"El retrato del que no amó"

Te vi inmortal, enmarcado en oro,
con los labios de un dios y la piel sin pecado.
No eras humano, eras un coro
de luces y sombras que el tiempo ha olvidado.

Tu rostro, intacto… como una promesa,
cruzaba siglos sin decir adiós.
Pero tus ojos, aun en su belleza,
no conocían la lluvia… ni la voz.

Amarte fue un crimen contra el alma,
una danza lenta frente al abismo.
Yo, que envejecía en cada calma,
tú, que brillabas sin caer al mismo.

Tu retrato, oh cruel espejo eterno,
guardaba la historia que no quisiste ver:
las veces que amaste con gesto alterno,
las veces que heriste… por no saber.

Y aún así, mi amor no se oxidaba,
ni en la tela marchita de lo no vivido.
Tu hermosura, maldita, me abrazaba,
aunque el hombre detrás ya se había perdido.

Quise besarte más allá del lienzo,
romper la magia, robarte el castigo.
Pero amar al arte es un amor denso:
siempre frío… siempre enemigo.

Ahora observo tu imagen suspendida,
mientras mi rostro cae, y mi voz se apaga.
Tú serás joven por toda la vida…
pero jamás sabrás lo que el amor embriaga.