ACORRALADA

Deje de bailar con mi padre para salir del salón a tomar un poco de iré, corrí a los balcones del edificio. Mire hacia la ciudad. Quería llorar, pero no podía hacerlo por mi maquillaje.

Me tensé cuando sentí una respiración en mi cuello, una mano recorrer por mi escote  no era capaz de moverme ni de respirar. Me olfateaba como perro en busca de su hembra.

Trate de huir, pero me presiono contra la barra del balcón, sentí miedo al pensar que caería  de esa altura. Sería el titular de la mañana, mujer se lanzó de un 9° piso.

- no… debería… ¿estar usted con su comprometida? Mis palabras salían con duda.

Me soltó al escuchar comprometida, me gire para verlos a los ojos, me miraba de reojos con sus manos en los bolsillos de sus pantalones.

- ¿Celosa?

- no se equivoque señor Deluke, soy una mujer casada.

- ¿con una hija? Pues no necesidad que lo diga, se lo que vi en el aeropuerto.

- ¿porque mientes al decir que estas casadas?

quede muda al escuchar su pregunta.

-   Porque es la verdad.

- pues lo que me entere es que tienes una relación con Héctor, y que tu hija no es de él, sino su ahijada. ¿Quién es él padre?

- ¿no crees que está haciendo abusivo al meterse en mi vida privada?

- Jajajajaja, no es para que se altere señora Gallur, no conozco su apellido de apodo,   solo mera curiosidad.

- usted debería estar con su futura esposa, y no andar pisándome los pies ¿no cree?

- tiene usted la razón. ¿puedo saber porque me mintió que tenía una relación que nunca   existió?  

- ¿cual es la parte que no entendió? ¿Señor Deluke?

- buenos noches señora……

Al momento que se despidió me giré para mirar hacia a la ciudad, mis lágrimas empezaron a salir, sentí un jalonado y de inmediato me acorralo contra la pared, Víctor presiono sus labios con los míos. Sentí que mi mundo se desvanecía por completo sentirlo después de dos años, volvía a revivir la intensidad del deseo mutuo. tomé como pude fuerza y lo empujé sacando mi mano para suavizársela en su lindo rostro, Salí corriendo hacia los baños, me encerré en una de las cabinas.

No entendía porque siempre había sido así conmigo, tan posesivo, tan dominante llore, grite de furia, debía salir de aquí, debía organizar mi vuelo para mañana a primera hora, debía alejarme y olvidar quien era Víctor Deluke.