Capítulo 12

Sin pensarlo dos veces, presioné la herida para intentar cortar el sangrado.

Ni siquiera me paré a pensar en las enfermedades que podrían llegar a transmitirme al contacto de su sangre.

¿Qué hago? ¿Qué hago? No puede ser….

Llamaría a alguno de los chicos, pero ya es muy tarde para eso….y a saber como reaccionan ante mi “gran idea” de tener a un vagabundo casi muerto en mi habitación.

¿Llamo a la ambulancia?

Miré de nuevo la sangre que había y como el muchacho luchaba por mantener los ojos abiertos.

- Llamaré a una ambulancia, ¿vale? – fui a levantarme, pero su brazo me apretó más.

Le miré y el negó con la cabeza.

- ¿Por qué no? ¡Estás herido!

Él seguía diciendo que no.

De forma muy brusca tiró de mi brazo hacia el suelo para evitar que me levantara.

Por lo que vi, el chico evita por completo ir al hospital. Si yo fuera él y me encontrara en su pellejo, no me gustaría que la persona que me “rescatara” hiciera algo que no quiero. Es por eso por lo que decidí no llamar a nadie, en un principio, a no ser que la situación lo requiera de manera extrema.

A pesar de que el corte era grande, no era profundo y tal vez pueda hacer algo por él.

Como me alegraba de tener el título de auxiliar de primeros auxilios al realizar aquel curso de verano junto a Yoongi y Hoseok “por diversión”. Pero nos costó mucho más de lo que pensábamos, incluido algún que otro susto ante heridas o diferentes prácticas que había que realizar. Recuerdo que uno de los días Hoseok terminó vomitando al tener que curar una herida de cuchillo leve. Las risas que nos dimos Yoongi y yo las siguientes semanas fueron tremendas.

Limpié toda la sangre de su abdomen y lo desinfecté con yodo (Betadine). Seguidamente apliqué una pomada y vendé la zona para que la herida se mantuviera cerrada. La sangre es muy alarmante, por eso pensé que la herida iba a ser como una puñalada, pero todo lo contrario, era lo suficientemente “leve” como para poder tratarla yo en estos momentos.

En cuanto el chico se despierte, le insistiré para ir a un médico.

Pero, mientras tanto, esperaré a mañana para ver como avanza la salud del joven.

Por otra parte, continué revisando su cuerpo: espalda, piernas y brazos. Por supuesto que en ningún momento vi algo que “no debía”, por respeto hacia él.

Nada más, solo había rojeces a causa de los golpes y algún que otro morado.

En cuanto a ese tipo de heridas no podía hacer nada, el tiempo las curaría.

Me quedé sentada en el suelo, al lado de la cama, mirando al chico.

Mi intención era mantenerme despierta toda la noche, por si despertaba o si había alguna complicación. Pero el sueño me venció.

Cuando desperté, lo primero que vi fueron los ojos intensos del chico frente a mí.

Y sus manos.

Sus manos rodeando mi cuello.

El aire empezaba a faltarme.

Hasta aquí este capítulo~

Espero que lo hayáis disfrutado muchísimo!

Mil gracias por el apoyo~

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