⟡ Capítulo 36 - Desde cero ⟡

—Pero mira quién viene a aparecer —habla Suván, volteo para poder verla y una chica aparece sobre el marco de la puerta del comedor—. Es bueno volverte a ver, Aku.

La chica que aparece es muy distinta a quien recordaba, lleva un traje de color negro, su cabello ahora es blanco cenizo, sus ojos mantienen su azul intenso de hace años, su mirada seria y su sonrisa burlona se mantienen sobre mi fijamente hasta que Suvan se levanta yendo a saludarla.

—¡Aku! —exclama Amara corriendo hacia ella.

—¿En serio no salían? —pregunta Marc frente a mi antes de que todos vuelvan a la mesa, pero no me permite responder—. Lástima, ella es muy hermosa.

Asiento con la cabeza, todos vuelven a la mesa, los empleados le sirven un plato de comida a la nueva invitada quien se sienta a mi lado en el único asiento libre y la tensión se siente entre nosotros, aunque al resto parece no darle importancia. Al terminar la comida una limusina llega a la casa la cual nos lleva a una discoteca bastante conocida en la ciudad. Al entrar la música suena alta y el calor obliga a la mayoría a quitarse el abrigo.

Los minutos pasan, las botellas se terminan, la noche se hace más fría a cada minuto pero entre tanta gente el clima no importa, las copas que traigo encima empiezan a surgir efecto, Kia anima a que entremos a la pista de baile y sin quejas la mayoría accede, incluyendome. Una chica con una preciosa figura empieza a bailar junto a mi, la sujetó por la cintura uniendome a su baile, nuestros cuerpos pegados, siento su espalda muy cerca de mi pecho mientras se mueve, disfrutando de la música de fondo, notó como voltea cuando la canción cambia, pasa sus brazos rodeando mi cuello mientras continúa bailando, me sonríe coqueteando, ladeo la cabeza acercandome dejando nuestro rostro a solo centímetros sonriendo de la misma forma, corta la distancia entre nosotros y tan pronto siento sus labios suaves un jalón me obliga a retirar mi agarre de su cintura sacándome de la pista de baile.

—¿Estaba en medio de algo sabes? —digo mirando a Sam con molestia—. ¿No me digas que te pusiste celoso?

—Jaja que gracioso —habla con ironía ante mi clara burla. por alguna razón está molesto sin animo para bromas—. Tu ex está aquí, idiota

—¿Y que con eso? Ya no salimos le quitó la bebida que trae en las manos y la llevo a mis labios—. Ron cola, ¿En serio?

—Tu y ella no terminaron bien así que ve y habla con ella —regaña arrebatandome el vaso de las manos y entregandome mi abrigo—. Esto era para Kia y Aku salió a la azotea.

Me da una palmada en el hombro y se va, suelto un suspiro al pensar que quizá tiene razón. Pero ¿Realmente importa? Yo no fui quien desapareció de un día a otro sin decir nada. Camino saliendo de la discoteca hacia las escaleras de emergencia que dirigen a la azotea, al llegar el frío golpea mi rostro y agradezco tener mi abrigo. Veo a Aku observando el paisaje con los brazos sobre el pequeño muro mientras expulsa el humo de cigarrillo. Siento el efecto del alcohol disminuir arrepintiendome de haberle contado alguna vez a Sam lo que tuve con Aku, ¿Estaba ebrio ese día? Si y mucho.

—No sabía que ahora fumabas —llamo su atención haciendo que voltee a verme asustada.

—Ah, solo eres tu —habla con desgano volviendo la mirada al paisaje nocturno—. ¿Ya terminaste con tu chica de esta noche?

Uy, al parecer está celosa, aunque no debería solo eres un idiota.

—Algo así —tomo la misma posición que ella con los brazos sobre el pequeño muro—¿Por qué te fuiste?

Mi pregunta parece llamar su atención porque noto su cuerpo tensarse a mi lado. Hace años que no la veo y esto solo me lleva a suponer que la decisión de marcharse no fue suya o al menos no en su totalidad.

—¿Realmente te importa? —noto su voz a la defensiva—. Suván y Kiran lo sabían y ni siquiera les preguntaste.

Buen punto, te pasaste de tonto en ese sentido.

Cállate.

—No finjas que ahora te importa —su voz suena melancólica. Lleva el cigarrillo a sus labios absorbiendo el humo del tabaco.

—Lo siento —Es lo único que puedo decir. Pero realmente no sé si lo digo porque así lo siento o por el alcohol.

—Hay Lunita —habla con burla—. ¿Por qué lo sientes? Si tú y yo nunca tuvimos nada ¿No?

Al fin voltea a verme con una sonrisa sarcástica y en sus ojos puedo ver qué está enojada, libera el humo por su boca manteniendo su mirada en mi. Apaga su cigarro pisando la colilla separándose del muro. Sin decir nada más pretende marcharse pero sin pensar sujeto su muñeca deteniendola.

—Les diré que si salimos ¿Bien? —ella me mira sorprendida levantando las cejas con sorpresa—. No debí mentirles, lo siento, en serio.

—Lua —se acerca y levanta su mano para acariciar mi barbilla trazando un camino hacia mi cuello, suelto su muñeca y hace lo mismo con la otra mano rodeando mi cuello haciendo que me agache para estar más cerca de ella, sus ojos azules iluminados por la luz de la luna y la tenue iluminación de la azotea la hacen lucir muy hermosa, mucho más hermosa de como se via la primera vez que estuvimos juntos, su mirada fija parece hipnotizante—, no tienes porque hacer eso. Su voz suena más pacifica mientras me acerco cada vez más mirando sus labios moverse al hablar pero desvía su rostro susurrando cerca de mi oreja—. Porque tu y yo nunca salimos.

Suelto un suspiro al notar que mis disculpas no tuvieron resultado—. Aku, por favor —me aparto cuando ella baja sus manos riendo con burla.

—Vine solo por ti —dice sorprendiendome cambiando su expresión mostrando tristeza en sus palabras—. ¿Fui muy tonta al pensar que aún sentías lo mismo que yo?

—Aku —sus ojos me miran cristalinos e intento tomar su mano pero la aparta retrocediendo.

—Si lo fui, me obsecioné contigo y lo primero que escucho tras años de recuperación es —Hace una pausa y sus siguientes palabras son bajas pero puedo notar que su voz se quiebra—, es que el chico que quise por más de diez años niega nuestra relación por quedar bien con el idiota de mi primo. —Las últimas palabras suenan con furia y de sus ojos brota una lágrima que seca con brusquedad—. Mantén tu estúpida mentira.