Capítulo 18: Promesas de amor

Drake Helkar. Ese es el nombre del único hijo de la familia que me cría y cuida, mientras que yo, Zoe Reinhard, soy su maestra y encargada. Soy la que lo entrena y cuida para su Augurio, que es el nombre que se le da a las pruebas que das cuando llegas a los 40 años, dentro de nuestra raza.

¿Estuvo bien lo que hice? Me pregunté nuevamente, recordando el beso que le di a Drake hace unos días mientras él estaba inconsciente.

No, no estuvo bien. Pero… es lo que quería. Pensé, levantándome rápidamente de mi cama, para después alistarme para salir. Mejor pienso en eso y en la respuesta que daré después de mi prueba más tarde, porque por ahora, debo centrarme en pulir mi nueva runa, después de todo, quedan pocos días para mi propio Augurio.

Había pasado una semana desde aquella trágica noche, marcada por el silencio y los lamentos de Drake, quien se sentía culpable por todo lo sucedido. Después de consolarlo y aconsejarle una y otra vez, finalmente había logrado calmarse un poco, dejándome más tranquila para ir a entrenar.

Debido a los constantes viajes que Kadian había realizado en estos dos últimos años, hasta ahora no había podido calificar mi Augurio, a pesar de que hoy en día tenía 41 años. Por lo que, después de volver del continente Central, dijo que en unos días me calificaría.

La prueba determina si estás preparado para pasar a una etapa adulta o no, porque se califican las fortalezas físicas y mentales de la persona.

Quedaban un par de días antes de mi Augurio, por lo que después de estar completamente lista, salí para entrenar en el bosque, cerca a las montañas que había de camino a la cueva de Mork y Ness. Había decidido entrenar un poco lejos porque no quería que nadie supiera de mi nueva runa, para tener algo de ventaja en mi Augurio.

Estando allí, hice varias pruebas, determinando las fortalezas y debilidades de mi nueva Runa, que terminé nombrando Phantom Mirage, porque creaba otra versión invisible de mí. Al hacer pruebas, descubrí que podía utilizar cualquier hechizo con Phantom Mirage, pero, también descubrí que con el maná que tenía actualmente solo podía usar pocos hechizos, ya que esta Runa consumía una absurda cantidad de maná.

Para activarlo, solamente tenía que enviar maná a mi nuca, que gracias a la runa que tenía ahí, podía conjurar el hechizo con todo su poder y eficacia, sin la necesidad de decir un conjuro completo en voz alta o en mi mente. Además, gracias a Perception, el hechizo de detección de la familia Helkar, podía posicionar a mi otra versión muy lejos de donde estaba, ya que para que funcionara Phantom Mirage tenía que concentrarme en un lugar en específico que estuviera a mi alcance, al igual que lo hice aquella noche.

Después de agotar casi todo mi maná, decidí regresar, pero antes de que emprendiera mi viaje, me encontré con alguien que no imaginé volver a ver.

"Hola Zoe, tiempo sin verte." Dijo aquella chica, la razón por la que Drake casi muere hace unos días. "¿Cómo me encontraste Angelica?" Respondí seriamente, mirándola directamente a los ojos.

"Estaba de camino a tu casa, pero, al estar indecisa de seguir o no, me detuve, hasta que te vi alejándote por el bosque, así que decidí seguirte."

¿Eh? ¿Me siguió? Desconfiando, liberé la mitad del poco maná que me quedaba, para crear una leve capa de maná.

"Entiendo que estés molesta Zoe." Dijo, acercándose levemente a donde estaba.

"¿Qué quieres?" Pregunté fríamente, deteniendo sus pasos hacia mí.

"Tranquila Zoe, solo quiero que me ayudes con algo." Dijo un poco nerviosa. "Quiero que me digas en qué momento Drake estará solo, porque quiero decirle algo antes de que me vaya del continente."

Así que pronto partirán, es muy rápido. Pensé dentro de mí, quitando la capa de maná que me cubría. "¿Por qué haría eso? Tú ya le hiciste mucho daño. ¿No crees que lo mejor es irte en silencio?"

Agachando levemente la cabeza, Angelica respiró profundamente antes de mirarme a los ojos. "Tienes razón, pero… siento que si me voy sin decir nada, eso será algo de lo que me arrepentiré toda mi vida." Dijo con una voz ahogada, mostrando unos ojos llorosos.

"..."

"Por eso Zoe, déjame hablar una vez más con él, solo una vez más… por favor…."

Sintiendo un confuso sentimiento dentro de mí no supe qué hacer, quise decirle que no, pero sentía que si no se despedían ambos, Drake estaría triste por los próximos años, y eso era algo que no quería, y que no ayudaría a su entrenamiento, porque después de todo uno sin motivación nunca progresará.

"Está bien Angelica, pero recuerda que esto solo lo hago por él." Dije, viendo cómo intentaba secarse las lágrimas. "Puedes venir a mi casa en tres días, por la tercera vigilia, pero, solo dejaré que hables con él por unos diez minutos." Dije finalmente.

"Gracias, Zoe"

Después de darle la hora en específica en la que ella podría acercarse a nuestra casa, agachó levemente la cabeza, despidiéndose finalmente de mí.

Me pregunto si habré hecho lo correcto. Pensé aún parada sobre el lugar en el que entrené.

°°°

Los días fueron pasando, y finalmente mi Augurio había llegado.

Gracias a Phantom Mirage y a mi preparación de todos estos años, logré pasar con poca dificultad las cuatro primeras pruebas, pero la última me puso en verdaderos aprietos.

"Entonces Zoe, encerrada acá, sin que nadie más pueda oírte más que yo e Irisha, dime. ¿Qué decides? ¿Cuál es el camino que elegiste?" Preguntó Kadian, sentado en un gran asiento, como si volviera a ser el gobernante de una nación.

¿Qué decido? Pensé profundamente, antes de que vinieran varios recuerdos felices que tuve con mis padres en el continente de Clifland, para que después volvieran los últimos momentos que tuve con ambos, seguido del sueño que tuve con mi padre, despidiéndose de mí. Ahora que tengo la oportunidad, puedo ser libre, puedo decidir lo que quiera, lo que yo quiera...