Capítulo 29

—No creo que sea buena idea, Lyn —dice papá cuando le comento mis planes con Jake.

—Nada es buena idea para ti, pero sabes que ya tengo dieciocho años así que no te estoy pidiendo permiso, solo te estoy informando.

Azoto la puerta para remarcar mi punto. Papá ha estado insoportable últimamente. Que si mi privacidad o mi tranquilidad. Podría tener un poco más de fe en mí para manejar esto. Al final acepta su derrota y solo me dice que me cuide.

Estoy tan alegre de que Bryan no haya podido venir. Creo que quiere aprovechar la nueva fama de Jake tanto como pueda. Él, al contrario de mí, sí quiere llamar la atención.

Apenas piso LA y veo por todas partes la cara de Summer Rice sé que esto va a ser algo grande. Jake me llama para saber si estoy bien y me deja descansar unas horas antes del concierto. Dice que él está en la prueba de sonido, que vendrá e iremos juntos de vuelta.

Aprovecho para ducharme y escoger qué ponerme. No sé cómo se visten las novias de las estrellas. Bueno, sí sé cómo se visten, pero obviamente no tengo nada así en mi equipaje. Alisto lo mejor que traje y espero por Jake.

Cuando alguien toca la puerta, despierto de golpe, seguro es Jake.

Apenas abro la puerta, él me alza del suelo, yo chillo de alegría como si no nos hubiéramos visto en años.

—¿Estás lista para el show?

—Ahora que tú estás aquí, sí.

Lo acompaño hasta su cuarto sin preguntar por qué no nos quedamos juntos como la última vez, trato de no arruinar su día. Él entra a ducharse mientras yo miro algo de televisión. Estoy nerviosa, hoy conoceré a Summer Rice. Cuando sale se acuesta a mi lado y coloca su cabeza en mi estómago.

—Estoy nervioso —admite mirando la tv.

—Todo saldrá bien —lo tranquilizo.

—Mamá no vendrá —no sé qué responder—. No sé por qué sigue aferrada a él. ¿Crees que todavía lo ama?

—No lo sé —suspiro y nos quedamos así tumbados un rato, con mi mano en su cabello.

—Scott dijo que debíamos guardar las apariencias por eso te puso en otra habitación, pero no me importa, esta noche te quedas conmigo —sonrío.

—No pensé lo contrario.

Me acompaña hasta mi habitación. Mientras yo me cambio, él revisa su teléfono.

Voy hasta el baño, me embuto en unos pantalones pitillos negros que están más ajustados que la última vez que me los coloqué; los combino con una blusa de tirantes color azul eléctrico, tiene algunas lentejuelas que hacen ver a todo el conjunto chic o eso quiero creer. Cepillo mi cabello y lo trenzo hacia un lado, me pongo algo de maquillaje. Por último —sé que me arrepentiré de ello más tarde—, me elevo en unos tacones negros que me hacen sentir a la altura de cualquiera que quiera meterse con mi novio, incluida Summer Rice. Abro la puerta y él se queda en silencio mientras me mira de arriba abajo. Me siento cohibida por un momento. Tal vez no me veo tan bien jugando a ser la novia bonita.

—Cuando pienso que ya no puedes ponerte más hermosa, siempre me equivoco —se levanta, coloca sus manos tibias en mis mejillas y me besa—, pero algo le falta a tu atuendo.

—¿Qué?

—Una sonrisa —sonrío automáticamente.

—Así está mejor. Ahora vámonos que el auto ya nos está esperando.

Salimos por una puerta trasera y nos montamos en una Hummer negra con vidrios oscuros. Me siento una superestrella también.

—Algún día tendré una de estas o uno mejor —comenta Jake mientras me ofrece una bebida—. ¿Qué te gustaría tener a ti?

—No lo sé, ni auto tengo.

—Yo te compraré el que tú quieras —sonrío—. ¿No me crees?

—No es eso. No tienes que comprarme nada. No soy una cazafortunas.

—Nunca dije eso. Tú estás conmigo ahora que no tengo nada y por eso te mereces tenerlo todo cuando te lo pueda ofrecer.

Estoy sin palabras. Sé que esa es una de las preocupaciones de Jake. No tener qué ofrecerme y por más que trato de decirle que no me importan las cosas materiales, se empeña en que un día lo tendrá todo y ese todo también será mío. Es tierno de su parte, pero nunca podría aceptarlo. Yo quiero conseguir mis propias cosas y no solo ser una mujer de adorno.