El show de los Elmers

El telón se abrió con un público repleto de personas interesadas en la lúdica fiesta que darán los Elmers. Una familia de payaso feriantes que dedican a la diversión con sus maníacas formas de actuación que asustan y deslumbran a los seres atraídos por sus maquillajes y estrambóticas situaciones. Darán un último show. El mejor de todos, el único. No se lo pierdan, constan en los carteles publicitarios

Y ahora con ustedes la familia más divertida, habla el interlocutor, presentador

- Queremos decirles que éste es un momento importante y deseamos compartirlo, dice la famosa Elena multibrazo, mientras tiene atado al gordo Harry. El obeso hombre infla los cachetes, y su pintura parece brillar.

El mudo Fred comienza un baile danzando, y los dos diminutos caminan por las afueras del escenario. Una multitud de niños con sus padres asiste al espectáculo de la familia del humor. Hoy será un gran show, y con una cuchilla comienza a cortar al gordo. En una sacudida fatal abre su pecho, y se pone triste. Muy triste.

- ¿No le gusta parece? ¿Por qué no te gusta? ¿Quieren verlo alegre? - Ya lo verán dice lamiendo la tetilla cercenada con empeño. Al público no le pareció nada agradable. Un padre que estaba en la primera filas, habla con otro con despecho.

El bailarín comienza a escupir sangre de su boca, llena del aceite caliente. Y lanza un dardo de saliva en el rostro de aquel hombre, que siente el ardor, como de un ácido esparcido. De la alegría al horror, hay un segundo en la mirada de terror de los menores que fueron al evento. Quisieron retirarse, pero era de imposible solución. La entrada estaba vendida con sello de obligatoriedad. Puertas cerradas, y las luces se apagan. Los enanos comienzan ahora sus morisquetas, y cortan a cada uno que se cruza en sus cabezas. Algunas flechas saltan desde arriba de la sala. Soy el que las prepara, no se preocupen. Son tiernos los enanos, en la mirada, hasta que pasan la navaja por tu garganta. Toda oscuridad es miedo

-¿Quieren luz? – se prepara la anfitriona. Líder de los Elmers. Un monstruo, y una criatura espantosa. El bailarín lanza el fósforo que en llamas aviva a las hordas. Quema, y arrasa. El infierno era un hecho con un salón húmedo, y repleto de líquido inflamable y espeso. La cabeza del gordo en el suelo. La multibrazos, lo ofrece como trofeo. Y con

una falange le dibuja una sonrisa, mientras con otras manos se quita los ojos riendo. Ahora está feliz, ha perdido peso se burla, ella que se suma al aquelarre de esta fiesta que es una locura.

El bailarín se desplaza en fuego a la multitud. Arde el mundo. Arde en llamas. Somos la familia más alegré y desquiciada, y éste es nuestro último juego para hacer reír, y llorar al mismo tiempo. Todo es cenizas. Quien no cae carbonizado, muere de asfixia. ¡Que rima! ¡Caramba! ¡Estoy dando¡ ¿Oigo sirenas? Viene la policía, escucho golpear las puertas. Es tarde público querido, les digo yo que soy el presentador, y colgado de la soga al cuello desde techo, estoy dispuesto al suicidio. Terminó el show hasta siempre les decimos.