Capítulo 40

No podía creerlo.

Por era capaz de creer las palabras que soltaba mi padre.

- P… ¿Papá? – dije algo asustada por su comportamiento.

- Hija – se puso a mi altura y colocó su mano en mi hombro – hay ocasiones en las que hay que saber cuál es tu puesto en la sociedad. Su familia no era de nuestra clase, pero quisimos darle la oportunidad ya que vimos un gran futuro en el trabajo de su padre. Pero contratarle fue uno de mis mayores errores. Este es el hijo bastardo del señor Kim.

Miré repentinamente a Taehyung, quién miraba a mi padre con verdadero espanto. Su cara representaba la mayor de las incertidumbres.

- El señor Kim estaba casado con una mujer….la cuál no recuerdo el nombre. Tuvo un hijo con ella, pero, al parecer, estaba teniendo una aventura con otra mujer al mismo tiempo. A esta la dejó embarazada unos meses después de embarazar a su esposa. – dirigió su mirada al chico mientras se reincorporaba – Puesto que esta segunda tenía terrenos en posesión, él decidió quedarse con ella y comenzar un negocio. Todo iba bien hasta que se arruinó y el banco les arrebató los terrenos. Fue entonces cuando se separaron y éste fue con su mujer real, con la que contraía matrimonio que, por lo que sé, nunca dejaron de verse y, años después, tuvieron otro hijo. Si no me equivoco, esos dos niños se llaman Jimin, el que tiene la edad de Taehyung, y Jungkook, que nació un par de años después. Por supuesto que para ese hombre, el bastardo, que era como le llamaba todo el mundo a Taehyung, era un estorbo. Dijo muchas cosas al respecto, pero realmente no creía que fuera capaz de abandonarlo.

- No eres mejor que él – le miré con furia y odio.

- Cuida tus modales niña – sentenció.

- Cariño, cálmate – intentó mi madre que se suavizara el ambiente en vano.

- ¿¡Cómo puedes decirle eso a Taehyung!? – este estaba tan impactado como yo - ¡Eres despreciable!

Con las mismas, y sin pensar mucho, agarré a Tae de la mano y nos fuimos de la casa, dando un fuerte portazo, por supuesto, dejando a mi padre gritarnos varias cosas. Obviamente lo ignoré.

No hablamos, solo andábamos apresurados, como si supiera hacia dónde me dirigía. Me encaminé hacia el bosque; allí había una pequeña cabaña que hizo mi abuelo para mí, cerca del río. Llevaba realmente muchísimo tiempo sin ir a verla, así que no me podría imaginar en qué estado estaba.

Pero, para mi sorpresa, estaba entera y no demasiado sucia. El interior era cuadrado y bastante pequeño. Había un pequeño escritorio de madera viejo pegado en una pared. Los lapiceros seguían allí, en el mismo sitio en el que lo dejé por última vez, sólo que ahora una fina capa de telarañas se deslizaba de un lápiz a otro. Había varios dibujos míos pegados por las paredes, hasta encontré algunos de Hoseok y Yoongi cuando íbamos allí a jugar. Un pequeño sofá antiguo de color marrón estaba pegado a otra de las paredes y en frente una radio de casetes de mi abuela sobre una pequeña mesa. En el centro había una alfombra mugrienta rojiza donde nos tirábamos a comer patatas fritas, snacks y chucherías, y, finalmente, había un baúl con varios juguetes.

Sin soltar aún la mano de Tae, cerré la puerta y lo llevé hasta el sofá. Yo, a su lado, me fijé en él. Su respiración estaba entrecortada, y no era por la carrera hasta la cabaña.

- Tae…. – dije mientras ponía mi otra mano en su mejilla.

Aquello fue suficiente.

- No…. – susurró mientras decenas de lágrimas bañaban su rostro.

Hasta aquí este capítulo~

Espero que lo hayáis disfrutado muchísimo!

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