está enfadado, triste, lo presiento, pero no conmigo, sino con él mismo, que es mucho peor. Se culpa de muchas cosas y eso me hace recapacitar sobre mi vida a mi también. Es extraño, pero no he llorado más por lo de Guzmán, por no ver a Cin, ni nada de lo malo que me está pasando, no consigo estar triste por ello. 

Es que si lo pienso bien, mi mejor amiga está a salvo y si la viera, podría peligrar su vida, si Guzmán me ha mentido, ahora quiere arreglarlo, y si no veo a los chicos, es porque también están encerrados en sus habitaciones y si no es así, están haciéndoles pruebas, así que están pasando lo mismo que yo. A mi no me duele nada de lo que hacen y se que el tiempo en sus cuartos les sirve para pensar, así que no todo es malo. Miro el lado positivo aunque sea muy pequeño y eso hace que no me ponga triste.

Supongo que eso es bueno.

Lo que me falla es Wood, intento no recordarlo. Él seguramente estará entrenando, teniendo libertad de ir y venir a Unión y ni se estará preocupando por nosotros. Piensa que esto es lo mejor, no lo culpo, pero eso no quita el dolor. Se que ha estado solo mucho tiempo, que los únicos que lo han acogido de verdad son estos locos que nos mantienen aquí, en este lugar. Comprendo que confíe en ellos, pero debe de saber la verdad, debo hablar con él y convencerlo de que me ayude. También preguntarle que tal las cosas con Chris, que aunque haya pasado el tiempo, a lo mejor llegaron a algo.

Aún en las peores situaciones, el chisme es importante.

Me he acostumbrado a mirar por la ventana, buscando indicios de vida en el exterior, algún animal perdido que pueda llegar hasta aquí sin darse cuenta, pero nada. La rutina es la misma todos los días y aunque ya han pasado más de 72 horas, no pierdo la esperanza de conseguir entender todo lo que pasa y la razón. Sí, parece sencillo, con mucho sentido, somos armas, querían hacernos débiles para que confiáramos en ellos cuando nos ofrecieran su protección y así que luchásemos para el loco de Santa Claus, pero hay algo que no encaja. 

¿Por qué arriesgarse tanto mandándonos lejos y a pueblos con personas de verdad, que podrían haber descubierto todo? ¿Cómo es que no noté lo de mis poderes antes? Se que si levité y cosas así mientras dormía, pero mi cerebro, en vez de recordar, lo que hizo fue confundirme y clasificar todo eso como locura. ¿Cómo comencé tener sueños con Wind? ¿Por qué? ¿Qué me hicieron? ¿Fueron las cosas de las que Guzmán me habó? El agua nunca me había curado antes, ¿cómo es que cuando empecé a recordar todo se activó? ¿Tenía que estar consciente de que los tenía para que funcionaran? 

Necesito entender muchas cosas.

Me tumbo en mi cama pasándome las manos por la cara y miro el techo de madera. He intentado hacer un agujero, pero como suponía, la madera es solo adorno, ya que debajo de ella hay metal duro, o algo por el estilo. No me conozco todos los materiales de este mundo. Lo que si he podido comprobar es que este sitio está hecho de una forma extraña. Si trazamos los caminos en un papel, las diferentes salas las dibujamos como círculos, nos queda el símbolo que hay en todos los monos, la diferencia, es que en medio de todo, está unión, algo que no sale en el logo. ¿Que cómo lo se? Lo he hecho en la madera debajo de mi cama.

Alguien toca a mi puerta y yo me levanto de golpe sabiendo perfectamente lo que me espera. 

Una prueba. 

Me tienden ña toalla que he estado usando estos días y espero que laven y sigo al guardia por detrás. Pasamos por los pasillos que ya me sé de memoria y nos paramos en una puerta que estoy deseando que se abra. Sí, esta es mi parte favorita del día. Siempre, a las ocho de la tarde, me sacan de mi habitación para medir mi resistencia en el agua. Me puedo tirar horas haciendo todos los ejercicios, pero me encantan y eso me ayuda a dormir por las noches ya que gasta la mayoría de mi energía. 

Cuando entro, el guardia se queda en la puerta, mirándome como si me temiera, cosa que hace. Lo hacen todos. Sienta muy bien por una vez en mi vida ya que la razón es muy divertida. He estado recordando poco a poco y justo a este guardia, cuando yo tenía 13 años, lo envolví de agua, excepto la cabeza y lo empecé a balancear por el cielo, ¿la razón? Insultó a Wood por no querer moverse e ir a comer. 

Mi amigo estaba meditando para así recuperarse del entrenamiento de ese día y el muy idiota del guardia quería que él fuese a comer. ¿Es que no podía esperar unos segundos? Después de gritar, el tipo ese comenzó a insultarlo y lo llamó de todo, al final me enfadé porque soltó una palabra que no me gustó nada e hice eso.

Se lo merecía, no me siento culpable.

Le dedico una sonrisa de lado justo antes de que la puerta se cierre y yo dejo la toalla en un banco que hay ahí. La piscina es enorme, olímpica, de unos 50 metros de largo. No se cuanto espacio ocupa este edificio, ni cuanto de grande es en realidad, pero esto es una pasada. Lo único que me gusta de todo este lugar. Me quito la camiseta y el mono y me quedo con un bañador azul cielo de mi talla que me dieron ellos. Obvio. El amargado del científico que me lleva está esperando a la otra punta y yo, como saludo lo miro y salto dentro de la piscina.

Nada más el agua roza mi piel, siento que todo desaparece. Paz, sin problemas en el mundo. Todas las heridas que me he hecho entrenando esta mañana, se desvanecen poco a poco y eso me hace sonreír. Llego hasta el fondo y me tumbo como si nada, me encantaría dormir aquí todos los días de mi vida. Oigo como me llaman desde fuera y ruedo los ojos antes de subir y llegar hasta Hugo.