Capítulo 69

Todo estaba pasando tan rápido que no podía soportar tal situación.

Con el cuchillo en mis manos, tembloroso, la cantidad de pensamientos que cruzaban mi mente me nublaban la vista.

Antes de darme cuenta….el filo afilado de aquella pequeña arma blanca comenzó a rasgar mi piel hasta que dejó ver como brotaba un hilo rojo de mi cuerpo, recorriendo la largura de mi brazo hasta, finalmente, caer al suelo en forma de gota.

No tenía miedo.

No tenía tristeza.

Nada quedaba en mí.

Ni siquiera me afectó la extrema preocupación que, Hoseok, aparentaba tener – obviamente es todo fingido, igual que esta odiosa vida de desgracias y desafortunados eventos – todo era teatro.

Pero, antes de percatarnos, todo sucedió.

Songi apareció.

La que más dolor me acusó estaba justo enfrente de mis ojos. No tenía ni palabras para describir la decepción tan enorme que crecía en mi interior.

A veces los sentimientos son demasiado confusos, tanto que puedes estar bien y mal a la vez, ¿a que es raro? Algo tan intangible como lo es un sentimiento puede convertirse en algo físico, incluso podrías llegar a tocarlo, a pesar de parecer algo completamente imposible. La tristeza, el sufrimiento, la ansiedad…pueden hacer que todo tu sistema falle y colapse.

Los humanos somos difíciles, complicados, pero, hasta ahora, hemos sobrevivido ante todo.

Y ver colapsar a Songi hizo que mi interior se revolviera.

- ¡Songi! – gritó Yoongi, quién llegó hace relativamente poco.

Vi cómo, quien se suponía que era mi amigo, corrió hacia ella desesperado: preocupación.

Ese era el sentimiento de Yoongi.

A su vez, Hoseok se acercó a mi amenazante: miedo.

Hoseok expresaba el miedo que estaba sintiendo en forma de amenaza hacia mí.

Por mi parte, el sudor frio comenzaba a humedecer cada parte de mi cuerpo, la respiración empezaba a hacérseme difícil y podía, incluso, escuchar el ritmo acelerado de los latidos de mi corazón: ansiedad.

Tres sentimientos básicos de la tristeza.

Tres sentimientos que lo único que harían sería complicarlo todo.

- No sé que pasa contigo, ¡pero es por ti que Songi está así! – gritó Hoseok mientras me señalaba con un dedo y, a mi parecer, luchaba por no derrumbarse ante esta situación.

Yo negué repetidas veces mientras dejé que la navaja resbalara de entre mis dedos y cayera al suelo, siendo el sonido de esta golpear con hojas secas y trozos de ramas, lo que inundara de sonido el lugar.

Ahí fue cuando me di cuenta del daño que estaba llegando a causar.

¿A quién trataba de engañar?

A pesar de lo que sucedió, Hoseok me seguía importando.

Yoongi me seguía importando.

Y, sobre todo, Songi seguía siendo la persona más importante de mi miserable vida.

Aunque ellos me lo hicieran a mí, yo no soy capaz de hacerles daño.

¿Era mi culpa? ¿Era culpa de ellos? Tal vez, en este punto, nadie tiene la culpa. Solo son eventos desafortunados que suceden.

Sin más.

¡Hasta aquí este capítulo!

Espero que lo hayáis disfrutado muchísimo!

Mil gracias por el apoyo~

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AUTORA DE: Kaori, la esfera mágica.

EDITORIAL: Ediciones Arcanas.

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