Capitulo 59

    La tormenta se negaba a parar, Cathe y Jennifer miraban por la ventana de su habitación del hotel con una actitud de derrota, ese era el ante ultimo día en aquella ciudad y por ende el final de una larga gira de tres meses de estar viajando por todo el mundo. Ambas estaban esperando regresar a casa y descansar luego de tanto trabajo arduo, ambas extrañaban a sus seres queridos y las dos tenían ganas de ver a sus parejas.

  Esa tarde Cathe tenía confirmada una última firma de libros en una pequeña librería-cafetería, esos lugares donde tomas un libro y te sientas a leerlo mientras tomas algo y te despejas del ajetreo de la vida. A ella le encantaban esos sitios, y le encantaba la idea de leer su libro en un sitio como ese, pero al parecer al clima no le interesaba porque se negaba a hacer que la lluvia arreciara, aunque sea para que lograran salir y tomar un taxi.

— ¿Y si cambiamos la cita para mañana? – Pregunto a su relacionista pública – de todos modos podemos cambiar la hora del vuelo y llegar más tarde a casa. Al parecer hoy estaremos el día entero encerradas aquí.

—Puedo hacer el intento, pero no creo que se pueda, lo mejor será cancelar este último lugar y regresar a casa como teníamos previsto. – Jennifer se seto en el borde de la cama y se dejo caer sobre el mullido cobertor.

—Si te preocupa el presupuesto que nos impuso nuestro bendito benefactor – dijo con ironía refiriéndose a Zack – no te preocupes, puedo perfectamente pagar los gastos de un día más.

—No es por eso, tenemos dinero de sobra, créeme. Ha sido bastante generoso en cuanto a dinero. – Jennifer se apoyo sobre sus codos y la miro.

— ¿Entonces? -  Cathe se sentó junto a ella en la cama.

—El problema es el gerente de la librería – resoplo y giro los ojos – es un cretino, tuve que rogarle para que pudiéramos ir a su tienda para una firma de libros. Cuando lo contacte dijo, citando sus palabras: si alguien viene a leer sus libros ¿Cómo va a beneficiar eso a mi negocio? Yo vendo libros y café, si los leen por ellos dejaran de venir y no compraran nada.

— ¡Pero qué idiota! – Se quejo Catherine – eso le traerá más clientes.

—Lo mismo le dije, no sabes lo mucho que le insistí. Hasta le hice una exposición de negocios sobre los beneficios de llevar a los autores a leer y firmar sus obras en su establecimiento. Hasta que acepto. Así que si lo llamo para pasar la fecha seguro que me mandara de paseo y esta vez no creo ser tan amable con el tipo.

—Que lastima, esos sitios realmente me encantan – Cathe se deja caer hacia atrás junto a Jennifer – y por lo que parece estaremos atrapadas en este lugar hasta mañana ¿Qué quieres hacer?

—No lo sé, ir al spa ¿Tal vez? ¿O se te ocurre algo mejo?

—La verdad es que no. Esperaba ir a la librería y luego pasear por ahí – se levanto de un salto y se llevo la palma de la mano a su frente.

— ¿Qué paso?

— ¡Me he olvidado del pedido de Molly!

— ¿La prometida de tu hermano? – Cathe asintió - ¿Te puedo ayudar con algo? Soy buena buscando regalos de boda.

—No era un regalo de bodas, bueno en realidad si lo es, pero no para ellos… bueno si.

—Se mas clara porque no te entiendo.

—Se trata de la ropa intima para la noche de bodas.

—OH, comprendo. Y ¿Crees que podamos salir a comprar con este día?

—No creo, solo me queda hacerlo mañana y que dios me ayude si a la niña no le gusta.

— ¿Es tan exigente? Suena como una noviecilla.

—No, es un dulce, pero tenemos gustos diferente… se casara con el insoportable de mi hermano menor. – Jennifer abrió los ojos al oír eso y se rio – no entiendas mal, lo adoro, pero es un crio insoportable en ocasiones. Disfruta volviéndome loca.

—Suena a que es una relación normal de hermanos.

— ¿Tienes hermanos?

—Soy hija única, pero crecí rodeada de primos. No es lo mismo, pero al menos no me sentí sola.

—Yo tengo dos hermanos, uno es mayor y es un ogro mandón, el otro es un niño molesto. Imagina, las peleas en casa eran cosa de todos los días.

—Me encantaría conocerlos.

—Trabajaras en Flemont, así que los veras seguido. Al menos a Ethan, Stuart… él es otro tema.

— ¿Por qué? ¿Se llevan mal?

—Es el mejor amigo de Zack, pero trabaja para una escudería de carreras como ingeniero automotor, viaja mucho así que no está en casa el tiempo suficiente como para conocerlo. Pero al menos estará para la boda y eso es lo importante.

—Dime una cosa ¿Son unidos ustedes tres?

—Lo éramos, hasta que me fui de casa cuando me pelee con mi padre por… olvídalo no importa la causa. La cuestión es que no he regresado a Flemont sino hasta hace unos meses que Ethan vino a verme y me pidió que por favor regresara porque mi padre se encontraba realmente mal de salud. Al principio creí que era una treta para que fuera a verlo, pero resulto que si, casi se muere y me asuste de verdad como nunca en la vida. Y tú ¿Eres unida a tus padres?

—A mi madre sí, mi padre murió en Irak, era medico en el ejercito.

—Oh lo siento mucho, no debí preguntar.

—No está bien, fue hace casi 8 años. Su convoy piso una mina y el estaba bien, ayudo a los soldados que pudo pero un grupo de iraquíes dispararon al camión y murió cuando lo alcanzo una bala del fuego cruzado. Al menos murió haciendo lo que le gustaba y salvando vidas.

— ¿Y los soldados que salvo?

—Dos sobrevivieron y uno murió de camino al hospital de campaña. Los sobrevivientes siguen viviendo a casa a ver a mamá el aniversario de su muerte y la acompañan al cementerio militar. Pero estamos bien, nos tenemos la una a la otra y eso es lo importante, nos hemos unido mucho.

—Bueno, se como es ser la hija de un soldado. Mi amiga Chloe es hija de un general que fue herido en la guerra del golfo, perdió la pierna derecha por la explosión de una granada y luego de eso regreso a trabajar como enlace entre los veteranos y el gobierno.