23.- No puedo forzar a mi corazón

Aurora

Los papeles estaban esparcidos por todo el escritorio, nada tenía sentido para cualquier persona que entrara y viera todo este desastre, pero para mí tenía todo el sentido del mundo.

Había información de personas que nunca pensé volver a ver en mi vida, gente que me generó el peor daño que una persona pudo haber experimentado en la vida.

Que me hicieron vivir un infierno cuando solo tenía cinco años, que me provocaron inseguridades con las cuáles sigo luchando y pidiendo al cielo porque en algún momento de mi vida lleguen a desaparecer por completo.

Estaba preparando todo junto a mi padre, aunque él estaba del otro lado de una pantalla, aún estando de vacaciones necesitaba un poco de su ayuda. Quería que todo esto saliera a la perfección y nada se me fuera de las manos.

–¿Cuándo piensas regresar?– preguntó mi padre quitándose los lentes y dejarlos sobre una mesa.

–En una semana– solté un suspiro profundo.

–Cariño– mamá se sentó al lado de mi padre con una taza de café entre sus manos– ¿Estás segura de que quieres reencontrarte con tu pasado?– asentí.

–Llego el momento de tomar una venganza que merezco, quiero que todos los que estuvieron involucrados en mi desaparición lo paguen con la muerte.

Había estado investigando estos años, ¿quién había sido la cabeza en mi secuestro?¿Por qué mentirme al decirme que Olivia y Andrew eran mis verdaderos padres?

Necesito respuesta y para ello necesito a las dos personas que más daño me causaron durante toda mi infancia y adolescencia.

Olivia y Andrew.

Ellos dos me darán las respuestas que tanto estoy buscando.

–No quiero que te lastimen princesa– comento papá con los ojos llenos de preocupación.

–No lo harán– sonreí a medias, prefería mentirles, porque no se a lo que me enfrentare y mucho menos lo que me deparará– ademas debo de volver a un lugar.

–¿Podemos saber que lugar?– mamá enarco una ceja y en su rostro se mostró una sonrisa pícara.

–Un lugar donde prometí volver después de seis años.

–¿Qué has pensado sobre la invitación que te mandé?– volvió a preguntar mamá después de un largo momento en silencio– ¿Irás a buscarlo?

–No, si él se va a casar es porque verdaderamente ama a esa mujer, y yo ya no significo nada para Luca, solo el recuerdo de un amor que no pudo ser– mis labios formaron una fina línea recta.

–Pero...– papá la interrumpió.

–Cariño, ella ya tomó su desición. Y no podemos hacer nada para hacerla cambiar de opinión.

Así eso doliera en el alma, dejaría que el amor de mi vida este con el amor de su vida.

No puedo ser una egoísta y volver a su mundo cuando es muy probable que ya no pertenezca, solo haría que todo se volviera peor.

No puedo volver a la vida de Luca como si nada hubiera pasado y tratar de revivir un amor que se quedó en el pasado.

Y aunque ya haya sanado necesito saber algunas cosas, la razón por la que mi padre y Luca no pudieron encontrarme, ese algo que trunco mi búsqueda, hacer justicia por todos los años de sufrimiento que me hicieron vivir Andrew y Olivia.

Necesito decirles todo lo que en aquel entonces no pude, gritarles en la cara que fueron los peores padres que una persona pudo haber tenido, que sus comparaciones con Charlotte solo me hicieron querer ser mejor.

Y aunque suene mal, quiero verlos de rodillas ante mi pidiendo y suplicando por un perdón que nunca tendrán.

Necesito preguntarles si en algún momento de mi estadía con ellos llegaron a sentir un poco de cariño hacia a mi.

Gritarles en la cara que yo nunca tuve la culpa de que aquel policía me haya tocado y mucho menos lo provoque.

Insultarlos hasta el cansancio, volver su vida una mierda por todo lo que me hicieron pasar.

Decirles que a pesar de todo el daño que me hicieron pude seguir adelante con unas personas que los superan por mucho.

Olivia y Andrew fueron los peores padres que alguien puede llegar a tener, pero en algún momento de mi vida los llegué a considerar los mejores y quererlos con toda mi alma.

En mi corazón en algún punto de mi vida fueron los mejores padres que una niña pudo haber tenido.

–Los extraño– los ojos se me llenaron de lágrimas cuando volví a enfocar mi mirada en aquella pantalla donde veía a mis padres.

–Y nosotros a ti cariño– mamá me dedico una sonrisa llena de alegría.

En ese momento más que nunca los necesitaba a mi lado, papá me había preguntado que si estaba lista para volver a Toronto.

Pero la verdad es que no, no estoy nada preparada para volver a aquella ciudad donde estuve la mitad de mi vida.

Para ver cada recuerdo que tuve con Violeta, tener que visitar su tumba como si el solo hecho de pensar en ella no me doliera en el alma.

Regresar a la playa y no poder encontrarme con Luca porque quizás para ese entonces él ya esté casado con aquella mujer.

En tan solo dos semanas se cumplen los seis años y nada de lo que esperaba que ocurriera, sucederá.

Deje partir al amor de mi vida por todas las inseguridades que me ahogaban en cada momento.

____

–¿No te emociona volver a Toronto?– recargue mi espalda sobre el tronco del árbol– fue el lugar donde tu amargura llegó a mi vida.

Sebastián rodó los ojos, aunque pude notar una pequeña sonrisa en la comisura de sus labios. Sus brazos estaban cruzados y tenía la mirada al frente.

–No– negó varias veces– odio lo frío que está allá y mucho más las lluvias constantes.

–Tu odias a todo el mundo– solté un bufido– en tres días sale nuestro vuelo a Toronto.

–¿Irá a ver a su amiga?– volteo a verme.

–Si– asentí sin muchos ánimos– también iré a la playa en unos días.

–¿Sigues con esa estupidez?– frunció el entrecejo.

–¡No es una estupidez! Es una promesa, aunque probablemente él no vaya yo sí iré. Dijimos que si alguno de los dos no vuelve es porque encontró a alguien más, y como yo no he encontrado a alguien más iré y lo esperaré hasta que la luna sea mi única acompañante, así cuando las estrellas estén en el cielo sabré que él no volverá nunca más.